La peste negra

Un espacio para conocer, comentar, preguntar y dialogar acerca de las tradiciones y creencias populares que no forman parte de la Tradición de la Iglesia o que se han difundido gracias a la Nueva Era. Se trate de modas, oraciones, creencias, rituales, mitos, supercherías, terapias, leyendas o noticias de sucesos extraordinarios; la intención de este espacio es clarificar estas falsas vertientes incompatibles con la Fe, para que podamos dar paso a las vertientes de fe verdaderas en nuestra Santa, Católica y Apostólica Iglesia

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La peste negra

Notapor apiter » Lun Abr 20, 2015 8:30 am

Hace unos días estuve mirando algunas documentales variadas, entre ella una sobre la terrible peste negra que azoto Europa, al finalizar el documental me quedo una pregunta, este flagelo fue un castigo a la humanidad? si no lo fue, fue simplemente algo que paso por pasar?
Tal vez mi pregunta parezca de "la edad media" pero en el contexto de los mensajes de Fatima donde la Santisima Virgen advierte que la guerra es un castigo de Dios y que si la gente no cambia habrá una peor (la segunda guerra mundial) pudo ser ese azote también un castigo? hay alguna advertencia de ello?
apiter
 
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Re: La peste negra

Notapor tito » Sab Abr 25, 2015 10:42 pm

Para un católico nada pasa por pasar, sabemos que Dios gobierna el mundo mediante su santa providencia, no es bueno andar detrás de lo que dice la ultima aparición o tratarlas ( las apariciones) como tratan los paganos a sus oráculos, si una aparición y su mensaje no te ayuda a aumentar tu fe y si para saciar ese prurito de oir novedades o solo para quitarte la paz mental, desechala.
¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal;
que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad;
que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! Isaías 5,20


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tito
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Re: La peste negra

Notapor eduarod » Dom Abr 26, 2015 2:25 am

Estimado en Cristo apiter:

El tema del Castigo Divino es un tema complicado y difícil de entender cuando lo abordamos desde el punto de vista de nuestra resentida y vengativa justicia humana. De hecho, hace poco el asunto fue materia de una discusión pública entre dos conocidos apologetas de habla hispana, discusión que pasó por estos foros y en la que, a juicio de un servidor, ambas posturas presentaban errores distintos, pero surgidos ambos de ese error fundamental de entender la Justicia Misericordiosa de Dios como si de nuestra resentida y vengativa justicia humana se tratase.

Por el contrario, mucho más fácil de entender es este tema cuando lo abordamos desde el punto de vista de la Fe, es decir, con sencillez, sin complicaciones rebuscadas, y considerando a Dios un VERDADERO Padre Amoroso que procura continuamente lo mejor para sus hijos.
Para no complicar mucho el asunto, en general podemos decir que el Castigo de Dios mayormente consiste en NO concedernos ayudas extraordinarias que nos podrían evitar las consecuencias de nuestros pecados, errores y deficiencias; lo que fácilmente nos llevaría a la falsa conclusión de que tales pecados, errores y deficiencias pudieran ser irrelevantes, de tal modo que pudieramos actuar según la falta de amor o egoismo sin que eso nos afecte en modo alguno. El Castigo Divino, al negarnos la ayuda extraordinaria que evitaría/corregiría los efectos nocivos de nuestro pecado, permitiendo que seamos expuestos justamente a tales efectos y resultados nocivos, nos ayuda a entender lo muy insuficientes que somos para actuar perfectamente bien por nosotros mismos, lo mucho que necesitamos de la Gracia de Dios, y lo graves que son las consecuencias de no reconocer todo esto.
Entonces, NO ES, por ejemplo, que Dios "nos mande" una guerra para atormentarnos, sino NUESTRO propio pecado es el que origina el odio que se acumula en una medida tan grande que acaba sucitando una guerra. Guerra en la cual Dios nos deja caer como castigo a nuestra necedad precisamente para que, por las propias consecuencias de nuestros actos, nos demos cuenta de lo necios que somos y de cómo nos afecta esa necedad. La guerra, pues, es completamente de autoría NUESTRA, y NO de Dios. El Castigo de Dios simplemente consiste en permitirnos ver la "grandeza" que producimos con nuestra tonta auto-suficiencia.

Ahora bien, con una guerra puede parecer muy claro el asunto, pero parece complicarse bastante más cuando se trata, por ejemplo, de una epidemia o enfermedad. Pero la diferencia es solo aparente, y, en realidad, producto precisamente de esa nefasta actitud nuestra de auto-suficiencia.
Y es que los hombres de otras épocas estaban, en general, MUY conscientes de los daños que sus errores y fallas podían ocasionar en el orden que observaban en el Cosmos y el cual claramente reconocían como de autoría ajena y NO PROPIA.
Esto movía a los hombres a entender humildemente que ese orden obedecía a una autoría muy superior a ellos mismos, a "los dioses", seres superiores que entendían de las cosas mucho mejor que el hombre. De forma tal que el hombre CORRECTAMENTE entendía que su DEBER era ALINEARSE a ese orden del Cosmos, tratando de seguirlo y respetarlo; y no era sino consecuencia lógica de ello que, cuando el hombre NO seguía y respetaba dicho orden, las consecuencias se tenían que sentir tarde o temprano.
Pero es nuestra auto-suficiencia la que nos mueve ahora a ver con desdén o condescendencia a esos "pobres ignorantes" que creían en un panteón celestial lleno de dioses complicados; sin darnos cuenta de que, en esto, ellos estaban mucho más en lo correcto que todos aquellos que hoy esperan de las teorías de las ciencias experimentales la respuesta última de todo. Pues aquellos en verdad se daban más cuenta de que sus ídolos eran piedras talladas por ellos mismos, pero entendían que representaban en realidad esas fuerzas superiores a las que debían someterse. En cambio, los idólatras de las teorías científicas modernas son tan ciegos, que no se dan cuenta de que lo que idolatran es el producto del intelecto humano, intelecto que trata meramente de entender y aprovechar un orden que NO HA CREADO. Sino caen en el ridículo error de creer que el producto de su propio pensamiento es la causa de todo, y que, por tanto, lo que su intelecto no explica, justifica o entiende, está fuera de lugar.
Asi pues, cuando el hombre primitivo con relativa inocencia creía que había hecho "enojar" a "los dioses" con sus malas acciones, y que entonces "los dioses" enfadados habían mandado azotar la tierra con una epidemia; si, ciertamente cometía el error de antropoformizar a Dios y Sus Designios, poniendo emociones humanas en Dios, y poniendo ese concepto primitivo y muy humano de justicia vengativa y revanchista en Él. Pero, con todo, dentro de esas deficiencias el hombre ACERTABA al entender la relación clara que existía entre sus malas acciones que vulneraban el orden de la Creación, y las consecuencias negativas que esa alteración del orden cósmico le producían.
Hoy en día, en cambio, en nuestra soberbia y autosuficiencia que se auto-complace en ver a esas personas como ignorantes redomados, hemos llegado a la necedad de no reconocer esa conexión en la medida en que nuestro pobre y débil intelecto no es capaz de establecerla en forma rigurosa y precisa.
Tan solo hemos comenzado a RECUPERAR una PEQUEÑA parte de ese reconocimiento en la preocupación actual (cuando es ordenada y legítima) por la ecología. Tan solo cuando nuestro débil y pobre intelecto SI LOGRA establecer la conexión entre nuestro indiscriminado uso de aerosoles y la destrucción de la capa de ozono junto con el incremento de cáncer y otros males consecuentes, es entonces cuando SI LOGRAMOS nosotros, a su vez, comprender que nuestra enfermedad SI PUEDE tener un enlace con nuestras acciones comodinas, despreocupadas y egoistas. Y entonces le damos las gracias a hombres como Jaques Cousteau o Mario Molina por investigar y establecer con certeza experimental tales relaciones que nos ayudan a entender los aspectos más burdos de las consecuencias que tiene el NO respetar el orden de la creación.
Pero, en cambio, cuando tal relación NO se logra establecer en forma inequívoca -y veámoslo tan solo en la acalorada disputa que a la fecha existe entre diferentes sectores de la sociedad norteamericana respecto al calentamiento global, donde unos piensan que es el peor mal que la humanidad enfrenta (¿aborto? ¿y eso a quién le preocupa? si un niño muerto no me afecta, pero que se me deje venir un tsunami en mis vacaciones en Tahití ¡eso si que es el fin del mundo!), mientras que otros sectores piensan que es una mera exageración de los ambientalistas a la que no tienen que prestar la menor atención mientras no se detalle con "absoluta" certeza experimentalista la forma exacta y precisa (ecuaciones y predicciones puntuales infalibles incluidas) en que eso tendría que ocurrir (lo que obviamente, por la complejidad del asunto, es prácticamente imposible de hacer)- la necedad de nuestra sociedad deja el asunto en el terreno de la discusión política con mínimas acciones correctivas de caracter práctico y real.
Y claro, si tal inacción, ceguera y falta de comprensión se producen cuando se habla de algo que de hecho es también físico y de lo que algo se puede argumentar y demostrar con las ciencias experimentalistas; pues no hablemos ya de la ceguera absoluta que se produce respecto a las consecuencias de fallas morales o espirituales: ¿niños afectados por divorcios? ¡que tontería del milenio pasado! ¡si hoy todos "sabemos" que los adultos tienen derecho inalienable a maximizar su disfrute y egoismo mandando a volar por todos los aires a la "pareja" con la que ya no se sienten completamente "a gusto"! ¡y "todos sabemos" que los niños deben ser educados a no sentir las emociones naturales por la separación de sus papás!, sino a "aceptar" y entender que ellos (los papás) tienen "derecho a buscar su (egoista) felicidad" y más bien deben aprender a apreciar los "beneficios" de tener "más papás" que, por ejemplo, quizá se traduzcan en más regalos de cumpleaños u otras tonterías, las que se espera que los niños, bien educados en la pseudo-cultura materialista y hedonista de nuestro tiempo, comiencen a egoistamente apreciar mejor que el (poco menos que inexistente) cariño de gente que en realidad está demasiado ocupada preocupándose por sí misma, como para andar perdiendo el tiempo preocupándose por ellos.
¿Relación de eso con suicidios, balaceras en escuelas, drogadicción, etc.? ¡Bah! ¡Prejuicios de ultra-conservadores religiosos irracionales! ¡Si "todos sabemos" que los suicidios son precisamente por no dejar que los niños puedan vivir los vicios que se les antoje cuándo y cómo egoista y materialistamente quieran!

Pero bueno, a quien logre superar siquiera por medio milímetro esta ceguera de la auto-suficiencia pseudo-intelectual de nuestro tiempo, no le costará el menor trabajo volver a establecer esa relación entre las transgresiones humanas al orden natural y espiritual con el que el Cosmos fue Creado y el hecho de que el hombre tenga que enfrentar consecuencias nocivas a causa de ello, y esto aún cuando no necesariamente se logre entender con precisión y datos experimentales corroborados los mecanismos precisos por los que tal relación concreta se realiza.
En todo caso, si la necedad humana se empeña en no reconocerlo, pues es justamente el Castigo Divino que, como hemos dicho, primariamente consiste en permitir que el hombre EXPERIMENTE las consecuencias nocivas de su propio comportamiento, el que estrellará a los hombres contra la REALIDAD de su propia necedad con el fin de que puedan comenzar a reconocerla.

El fin primordial de las Apariciones Marianas NO ES entonces ese toque sensacionalista con el que no pocos suelen hablar de "EL CASTIGO" asociado a algunas de ellas.
Sino es MOVER a las personas A VOLVER A DIOS, entre otras cosas, RESPETANDO los Mandatos que Dios ha dado precisamente para que el hombre SE PUEDA ALINEAR al cumplimiento de sus responsabilidades respecto al ORDEN de la Creación.
Cuando Nuestra Santísima Madre habla entonces de que "ha detenido el Brazo de Dios", lo que quiere decir simplemente es que HA CONSEGUIDO que Dios NOS DE la Gracia (que sin esa maternal intercesión "no nos hubiera dado", aunque obviamente la intercesión misma es también un Don de Su Amor, por lo que TODO esto es en realidad Gracia de Dios) para atajar por un tiempo LAS CONSECUENCIAS NATURALES DE NUESTRA ESTUPIDEZ, sustituyendo el efecto educativo del encontronazo con la realidad que indudablemente nos va a hacer mucho daño, por el efecto educativo del acto sobrenatural que la Aparición en sí misma representa.
Es decir, si por la advertencia entendemos la necesidad de volver a Dios, entonces no hay ya necesidad de que nos encontremos con NUESTRA propia nociva realidad, porque nuestra propia realidad habrá cambiado a favor del respeto del Orden de la Creación. Pero si a nuestra tontería le sumamos la necedad adicional de no entender la necesidad de volver a Dios aún con todo y la Gracia adicional que nos ha sido concedida, tanto en la contención de los efectos como en la advertencia en sí, pues es obvio que tarde o temprano Dios dejará que nos enfrentemos a las -ahora más terribles cuanto más desorden ha causado nuestra más redomada necedad- consecuencias de NUESTROS PROPIOS actos.
Pero entonces, si en vez de entender correctamente el mensaje de la aparición como un llamado PERSONAL a la CONVERSIÓN, lo entendemos como una "advertencia en contra de los malvados-herejes-que-no-piensan-como-yo", y entonces en vez de amar, me empeño en regodearme en "lo bueno que soy" (como el fariseo de la parábola) y "lo malos que son los-que-serán-justamente-castigados". Pues entonces no he entendido NADA DE NADA y mi auto-suficiencia es tan sujeta y causa de mi castigo como lo es la auto-suficiencia de aquellos otros a los que tanto critico.
Hay que tener EXTREMO cuidado de no caer en esta tonta manera de interpretar los mensajes de las Apariciones de Nuestra Señora que con tanto Amor Dios nos Regala para nuestro bien.

Que Dios te bendiga en la alegría de la Resurreción del Señor.
eduarod
 
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