Cuando se cumplió el mes de la partida de Tralalá, quise venir a visitar el Café, pero entre que soy desidiosa y se me va el tiempo en otras cosas ya no lo hice
Creo que lo mejor es permanecer alegres, como cuando nos alegramos de la felicidad de un amigo, ¡nos alegramos por la felicidad de Tralalá de estar donde el Amado!, ¡nos alegramos por su dicha!
Por otra parte, diría que hay que seguir animando el Café...
pero luego resulta que yo me paso un laaaaaaaargo tiempo sin asomarme, y pues como que no soy quién para decir eso Saludos!