2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2014

En este curso, haremos un viaje en el tiempo para situarnos en los orígenes del monacato cristiano. Conoceremos las distintas órdenes monásticas, a sus fundadores, sus monasterios, su arte, cultura, forma de vida y su importancia para la civilización a través de la historia hasta la actualidad.

Fecha de inicio:
11 de agosto de 2014

Fecha final:
27 de octubre de 2014

Responsable: Hini Llaguno

Moderadores: Catholic.net, Ignacio S, hini, Betancourt, PEPITA GARCIA 2, rosita forero, J Julio Villarreal M, AMunozF, Moderadores Animadores

Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Dic 12, 2014 11:09 am

HALLAZGO DEL CUERPO DE SAN FRANCISCO.

La cripta de San Francisco de Asís restaurada.-
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San Francisco murió en la Porciúncula al atardecer del 3 de octubre de 1226, y su cuerpo fue sepultado al día siguiente en la Iglesia de San Jorge, de Asís.

San Francisco de Asís.- Imagen

El 25 de mayo de 1230 fue trasladado solemnemente a la nueva basílica construida en su honor y, para evitar hurtos de tan valiosa reliquia, se le sepultó con tal secreto, que no se sabía el lugar exacto en que reposaba.

Así pasaron los siglos, sin que los Pontifices permitieran exploraciones, hasta que S. S. Pío VII autorizó las oportunas excavaciones: la tumba y el cuerpo del Santo se hallaron, debajo del altar mayor de la Basílica, el 12 de diciembre de 1818.

S. S. Pío VII.- Imagen

Se arreglo el lugar, se expuso allí el sarcófago a la veneración de los fieles.

En 1978, S. S. Pablo VI.- Imagen -.autorizó un nuevo reconocimiento de los restos del Santo que, una vez tratados de manera conveniente, fueron repuestos en la cripta rehabilitada.

S. S. León XII.- Imagen -.estableció en 1824 que la Orden Franciscana celebrara la fiesta del Hallazgo, fiesta ahora suprimida, sin embargo la Orden Franciscana lo recuerda hoy 12 de diciembre.

Fuente: santoral@franciscanos.org
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor rosita forero » Mar Dic 16, 2014 2:10 pm

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La primera Navidad

"Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón" (Lucas 2, 7).

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él».


San Lucas 2.14





San Francisco de Asis y el Primer Pesebre de Navidad tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén.


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los orígenes de esta costumbre de reproducir en imágenes el nacimiento de Jesús se remonta al siglo 13 por iniciativa de San Francisco de Asís.

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Se dice que, mientras predicaba por la campiña de Rieti, Italia, le sorprendió el crudo invierno al humilde predicador que vestía con harapos. Se refugió en la ermita de Greccio. Era la Navidad del año 1223.

Mientras oraba rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura del evangelista San Lucas, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén. Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los campesinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de ellos a reproducir la escena de la adoración de los pastores.


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El varón de Dios estaba lleno de piedad ante el pesebre, con los ojos arrasados en lágrimas y el corazón inundado de gozo. Se celebra sobre el mismo pesebre la misa solemne, en la que Francisco, levita de Cristo, canta el santo evangelio. Predica después al pueblo allí presente sobre el nacimiento del Rey pobre, y cuando quiere nombrarlo -transido de ternura y amor-, lo llama «Niño de Bethlehem».


La hermosa idea se propagó por toda Italia, luego a España y el resto de la Europa católica. En Nápoles, hacia fines del siglo XV, reprodujeron en figuras de barro a los actores del gran acontecimiento narrado por el evangelista San Lucas.
Con la llegada de los frailes a las Américas en el siglo 15 y 16, reprodujeron las representaciones alegóricas del pesebre

La iglesia católica promovió las representaciones bíblicas del Nacimiento del niño Jesús dentro de los templos, hogares y lugares públicos, de modo que contribuyera a exaltar la devoción navideña.



Significado de las partes componentes del pesebre


EL ESTABLO

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“Y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento” (Lc 2,1). Lucas nos explica que el Rey de Reyes no tuvo un espacio, un lugar para nacer. Sólo lograron acomodarse en una estancia humilde, para que el más grande de todos naciese en un pesebre, el cajón donde comen las bestias. Dios es el más grande, y nos enseña que debemos ser muy pequeños.


EL HERMANO BURRO Y EL HERMANO BUEY:

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“El buey conoce a su dueño y el burro el pesebre de su señor” (Isaías 1, 3). Isaías usa una figura que años más tarde se volvería realidad. Estos dos animales participan en el Nacimiento. El burro está siempre disponible y cabizbajo ante la voluntad de su señor. Es muy servicial. El buey es fuerte: empuja el arado y prepara la tierra para cosechar buenos frutos. Estas virtudes, por sí, son un gran ejemplo.

EL ÁNGEL

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: Son los mensajeros de Dios. Por el ángel Gabriel llegó la Anunciación. Fue un ángel quien se le apareció a José para aceptar a María como esposa, huir y regresar de Egipto. Fueron muy importantes en esta misión y nos recuerdan que Dios siempre tiene un mensaje para nosotros.

LOS PASTORES

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Personas sencillísimas y humildes. Fueron los primeros en recibir la buena noticia, mostrándonos que son los pobres los preferidos por el Señor.

LOS TRES REYES (LOS SABIOS DE ORIENTE):

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No fueron reyes de algún pueblo o nación. Ese nombre se los dió la tradición. En la Biblia se les llama magos. Representan a los pueblos y razas del mundo, que vienen a adorar. Ofrecieron Incienso para un Dios, Oro para un Rey y Mirra para un hombre.

LA ESTRELLA

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Guió a los magos en su andar, fue la luz que los llevó al encuentro con Dios a través de las oscuridad. De forma similar, Cristo nos lleva al Padre.

EL SEÑOR SAN JOSÉ: Padre fiel y creyente. El protector de Cristo en sus primeros años de vida. Tuvo un corazón amoroso y lleno de fe para aceptar lo que Dios le pidió.

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LA VIRGEN MARÍA: La Madre del Señor, la que lo cuidó y lo acompañó hasta el final. Es símbolo del puro amor maternal y de un servicio sin obstáculos, sin objeciones.

JESÚS NUESTRO SEÑOR

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Es el “Dios Con Nosotros”, el amor que el Señor tiene por la humanidad al venir a salvarla del pecado. Es la figura tierna y central del nacimiento. Nos muestra como Dios, en medio de su potencia y magnitud, se nos presenta de manera sencilla, en la figura de un frágil niño.


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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mié Dic 17, 2014 1:30 pm

FERIA PRIVILEGIADA DE ADVIENTO

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Hoy 17 de diciembre, comienzan las ferias privilegiadas de Adviento, que tienen la finalidad de prepararnos más intensa y directamente a la Navidad. La liturgia de estos días proclama los textos que van disponiendo más y mejor al cristiano para acoger al Hijo de Dios hecho hombre. En particular, las Vísperas tienen un singular poder sugestivo merced a las antífonas mayores, llamadas también de la «O», que junto al Magníficat de cada día pasan revista a los diversos títulos de Cristo, referentes a su naturaleza divina y humana o a su misión salvífica, y que terminan todas instándole a que venga a poner remedio a nuestra indigencia: Oh Sabiduría que brota de los labios del Altísimo, Pastor de la casa de Israel, Renuevo del tronco de Jesé, Llave de David y Cetro de la casa de Israel, Sol que naces de lo alto, Rey de las naciones, y Emmanuel, rey y legislador nuestro.

*****Imagen*****

Oración: Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se encarnase en el seno de María, siempre Virgen, escucha nuestras súplicas, y que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor marce685 » Jue Dic 18, 2014 9:44 am

marce685 escribió:Buena tarde me acojo a tan maravillosa propuesta, y este es mi aporte:

João Braz de Aviz (24 de abril de 1947, Mafra), es un cardenal brasileño, arzobispo emérito de Brasilia y actual Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Pertenece al movimiento de los Focolares.

Recibió la ordenación sacerdotal el 26 de noviembre de 1972, incardinado en la diócesis de Apucarana. Estudió teología en Roma, donde obtuvo la licenciatura en la Pontificia Universidad Gregoriana y el doctorado en la Pontificia Universidad Lateranense.

Obispo y Arzobispo
Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Flenucleta y auxiliar de la Archidiócesis de Vitória el 6 de abril de 1994; recibió la ordenación episcopal el 31 de mayo del mismo año. El Santo Padre lo nombró obispo de Ponta Grossa el 12 de agosto de 1998; posteriormente lo promovió a arzobispo metropolitano de Maringá el 17 de julio de 2002; y lo trasladó a la sede metropolitana de Brasilia el 28 de enero de 2004. Benedicto XVI lo nombró Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica el 4 de enero de 2011.

Cardenal
Benedicto XVI lo proclamó cardenal en el Consistorio del 18 de febrero de 2012 bajo la Diaconía de Sant'Elena fuori Porta Prenestina.


Participó en el cónclave de 2013 en el que fue elegido el papa Francisco.
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LA DIVINA COMEDIA

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La Divina Comedia (en italiano: Divina Commedia) es un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito aunque las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser compuesto entre 1304 y 1307 o 1308, el Purgatorio de 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último, el Paraíso de 1313 o 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Libro más famoso de su autor, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval (teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. Se considera por tanto que la redacción de la primera parte habría sido alternada con la redacción del Convivium y De Vulgari Eloquentia, mientras que De Monarchia pertenecería a la época de la segunda o tercera etapa, a la última de las cuales hay que atribuir sin duda la de dos obras de menor empeño: la Cuestión del agua y la tierra y las dos églogas escritas en respuesta a sendos poemas de Giovanni del Virgilio.

Características
Dante Alighieri llamó sencillamente Commedia a su libro, pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final es feliz. Fue el escritor y humanista Giovanni Boccaccio quién añadió el adjetivo "divina" durante la época en la que se encargó de leerla y comentarla públicamente por diferentes ciudades italianas. El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de la Divina comedia, muchos de los cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo.[cita requerida] Miguel Asín Palacios, por otra parte, destacó la importancia de la escatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco.1

La Divina Comedia se considera una de las obras maestras de la literatura italiana y universal. Numerosos artistas de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella; destacan entre ellas las de Botticelli, Gustave Doré, Dalí, William Adolphe Bouguereau y Miquel Barceló. Dante Alighieri la escribió en dialecto toscano, matriz del italiano actual el cual se usó entre los siglos XI y XII.

Estructura

Detalle de infierno: Mosaico que representa el Juicio Final por Coppo di Marcovaldo, Museo Baptisterio de San Juan.2 El poeta Dante Alighieri fue bautizado en este lugar.
Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos, a su vez compuestos de tercetos.

El poema se ordena en función del simbolismo del número tres, que evoca la Trinidad Sagrada, el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, el equilibrio y la estabilidad, y el triángulo. El poema cuenta con tres personajes principales: Dante, que personifica a la humanidad, Beatriz, que personifica la Fe, y Virgilio, que hace otro tanto con la razón. La estrofa por su parte está compuesta por tres versos, y cada una de las cánticas cuenta con treinta y tres cantos, excepto el Infierno que tiene treinta y cuatro, de manera que la obra completa se compone de cien cantos. Se usa un tipo de rima original, la "terza rima"
Dante también utiliza el número diez como cabalístico como número pitagórico, que vemos en los cien cantos de la comedia, compuestos por los treinta y tres de cada reino, más el de introducción. También se puede apreciar la importancia decimal en los diez niveles del infierno, que son nueve círculos más el anteinfierno, donde se encuentran los ignavi, es decir, los indiferentes.

La estructura matemática de la Divina comedia, por otra parte, es mucho más compleja de lo que aquí se esboza. El poema puede leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema, Dante hace gala además de un gran poder de síntesis que es característico de los grandes poetas.

La estructura también afecta a los registros lingüísticos: en el infierno se utiliza un lenguaje vulgar, el texto del "Purgatorio" está lleno de citas bíblicas y el del "Paraíso", de himnos y cantos litúrgicos.

Antes de emprender el viaje hacia los tres mundos, Dante despierta en una selva oscura sin saber por qué llegó ahí. Cuando hablamos de selva oscura nos referimos a algo malo, a lo contrario a Dios, esa selva era oscura, era mala. En esa selva se describe un paisaje inicial en el cual vemos el sol, las estrellas, la playa y la colina. El sol en representación de la divinidad, de Dios, la colina es el camino que debe subir para llegar a Dios, Dante no puede llegar a esa luz porque en el camino se encuentra con 3 fieras que son obstáculos para él. Cada fiera representa un pecado... Ahí se encuentra con Virgilio y después de una conversación con éste, comienza su viaje.

Infierno
Artículo principal: Infierno (La Divina Comedia)

Infierno, Canto I (por Gustave Doré).
La primera parte narra el descenso del autor al Infierno, acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía, describe al infierno que tenía una forma de un cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que los condenados son sometidos a castigo, según la gravedad de los pecados cometidos en vida, en el último círculo "judesco", Dante describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encontraba Lucifer. Él lo describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras este gritaba de dolor.

Dante encuentra en el Infierno a muchos personajes antiguos, pero también de su época, y cada uno de ellos narra su historia brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo su recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de su falta y se repite eternamente. Es particularmente recordada la historia de Paolo y Francesca, amantes adúlteros que se conocieron al leer en el libro de Lanzarote, los amores de la reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de inspiración y homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la historia del conde Ugolino da Pisa, el último viaje de Ulises, tránsito por el bosque de los suicidas, la travesía del desierto donde llueve el fuego y la llanura de hielo de los traidores, estos últimos, considerados los peores pecadores entre todos.

Purgatorio
Artículo principal: Purgatorio (La Divina Comedia)
En esta segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, una montaña de cumbre plana y laderas escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus pecados en cada nivel porque un ángel en cada uno le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. Allí encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida.


El primer canto del Purgatorio ilustrado por Gustave Doré.
Esta parte comienza propiamente con la salida Infierno a través de la natural burella. Dante y Virgilio llegan así al hemisferio sur terrestre (que se creía por completo bajo las aguas), donde en medio de las aguas se halla la montaña del Purgatorio, creada con la tierra utilizada para crear el abismo del Infierno, cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso tras rebelarse contra Dios. Tras salir del túnel llegan a una playa, donde encuentran a Catón el Joven, que se desempeña como guardián del Purgatorio. Teniendo que emprender el ascenso de la empinada montaña, que resulta imposible escalar, es tan empinada que Dante tiene que preguntar a algunas almas cuál es el pasaje más cercano; pertenecen al grupo de los negligentes, los muertos en estado de excomunión, que viven en el Ante-purgatorio. Un personaje notable de este lugar es Manfredo de Sicilia. Junto a los que por pereza tardaron en arrepentirse, los muertos violentamente y a los principios negligentes, de hecho, esperan el tiempo de purificación necesario para poder acceder al Purgatorio propiamente dicho. En la entrada del valle donde se encuentran los principios negligentes, Dante, siguiendo las indicaciones de Virgilio, pide indicaciones a un alma que resulta ser el guardián del valle, un compatriota de Virgilio, Sordello, que será su guía hasta la puerta del Purgatorio.

Tras llegar al final del Antepurgatorio, tras un valle florecido, los dos cruzan la puerta del Purgatorio, que custodia un ángel con una espada de fuego, que parece tener vida propia. Está precedido por tres jardines, el primero de mármol blanco, el segundo de una piedra oscura y el tercero y último de pórfido rojo. El ángel, sentado en el solio de diamante y apoyando los pies en el escalón rojo, marca siete "p" en la frente de Dante y abre la puerta con dos llaves, una de plata y otra de oro, que San Pedro le dio, y los dos poetas se adentran en el segundo reino.


Dante y la montaña del Purgatorio.
El Purgatorio se divide en siete cornisas, donde las almas expían sus pecados para purificarse antes de entrar al Paraíso. Al contrario del Infierno, donde los pecados se agravan a medida que se avanza en los círculos, en el Purgatorio la base de la montaña, es decir la cornisa I, alberga a quienes padecen las culpas más graves, mientras que en la cumbre, cerca del Edén, se encuentran los pecadores menos culpables. Las almas no son castigadas para siempre, ni por una sola culpa, como en el primer reino, pero expían una pena equivalente a los pecados durante la vida.

En la primera cornisa, Dante y Virgilio encuentran a los orgullosos, en la segunda a los envidiosos, en la tercera a los iracundos, en la cuarta a los perezosos, en la quinta a los avaros y a los pródigos. En esta encuentran el alma de Cecilio Estacio tras un terremoto y un canto Gloria in excelsis Deo. En vida este personaje fue en exceso pródigo. Tras años de expiación siente el deseo de guiarlos hasta la cumbre, a través de la sexta cornisa, donde expían sus culpas los golosos, que lucen delgadísimos, y la séptima, donde se encuentran los lujuriosos, envueltos en llamas. Dante recuerda que Estacio se convirtió gracias a Virgilio y a sus obras, en particular la Eneida y las Bucólicas, que le mostraron la importancia de la fe cristiana y el error de su vicio. En ese sentido, Virgilio lo iluminó permaneciendo él en la oscuridad. Virgilio fue un profeta sin saberlo, pues llevó a Estacio a la fe pero él, pudiendo tan solo entreverla, no pudo salvarse, y deberá habitar hasta la eternidad en el Limbo. En la séptima cornisa, los tres tienen que atravesar un muro de fuego, tras la cual hay una escalera, por la que se entra al Paraíso terrestre. Dante se muestra asustado y es confortado por Virgilio. Allí, donde vivieron Adán y Eva prima del pecado, Virgilio y Dante tienen que despedirse, porque el poeta latino no es digno de conducirlo en el Paraíso. Pero Beatriz sí.

Aquí Dante se encuentra con Santa Matilde, la personificación de la felicidad perfecta, precedente al pecado original, que le muestra los dos ríos, Lete, que hace olvidar los pecados, y Eunoe, que devuelve la memoria del bien realizado, y se ofrece a reunirlo con Beatriz, que pronto llegará. Beatriz le llama severamente la atención a Dante y después le propone verla sin el velo. El poeta, por su parte, busca a su maestro Virgilio, que ya no se encuentra con él. Tras beber las aguas del Lete y del Eunoe, que hacen olvidar las cosas malas y recordar las buenas, el poeta sigue a Beatriz hacia el tercer y último reino, el del Paraíso.

Paraíso
Artículo principal: Paraíso (La Divina Comedia)

Paraíso III, 16. Dante y Beatriz en el cielo de la Luna. Grabado de la serie de Gustave Doré.
Libre de todo pecado, Dante puede ascender al Paraíso, lo que hace junto a Beatriz en condiciones que desafían las leyes físicas, encadenando milagros, lo cual es más bien natural dado el lugar en el cual se desarrolla el poema. Dentro del recorrido será de hecho de gran importancia que el nombre de Beatriz signifique "dadora de felicidad" y "beatificadora", pues en esta sección de la Comedia ella releva a Virgilio en la función de guía. En efecto, a través de este personaje, el autor expresa en los treinta y tres cantos de la sección varios razonamientos teológicos y filosóficos de gran sutileza.

Sin embargo, el poeta expresa desde un principio la gran dificultad que significa transmitir el recorrido emocional y físico de trashumanar, es decir ir más allá de las condiciones de la vida terrena. Sin embargo, confía en el apoyo del Espíritu Santo (el buen Apolo) y en el hecho de que pese a sus falencias, su esfuerzo descriptivo será emulado y continuado por otros (canto I, 34). En la introducción del canto II, el autor reitera que para entender las alegorías de la obra es indispensable tener de antemano muy amplios conocimientos en las materias que se van a tratar (II, 1-15).

El Paraíso está compuesto por nueve círculos concéntricos, en cuyo centro se encuentra la tierra. En cada uno de estos cielos, en donde se encuentra cada uno de los planetas, se encuentran los beatos, más cercanos a Dios en función de su grado de beatitud. Pero las almas del Paraíso no están mejor unas que otras, y ninguna desea encontrarse en mejores condiciones que las que le corresponden, pues la caridad no permite desear más que lo que se tiene (II, 70-87). De hecho, a cada alma al nacer Dios le dio cierta cantidad de gracia según criterios insondables, en función de los cuales gozan aquellas de los diferentes grados de beatitud. Antes de llegar al primer cielo el poeta y Beatriz atraviesan la Esfera de fuego.


Canto XIV, 85-87. El cielo de Marte.
En el primer cielo, que es el de la Luna, se encuentran quienes no cumplieron con sus promesas (Angeli), como la madre de Federico II, Constanza I de Sicilia. En el segundo, el de Mercurio, residen quienes hicieron el bien para obtener gloria y fama, pero no dirigiéndose al bien divino (Arcangeli). En el tercero, de Venus, se encuentran las almas de los "espíritus amantes" (Principati). En el cuarto, del Sol, los "espíritus sabios" (Potestà). En el quinto, de Marte, los "espíritus militantes" de los combatientes por la fe (Virtù). En el sexto, de Júpiter, los "espíritus gobernantes justos" (Dominazioni).

En el séptimo cielo, de Saturno, de los "espíritus contemplativos" (Troni), Beatriz deja de sonreír, como lo había hecho hasta entonces. Desde ese punto en adelante su sonrisa desaparece, pues por la cercanía de Dios su luminosidad resultaría imposible de contemplar. En este último cielo residen los "espíritus contemplativos". Desde allí Beatriz eleva a Dante hasta el cielo del las estrellas fijas, donde no están más repartidos los beatos, sino las "almas triunfantes", que cantan en honor a Cristo y María, a quien Dante alcanza a ver. Desde ese cielo, además, el poeta observa el mundo debajo de sí, los siete planetas, sus movimientos, y la Tierra, muy pequeña e insignificante en comparación con la grandeza de Dios (Cherubini). Antes de continuar Dante debe sostener una especie de "examen" de Fe, Esperanza, Caridad, por parte de tres profesores particulares: San Pedro, Santiago y San Juan. Por lo tanto, después de un último vistazo al planeta, Dante y Beatriz ascendieron al cielo, el Primo Mobile o Cristallino, el cielo más externo, origen del movimiento y del tiempo universal (Serafini).


Canto XXXI. Llegada del protagonista al Empíreo. Por Gustave Doré.
En este lugar, tras levantar la mirada, Dante ve un punto muy luminoso, rodeado por nueve círculos de fuego, girando alrededor de ella; el punto, explica Beatriz, es Dios, y a su alrededor se mueven los nueve coros angelicales, divididos por cantidad de virtud. Superado el último cielo, los dos ascienden a el Empíreo, donde se encuentra la "rosa de los beatos", una estructura en forma de anfiteatro, en el cual, sobre la grada más alta está la Virgen María. Aquí, en la inmensa multitud de los beatos, están los más grandes de los santos y las figuras más importantes de la Biblia, como San Agustín, San Benito de Nursia, San Francisco, y también Eva, Raquel, Sara y Rebeca.

Desde aquí Dante observa finalmente la luz de Dios, gracias a la intervención de María a la cual San Bernardo (guía de Dante de la última parte del viaje) había pedido ayuda para que Dante pudiese ver a Dios y sostener la visión de lo divino, penetrándola con la mirada hasta que se une con él, y viendo así la perfecta unión de toda la realidad, la explicación de toda la grandeza. En el punto más central de esa gran luz Dante ve tres círculos, las tres personas de la Trinidad, el segundo del cual tiene imagen humana, signo de la naturaleza humana, y divina al mismo tiempo, de Cristo. Cuando trata de penetrar aún más el misterio su intelecto flaquea, pero en un excessus mentis3 su alma es tomada por la iluminación, la armonía que se da la visión de Dios, en el canto XXXIII (145), del amor que mueve el sol y las otras estrellas (L'amor che move el sole e l'altre stelle). Por la grandiosa luz del último cielo, Dante queda ofuscado, concluyendo así la Divina Comedia.

FRESCOS DE SAN FRANCISCO DE ASIS

http://www.franciscanos.org/buenaventura/basilicainterior.jpg

SAN BUENAVENTURA
Juan da Fidanza, conocido como San Buenaventura (Bagnoregio, Toscana, Italia; 1218 - Lyon; 15 de julio de 1274) fue un santo y místico franciscano, obispo de Albano y cardenal italiano que participó en la elección del papa Gregorio X. Fue discípulo de Alejandro de Hales, y llegó a ser General de la Orden franciscana. Es Doctor de la Iglesia Católica.
Biografía
Formación y primeros años
Juan de Fidanza, que luego adoptó el nombre de Buenaventura, nació alrededor del año 1218. Algunos datan su nacimiento en este año y otros en 1221.

Se formó en la Orden de los Frailes Menores e impartió enseñanzas en la Universidad de París, en la cual estudió. Aunque rechazó ser arzobispo de York, hubo de aceptar la diócesis de Albano. En 1274 fue nombrado legado pontificio al concilio de Lyon. Participó activamente en los concilios de la época y destacó en los ataques a las herejías y en las críticas a los cismáticos. San Buenaventura representa a la escuela franciscana que, inspirándose en San Agustín, se opone al aristotelismo de los Dominicos, y sostiene que la filosofía y la razón no se encuentran en la base de la teología ni en la culminación del conocimiento de la divinidad, pero sí en el camino que conduce el alma hacia Dios.

Estudió filosofía y teología en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó esas disciplinas a sus compañeros de la Orden franciscana. Fue elegido ministro general de su Orden.

Fue cardenal obispo de la diócesis de Albano, y murió en Lyon el año 1274. Escribió numerosas obras filosóficas y teológicas. Conocido como el «Doctor Seráfico» por sus escritos encendidos de fe y amor a Jesucristo.

Erudito y hombre de gran espiritualidad, de entre sus obras destacan un estudio sobre Pedro Lombardo (Comentario sobre las sentencias de Pedro Lombardo) y el Itinerarium mentis in Deum (Itinerario del alma hacia Dios). También escribió la vida de San Francisco.

Buenaventura, a quien la historia debía conocer con el nombre de «el doctor seráfico», enseñó teología y Sagrada Escritura en la Universidad de París, de 1248 a 1257. A su genio penetrante unía un juicio muy equilibrado, que le permitía ir al fondo de las cuestiones y dejar de lado todo lo superfluo para discernir todo lo esencial y poner al descubierto los sofismas de las opiniones erróneas. Nada tiene, pues, de extraño que el santo se haya distinguido en la filosofía y teología escolásticas. Buenaventura ofrecía todos los estudios a la gloria de Dios y a su propia santificación, sin confundir el fin con los medios y sin dejar que degenerara su trabajo en disipación y vana curiosidad.

Elección como superior general de los Franciscanos
En 1257, Buenaventura fue elegido superior general de los Frailes Menores. No había cumplido aún los treinta y seis años y la orden estaba desgarrada por la división entre los que predicaban una severidad inflexible y los que pedían que se mitigase la regla original. Naturalmente, entre esos dos extremos, se situaban todas las otras interpretaciones. Los más rigoristas, a los que se conocía con el nombre de «los espirituales», habían caído en el error y en la desobediencia, con lo cual habían dado armas a los enemigos de la orden en la Universidad de París. El joven superior general escribió una carta a todos los provinciales para exigirles la perfecta observancia de la regla y la reforma de los relajados, pero sin caer en los excesos de los espirituales.

El primero de los cinco capítulos generales que presidió San Buenaventura, se reunió en Narbona en 1260. Ahí presentó una serie de declaraciones de las reglas que fueron adoptadas y ejercieron gran influencia sobre la vida de la orden, pero no lograron aplacar a los rigoristas. A instancias de los miembros del capítulo, San Buenaventura empezó a escribir la vida de San Francisco de Asís.

La manera en que llevó a cabo esa tarea, demuestra que estaba empapado de las virtudes del santo sobre el cual escribía. Santo Tomás de Aquino, que fue a visitar un día a Buenaventura cuando éste se ocupaba de escribir la biografía del «Pobrecillo de Asís,» le encontró en su celda sumido en la contemplación. En vez de interrumpirle, Santo Tomás se retiró, diciendo: «Dejemos a un santo trabajar por otro santo». La vida escrita por San Buenaventura, titulada La Leyenda Mayor, es una obra de gran importancia acerca de la vida de San Francisco, aunque el autor manifiesta en ella cierta tendencia a forzar la verdad histórica para emplearla como testimonio contra los que pedían la mitigación de la regla.

Nombramiento como cardenal
San Buenaventura gobernó la orden de San Francisco durante diecisiete años y se le llama, con razón, el segundo fundador. En 1265, a la muerte de Godofredo de Ludham, el Papa Clemente IV trató de nombrar a San Buenaventura arzobispo de York, pero el santo consiguió disuadirle de ello. Sin embargo, al año siguiente, el Beato Gregorio X le nombró cardenal obispo de Albano, ordenándole aceptar el cargo por obediencia y le llamó inmediatamente a Roma. Los legados pontificios le esperaban con el capelo y las otras insignias de su dignidad. Según se cuenta, fueron a su encuentro hasta cerca de Florencia y le hallaron en el convento franciscano de Mugello, lavando los platos. Como Buenaventura tenía las manos sucias, rogó a los legados que colgasen el capelo en la rama de un árbol y que se paseasen un poco por el huerto hasta que terminase su tarea. Sólo entonces San Buenaventura tomó el capelo y fue a presentar a los legados los honores debidos.

Gregorio X encomendó a San Buenaventura la preparación de los temas que se iban a tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de la unión con los griegos ortodoxos, pues el emperador Miguel Paleólogo había propuesto la unión a Clemente IV. Los más distinguidos teólogos de la Iglesia asistieron a dicho Concilio. Como se sabe, Santo Tomás de Aquino murió cuando se dirigía a él. San Buenaventura fue, sin duda, el personaje más notable de la asamblea. Llegó a Lyon con el Papa, varios meses antes de la apertura del Concilio. Entre la segunda y la tercera sesión reunió el capítulo general de su orden y renunció al cargo de superior general. Cuando llegaron los delegados griegos, el santo inició las conversaciones con ellos y la unión con Roma se llevó a cabo. En acción de gracias, el Papa cantó la misa el día de la fiesta de San Pedro y San Pablo. La epístola, el evangelio y el credo se cantaron en latín y en griego y San Buenaventura predicó en la ceremonia.

Muerte
El Doctor Seráfico murió durante las celebraciones, la noche del 14 al 15 de julio. Ello le ahorró la pena de ver a Constantinopla rechazar la unión por la que tanto había trabajado. Pedro de Tarantaise, el dominico que ciñó más tarde la tiara pontificia con el nombre de Inocencio V, predicó el panegírico de San Buenaventura y dijo en él: «Cuantos conocieron a Buenaventura le respetaron y le amaron. Bastaba simplemente con oírle predicar para sentirse movido a tomarle por consejero, porque era un hombre afable, cortés, humilde, cariñoso, compasivo, prudente, casto y adornado de todas las virtudes.»

Doctrina
La oración
No contento con transformar el estudio en una prolongación de la plegaria, consagraba gran parte de su tiempo a la oración propiamente dicha, convencido de que ésa era la clave de la vida espiritual. Porque, como lo enseña San Pablo, sólo el Espíritu de Dios puede hacernos penetrar sus secretos designios y grabar sus palabras en nuestros corazones.

Tan grande era la pureza e inocencia del santo que su maestro, Alejandro de Hales, afirmaba que «parecía que no había pecado en Adán». El rostro de Buenaventura reflejaba el gozo, fruto de la paz en que su alma vivía. Como el mismo santo escribió, «el gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma».

El santo no veía en sí más que faltas e imperfecciones y, por humildad, se abstenía algunas veces de recibir la comunión, por más que su alma ansiaba unirse al objeto de su amor y acercarse a la fuente de la gracia. Pero un milagro de Dios permitió a San Buenaventura superar tales escrúpulos. Las actas de canonización lo narran así: «Desde hacía varios días no se atrevía a acercarse al banquete celestial».

Pero, cierta vez en que asistía a la Misa y meditaba sobre la Pasión del Señor, Nuestro Salvador, para premiar su humildad y su amor, hizo que un ángel tomara de las manos del sacerdote una parte de la hostia consagrada y la depositara en su boca.

A partir de entonces, Buenaventura comulgó sin ningún escrúpulo y encontró en la santa Comunión una fuente de gozo y de gracias. El santo se preparó a recibir el sacerdocio con severos ayunos y largas horas de oración, pues su gran humildad le hacía acercarse con temor y temblor a esa altísima dignidad. La Iglesia recomienda a todos los fieles la oración que el santo compuso para después de la misa y que comienza así: Transfige, dulcissime Domine Jesu...

Celo por las almas
Buenaventura se entregó con entusiasmo a la tarea de cooperar a la salvación de sus prójimos, como lo exigía la gracia del sacerdocio. La energía con que predicaba la palabra de Dios encendía los corazones de sus oyentes; cada una de sus palabras estaba dictada por un ardiente amor. Durante los años que, pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo, que constituye una verdadera suma de teología escolástica. El Papa Sixto IV, refiriéndose a esa obra, dijo que «la manera como se expresa sobre la teología, indica que el Espíritu Santo hablaba por su boca».

Defensa de la doctrina franciscana
Los violentos ataques de algunos de los profesores de la Universidad de París contra los franciscanos perturbaron la paz de los años que Buenaventura pasó en esa ciudad. Tales ataques se debían, en gran parte, a la envidia que provocaban los éxitos pastorales y académicos de los hijos de San Francisco ya que la santa vida de los frailes resultaba un reproche constante a la mundana existencia de otros profesores. El líder de los que se oponían a los franciscanos era Guillermo de Saint Amour, quien atacó violentamente a San Buenaventura en una obra titulada Los peligros de los últimos tiempos.

Éste tuvo que suspender sus clases durante algún tiempo y contestó a los ataques con un tratado sobre la pobreza evangélica, con el título de Sobre la pobreza de Cristo. El Papa Alejandro IV nombró a una comisión de cardenales para que examinasen el asunto en Anagni, con el resultado de que fue quemado públicamente el libro de Guillermo de Saint Amour, fueron devueltas sus cátedras a los hijos de San Francisco y fue ordenado el silencio a sus enemigos. Un año más tarde, en 1257, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino recibieron juntos el título de doctores.

Escritos
San Buenaventura escribió un tratado Sobre la vida de perfección, destinado a la Beata Isabel, hermana de San Luis IX de Francia y a las Clarisas Pobres del convento de Longchamps. Otras de sus principales obras místicas son el Soliloquio y el tratado Sobre el triple camino. Es conmovedor el amor que respira cada una de las palabras de San Buenaventura.

Juan Gerson, el erudito y devoto canciller de la Universidad de París. escribe a propósito de sus obras:

A mi modo de ver, entre todos los doctores católicos, Eustaquio (porque así podemos traducir el nombre de Buenaventura) es el que más ilustra la inteligencia y enciende al mismo tiempo el corazón. En particular, el Breviloquium Itinerarium mentis in Deum están compuestos con tanto arte, fuerza y concisión, que ningún otro escrito puede aventajarlos.
Y en otro libro, comenta:

Me parece que las obras de Buenaventura son las más aptas para la instrucción de los fieles, por su solidez, ortodoxia y espíritu de devoción. Buenaventura se guarda cuanto puede de los vanos adornos y no trata de cuestiones de lógica o física ajenas a la materia. No existe doctrina más sublime, más divina y más religiosa que la suya.
Estas palabras se aplican sobre todo, a los tratados espirituales que reproducen sus meditaciones frecuentes sobre las delicias del cielo y sus esfuerzos por despertar en los cristianos el mismo deseo de la gloria que a él le animaba.

Como dice en un escrito, «Dios, todos los espíritus gloriosos y toda la familia del Rey Celestial nos esperan y desean que vayamos a reunirnos con ellos. ¡Es imposible que no se anhele ser admitido en tan dulce compañía! Pero quien en este valle de lágrimas no haya tratado de vivir con el deseo del cielo, elevándose constantemente sobre las cosas visibles, tendrá vergüenza al comparecer a la presencia de la corte celestial.» Según el santo, la perfección cristiana, más que en el heroísmo de la vida religiosa, consiste en hacer bien las acciones más ordinarias.

He aquí sus propias palabras: «La perfección del cristiano consiste en hacer perfectamente las cosas ordinarias. La fidelidad en las cosas pequeñas es una virtud heroica». En efecto, tal fidelidad constituye una constante crucifixión del amor propio, un sacrificio total de la libertad, del tiempo y de los afectos y, por ello mismo, establece el reino de la gracia en el alma. El mejor ejemplo que puede darse de la estima en que San Buenaventura tenía la fidelidad en las cosas pequeñas, es la anécdota que se cuenta de él y del Beato Gil de Asís (23 de abril).

Casi quinientos sermones de Benaventura se han conservado, la mayor parte de ellos anotados por sus oyentes.1

La autoridad al servicio
Se cuenta que, como superior general, fue un día a visitar el convento Foligno. Cierto frailecillo tenía muchas ganas de hablar con él, pero era tímido para atreverse. Pero, en cuanto partió San Buenaventura, el frailecillo cayó en la cuenta de la oportunidad que había perdido y echó correr tras él y le rogó que le escuchase un instante. El santo accedió inmediatamente y tuvo una larga conversación con él, a la vera del camino.

Cuando el frailecillo partió de vuelta al convento, lleno de consuelo, San Buenaventura observó ciertas muestras de impaciencia entre los miembros de su comitiva y les dijo sonriendo:

Hermanos míos, perdonadme, pero tenía que cumplir con mi deber, porque soy a la vez superior y siervo y ese frailecillo es, a la vez, mi hermano y mi amo. La regla nos dice:
«Los superiores deben recibir a los hermanos con caridad y bondad y portarse con ellos como si fuesen sus siervos, porque los superiores, son, en verdad, los siervos de todos los hermanos».
Así pues, como superior y siervo, estaba yo obligado a ponerme a la disposición de ese frailecillo, que es mi amo, y a tratar de ayudarle lo mejor posible en sus necesidades».
Tal era el espíritu con que el santo gobernaba su orden. Cuando se le había confiado el cargo de superior general, pronunció estas palabras:

Conozco perfectamente mi incapacidad, pero también sé cuán duro es dar coces contra el aguijón. Así pues, a pesar de mi poca inteligencia, de mi falta de experiencia en los negocios y de la repugnancia que siento por el cargo, no quiero seguir opuesto al deseo de mi familia religiosa y a la orden del Sumo Pontífice, porque temo oponerme con ello a la voluntad de Dios. Por consiguiente, tomaré sobre mis débiles hombros esa carga pesada, demasiado pesada para mí. Confío en que el cielo me ayudará y cuento con la ayuda que todos vosotros podéis prestarme.
Estas dos citas revelan la sencillez, la humildad y la caridad que caracterizaban a San Buenaventura. Y, aunque no hubiese pertenecido a la orden seráfica, habría merecido el título de Doctor por las virtudes angélicas que realzaban su saber.

Buenas noches marce685:

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Dios te bendiga. ¡ Ánimo !


Gracias por la recomendación.

siguiendo con la enseñanza
LAS TRES ORDENES FRNACISCANAS SON:
Primera Orden: Frailes o Hermanos Menores

Franciscanos o Hermanos Menores (OFM), Menores Conventuales(OFMConv.), Menores Capuchinos (OFMCap.).

Segunda Orden: Hermanas contemplativas (Clarisas, Capuchinas, Concepcionistas...)

Hermanas Franciscanas Clarisas (OSC), Clarisas Capuchinas, Franciscanas Concepcionistas, Anunciadas o Franciscanas de la Virgen María.

Tercera Orden: Franciscanos Seglares, Regulares y Jufra

Orden Franciscana Seglar (OFS), Regla de la OFS, Terciarios Regulares (Congregaciones TOR), Regla de la TOR, Institutos Seculares Franciscanos.

EL CARISMA FRANCISCANO

San Francisco de Asís experimentó como ningún otro fundador la invasión del «espíritu del Señor», tanto en su vida personal como en su misión de iniciador de una forma nueva de vida. De esa experiencia le venía la seguridad en el camino emprendido y en la interpretación dada por él al seguimiento de Cristo, afirmada con tanta fuerza al dictar su Testamento: «El Señor me dio el comenzar de esta forma la vida de penitencia...». Hasta siete veces repite la misma expresión: El Señor me dio, el Señor me reveló.

Carismático consciente, el Poverello no sintió ni por un momento la tentación de sustraerse a la Iglesia visible. La sola idea de que sus hermanos, ensoberbecidos con el don del Espíritu, pudieran salirse de la obediencia jerárquica, como tantos reformadores de entonces, le alborotaba el ánimo.[6] Por eso tuvo prisa por someter a la aprobación de la Iglesia romana su carisma de fundador: «El Altísimo mismo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio..., y el señor Papa me lo confirmó» (Test 14-15).

Veía en esa sujeción la garantía insustituible de la fidelidad al mismo ideal evangélico: «Así, sometidos y sujetos a los pies de esta santa Iglesia, cimentados en la fe católica, guardaremos la pobreza y humildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, que firmemente hemos prometido» (2 R 12,4).

Pero la sumisión a la Iglesia jerárquica no le impidió mantener la originalidad de su vocación, si bien no siempre le fue fácil. Humildísimo y sumiso, «pequeñuelo y siervo» de todos, supo afirmar y defender su ideal de fundador, primero, frente al obispo de Asís, después, frente al cardenal de San Pablo, que quiso disuadirle de lanzarse a una fundación nueva, y frente al papa Inocencio III, quien no disimuló sus temores ante aquella aventura de pobreza total; y más tarde, frente al partido de los doctos, apoyados por el cardenal Hugolino, empeñados en comunicar a la fraternidad una estructura de resabios monásticos; finalmente, frente al mismo Hugolino y frente a las preocupaciones canónicas de la curia romana, en el momento de dar forma definitiva a la Regla.

En esta lucha, tan contraria a su temperamento y tan dura para su fe, no escasearon trances de depresión profunda al sentirse incomprendido de los prudentes, impotente para hacer aceptar su «camino de la sencillez» que Dios le había revelado, un camino para él tan claro. Entonces, turbado en su pequeñez, se refugiaba en la oración; pero un día escuchó de labios de Cristo: «¿Por qué te asustas, hombrecillo? ¿No soy yo quien ha plantado la fraternidad?».[7]

Poseída de idéntica fortaleza, santa Clara defendería también con tenacidad, aun ante la Sede apostólica, la integridad de su vocación, en especial el «privilegio» de la pobreza absoluta. A Inés de Praga le escribía: «Si alguien te dice o sugiere otros caminos contrarios al que has abrazado o que a ti te parecen opuestos a la vocación divina, con todos los respetos, no sigas en manera alguna tales consejos, antes bien aférrate, virgen pobrecilla, a Cristo pobre» (2CtaCl 17-18).

El franciscanismo nació como movimiento. Francisco es el iniciador de un impulso múltiple, pero bien definido, cuya característica es la sinceridad cristiana: prontitud alegre y suelta, al imperio del amor, para seguir a Cristo y, por Él, experimentar el misterio de la hermandad con los hombres y con la creación bajo la paternidad de Dios. Fue -dice Celano- como el despertar de una nueva primavera: «Se produjo en él y por medio de él una alegría inesperada y una santa renovación en todo el mundo, haciendo florecer los antiguos y olvidados gérmenes de la religión primitiva. Difundióse en los corazones escogidos un nuevo espíritu y se derramó entre ellos una como unción saludable...» (1 Cel 89).

Un entusiasmo que no sólo hizo crecer rápidamente el grupo inicial de los hermanos menores y luego el de las damas pobres, sino que provocó por todas partes un anhelo de experiencia evangélica que cuajaría en las agrupaciones de los hermanos de penitencia. En realidad repercutió en la piedad, en el arte, en la vida litúrgica, en el dinamismo apostólico y en la vida social de la Iglesia.

El franciscanismo no ha dejado de afirmarse nunca como movimiento. La insatisfacción es nota permanente en la historia minorítica, y el profetismo ha puesto en jaque las estructuras internas siempre que éstas han caído en el inmovilismo cómodo. Por eso es una historia de períodos atormentados, de luchas por el ideal, de reformas y de escisiones. Para quien mira superficialmente ese fenómeno, resulta incomprensible que una orden, cuya característica es el amor y que se define como fraternidad, haya roto tantas veces la unidad interna. Pero, visto en su significado real, es signo de pujanza que impide el estancamiento, búsqueda sin reposo de adaptación renovadora mediante la fidelidad al ideal. La reforma pertenece en algún sentido a la esencia de las instituciones franciscanas.

En otras épocas el grupo reformador tendía a definirse como tal y terminaba, por reacción contra la «comunidad» -es decir, la institución-, por institucionalizarse él mismo. Y se daba un proceso que repetía el que la orden experimentó en su evolución: vuelta a la sencillez y espontaneidad de origen, gusto por la intimidad fraterna en el eremitorio, dejando el convento, apostolado preferentemente de testimonio y de presencia; y, luego, paulatinamente, acomodación a las condiciones reales de la vida, realizando la conjunción entre carisma e institución que da el equilibrio dinámico de los momentos más fecundos de la historia franciscana. Este equilibrio suele producirse en la segunda generación después de cada movimiento de reforma.

Y henos hoy de nuevo en trance de reforma. Hay algo muy fundamental que no marcha. Como en las grandes ocasiones de revisión total, las familias franciscanas se han puesto tácitamente de acuerdo en la necesidad de remontarse a los orígenes, para tomar en su fuente el propio carisma y hacer de él un mensaje vivo para el mundo de hoy. No es de creer que vuelva a producirse el fenómeno de las reformas secesionistas; sería anacrónico. Hoy el camino no puede ser otro que el señalado por el Concilio: clarificar los ideales del fundador, el espíritu propio de cada instituto y la misión que está llamado a realizar en la Iglesia; tratar de establecer la relación entre ese espíritu y el mundo concreto que lo ha de recibir; y, a base de esa confrontación, podar sin pena las adherencias de tiempos y ambientes que han quedado atrás, lanzándose al riesgo de dar con un lenguaje nuevo que produzca en nuestra generación la misma admiración gozosa que despertó en el siglo XIII el lenguaje de Francisco. Volver a lo que él llamaba su camino: el de la «santa sencillez». Cuando se vive con sinceridad el Evangelio, como él lo vivió, es la vida misma la que se hace mensaje. Las estructuras, si son necesarias, aparecen como expresión de la verdad de esa vida.

Y entonces es fácil sentir de continuo la invitación del Espíritu a la renovación penitencial, como la sentía el Poverello, enfermo y trabajado, al final de su vida: «¡Comencemos, hermanos, a servir al Señor, porque hasta ahora poco o nada hemos hecho!» (1 Cel 103). Toda su vida fue una búsqueda incesante, puesta la atención en los signos por los que el Altísimo podía comunicarle la trayectoria que debía seguir. Desde la primera forma de vida, en 1210, hasta el Testamento, 1226, hay una evolución palpable en la respuesta concreta a la vocación evangélica. La muerte te sorprendió desbrozando el camino. Evolucionó, pero no vaciló. Marchó seguro en la misma línea que le fuera manifestada al principio. Fue voluntad de adaptación, no acomodación ambigua de quien cede condescendiendo. Nunca afirmó tan nítidamente su vocación y la de su fraternidad como al dictar sus últimas voluntades.

El ideal franciscano es patrimonio común no sólo de las varias familias que integran la primera y la segunda orden, sino de la infinita floración de institutos religiosos -y ahora también seculares- que reconocen a san Francisco por Padre. Tienen sus propios fundadores y fundadoras, pero con una vinculación carismática, expresamente cultivada, al espíritu del Poverello. Su mismo número y variedad pone de manifiesto la inagotable virtualidad del franciscanismo y su capacidad de adaptación a las necesidades y a las condiciones de vida de los hombres. Y es patrimonio asimismo de cuantos forman en las filas de la Orden Franciscana Seglar, en comunión fraterna con los hijos e hijas de san Francisco que han abrazado una vida de consagración.
marce685
 
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor rosita forero » Jue Dic 18, 2014 2:13 pm

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San Francisco de Asís




"Ninguna otra cosa hemos de hacer sino ser solícitos en seguir la voluntad de Dios y en agradarle en todas las cosas." San Francisco de Asís "


1 «Bautismo de San Francisco de Asís».


Imagen

En septiembre de 1182 fue bautizado nuestro santo en la Catedral de San Rufino en Asís. Italia el 26 de septiembre a los pocos días de nacido. Le pusieron por nombre Juan.
su Padre Bernardone comerciaba especialmente en Francia. Como se hallase en dicho país cuando nació su hijo, la gente le apodó “Francesco” (el francés)


San Francisco da El paso al amor radical de Dios

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Paseándose en cierta ocasión a caballo por la llanura de Asís, encontró a un leproso. Las llagas del mendigo aterrorizaron a Francisco; pero, en vez de huir, se acercó al leproso, que le tendía la mano para recibir una limosna. Francisco comprendió que había llegado el momento de dar el paso al amor radical de Dios. A pesar de su repulsa natural a los leprosos, venció su voluntad, se le acercó y le dio un beso. Aquello cambió su vida. Fue un gesto movido por el Espíritu Santo, pidiéndole a Francisco una calidad de entrega, un “sí” que distingue a los santos de los mediocres.


la oracion y el lamento del santo

...Imagen Imagen

después de este evento, Francisco frecuentaba lugares apartados donde se lamentaba y lloraba por sus pecados. Desahogando su alma fue escuchado por el Señor. Un día, mientras oraba, se le apareció Jesús crucificado. La memoria de la pasión del Señor se grabó en su corazón de tal forma, que cada vez que pensaba en ello, no podía contener sus lágrimas y sollozos.

Restos del hábito del Santo, expuestos en su
Basílica de Asís, Italia


Imagen


Así llevó dos años llevando vida solitaria y eremítica. Restauró tres iglesias en su pueblo natal: San Damiano,
San Pedro de la Espina y la Porciúncula y en el mes de abril del año 1208, viste el típico
sayal franciscano junto con sus compañeros Bernardo de Quintavalle, Pedro Cattaneo, Gil
de Asís y algún otro. Así nace la Orden de los Frailes Menores, la Primera Orden.

san francisco y su apostolado

Imagen

Dos años más tarde, en el año 1210 redactó la primera Regla de su Orden, regla que fue
aprobada por el Papa Inocencio III y aunque se le insinuó que se ordenase de sacerdote, por
humildad no quiso y sólo fue ordenado como diácono y así, desde 1209 a 1224 ejerció una
intensísima vida apostólica


funda la segunda orden las clarisas

Imagen..

En 1212 toma los hábitos su convecina Clara de Asís y funda junto con ella la Segunda
Orden Franciscana (Clarisas).

fundó la Tercera Orden Seglar Franciscana

Imagen

en el año 1221 fundó la Tercera
Orden Seglar Franciscana. Son multitud las personas que le siguieron y siguen de una u otra
manera, pero viviendo el auténtico espíritu del evangelio, “sin glosa”, como le gustaba a él
decir

llevó en su cuerpo los estigmas de la Pasión de Cristo

Imagen


Se le ha llamado y llama “el serafín” porque llevó en su cuerpo los estigmas de la Pasión de
Cristo. El día 14 de septiembre del año 1224, festividad de la Santa Cruz, Francisco,
extremadamente débil, se encontraba en oración en el Monte de la Verna. Estando en
éxtasis, se le apareció un serafín alado que le hirió gravemente las manos, pies y costado
reproduciendo en su cuerpo las llagas de Cristo. Él quedó marcado para toda su vida.

.
Muerte de San Francisco de Asis


Imagen

Regresó a Asís, visiblemente dolorido y ya no levantó cabeza pasando un doloroso calvario
hasta el día de su muerte. Incluso se le dañaron los ojos quedando casi ciego
Murió la tarde del sábado día 3 de octubre del año 1226 con sólo cuarenta y cinco años de
edad cantando el salmo 141:

SALMO 141

1 Salmo de David.

Yo te invoco, Señor, ven pronto en mi ayuda;

escucha mi voz cuando te llamo;

2 que mi oración suba hasta ti como el incienso,

y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde,

.


rosita forero
 
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Dic 19, 2014 2:31 pm

“Marcelino, pan y vino” Imagen

Marcelino, pan y vino es una película española creada por José María Sánchez-Silva y García-Morales, la música compuesta por Pablo Sorozábal y guión Ladislao Vajda, José María Sánchez-Silva y García-M, y dirigida por Ladislao Vajda en 1954; se estrena el 24 de febrero de 1955 en España. Se trata de uno de los mayores éxitos comerciales del cine español. Está basada en una historia religiosa de los Frailes Franciscanos en los que podemos ver su trabajo, espiritualidad, catequesis, caridad…

Los Franciscanos compartiendo los alimentos, Marcelino escuchando.- Imagen

Reparto: Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juan Calvo, José Marco Davó, Juanjo Menéndez, Joaquín Roa, Mariano Azaña, Isabel de Pomés, Rafael Calvo, Antonio Ferrandis, Joaquín Vidriales, José Nieto, Fernando Rey, Josefina Serratosa.

El Superior, buscando un hogar para Marcelino, que no encuentra, por lo que se queda con los frailes.

A Marcelino Fray "malo", le enseño a leer, asi le llamaba por que estaba enfermo.

Marcelino.- Imagen

El tema de la película es la historia de Marcelino un bebé abandonado a las puertas de un convento de frailes franciscanos. Tras bautizarlo, los frailes se encargan de su educación. Pasados cinco años, Marcelino es ya el centro de la vida monacal. Un día descubre en el desván una imagen de Jesucristo crucificado. El niño se compadece de ese hombre con los brazos abiertos y le ofrece un mendrugo de pan, que el hombre acepta. Mantienen conversaciones y en las semanas siguientes Marcelino le lleva siempre algo de pan y vino. El niño confiesa su deseo de conocer a su madre, que está en el Cielo y que nunca había conocido.

Marcelino conoce a la madre de Manuel.

Marcelino aprende a orar con los frailes.

Una de las escenas más hermosos es cuando Marcelino le retira la corona de espinas a Jesús.

Marcelino ofreciendo pan a Cristo.-
Imagen

Admirados los frailes al ver a Marcelino en brazos de Jesús.

La película, gano varios premios entre ellos:
• Festival de Cine de Berlín: Oso de Plata
• Festival Internacional de Cine de Cannes: mención especial a Pablito Calvo.
• Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos: Mejor película y Mejor actor secundario (Juan Calvo).
• Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor wyseen » Sab Dic 20, 2014 11:28 am

Estimados compañeros puesto que ya casi todos han respondido a las preguntas hechas y algunos de uds. han empezado a poner más información yo me permito compartir acerca de los símbolos franciscanos. Menciono los principales:

Símbolos franciscanos
Símbolos típicamente franciscanos son reconocidos la Tau franciscana, el cordón franciscano con tres nudos, el hábito franciscano, el Cristo de San Damián.
La Tau franciscana
Origen
La Tau corresponde a la última letra del alfabeto hebreo y a la decimonovena del alfabeto griego, aunque también fue un símbolo utilizado en otras culturas como la Egipcia (el símbolo de la vida eterna o cruz ansada: el anj). Fue el santo egipcio San Antón (Antonio Abad) quien primero la usó como distintivo cristiano y por ello es llamada más propiamente como cruz de San Antón. Con color azul sobre el pecho de un hábito negro, era el uniforme distintivo de los miembros de la Orden de San Antonio. Símbolo del dios Mithra de los Persas y de los Aryos de la India. Para ellos, Mithra era el ángel de luz, o la luz celestial. Es usado por modernos masones como símbolo de la T cuadrada.

Uso franciscano
Su uso en el franciscanismo se remonta al mismo Francisco de Asís, quien la usaba como su firma y sello personal. Durante la época de Francisco y a partir del IV Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III, la Tau era un símbolo muy utilizado por la Iglesia Católica en general, como signo de conversión y señal de la cruz.
Se le relacionaba con el libro de Ezequiel (9,3-6), en el cual Yahveh mandaba a su enviado a marcar con una Tau en la frente a los justos de Jerusalén, mientras que en el libro del Apocalipsis (7, 2-4), se asocia a la Tau como el símbolo que tienen en la frente los siervos y salvos de Dios.2
Otros pasajes bíblicos hacen referencia a la Tau, por ejemplo era el símbolo con el que los israelitas marcaban los dinteles de sus puertas en la celebración de la Pascua y representa a la vara que Moisés convirtió en serpiente.

La Cruz de tau, también llamada cruz de San Antonio, cruz de Santa Tecla, o por simplificación, tau,1 es una figura emblemática en forma de T y que habitualmente se representa con los extremos de sus brazos ampliados. Es un símbolo empleado por la Orden franciscana como signo distintivo de los miembros de sus diferentes organizaciones.

San Francisco y la "Tau"
San Francisco de Asís, que participó en el Concilio en calidad de superior general de una Orden aprobada por la Iglesia, debió de tomarse muy en serio la invitación de Inocencio III pues, según los compañeros y sus primeros biógrafos, amaba y veneraba la Tau (nombre de la letra T en hebreo y griego) "porque representa la cruz y significa una verdadera penitencia". Al comienzo de cualquier actividad se santiguaba con dicha señal, la prefería a cualquier otro signo y la pintaba en las paredes de las celdas. En sus conversaciones y predicaciones la recomendaba a menudo, y la dibujaba a modo de firma en todas sus cartas y escritos, "como si toda su preocupación fuese grabar el signo de la tau, según el dicho profético, sobre las frentes de los hombres que gimen y se lloran, convertidos de veras a Cristo Jesús".
Entre los manuscritos autógrafos de Francisco en que firma con la "Tau" se encuentra su célebre "Bendición a fray León", reliquia que se conserva en la Basílica de San Francisco de Asís.

La "Tau" en tiempos de San Francisco
La devoción por la "Tau" no es original de Francisco. Parece ser que un tipo de cruz romana tenía esa forma (ver, por ejemplo, una de las representaciones más antiguas: el Grafito de Alexámenos), aunque no hay certeza absoluta sobre la forma que pudo tener la cruz en que fuera crucificado Jesús. En tiempos de San Francisco, o al menos desde 1191, la usaron profusamente como signo de pertenencia a la orden y de su vocación caritativa, los Crucíferos o antonianos de San Antonio Abad, que en Asís regentaban el hospital de San Salvador de las Paredes. Los Valdenses, fundados por Pedro de Valdo, contemporáneo de San Francisco, llegaron a declarar como dogma de fe que la cruz de Cristo tenía forma de T. La Cruzada de los niños de 1212 la tomó por distintivo. En Jerusalén, una orden caballeresca que tomó parte en la Segunda Cruzada era conocida como Orden de la Tau y sus miembros llevaban ese signo en el cuello de la capa. Por tanto, lo que hizo el santo de Asís fue asimilar un signo ya existente, que encajaba bien con su espiritualidad e ideales, basados en la contemplación e imitación de Cristo pobre y crucificado.

Imagen

Cordón de San Francisco
El cordón de San Francisco que usan los franciscanos lleva tres o cinco nudos.1 Estos nudos tienen distintos significados. El cordón fue tomado por San Francisco de Asís como si fuera un cinturón, aunque es mucho más simple y sencillo, iba atado igual que hoy en día a la cintura ciñendo el sayal que tomó como hábito. Los Franciscanos de la OFS han dejado de utilizar hábito y hoy en día solo usan un distintivo en ocasiones de reunión con la orden, que consiste en un escapulario y la cuerda.
El cordón de San Francisco se puede ver en una habitación especial ubicada en la parte derecha junto al altar en la basílica de Santa María de los Ángeles en la Ciudad de Asís en Italia.

Símbolos
5 Nudos: Simbolizan los estígmas de Jesucristo causados por la crucifixión.
3 Nudos: Simbolizan los 3 votos de Pobreza, Obediencia y Castidad para las 1a. y 2a. Orden. y la tercera orden regular. Para la OFS simbolizan Pobreza utilitaria, Obediencia y humildad, los miembros de la tercera orden son comúnmente casados.

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El Escapulario

Está hecho de fieltro marrón sobre el que se cose unas telas o estampados que representan en el centro, dentro de un óvalo: el escudo franciscano: son los brazos de Jesús yFrancisco saliendo de nubes y detrás está la Cruz, este escudo, en su parte inferior tiene cadenas, a la derecha una rama de laurel u olivo, sobre la cual hay cuatro coronas y a la izquierda la rama de olivo o larel, sobre ella se encuentran una Mitra papal, de Obispos, arriba en el centro, un corazón dentro de una corona de espinas; fuera del óvalo,

en las esquinas del recuadro, están cuatro escudos: en la parte superior izquierda uno igual al descrito dentro del óvalo; en la parte superior derecha, el de los 5 racimos de uvas, símbolo de las cinco llagas; abajo a la izquierda, un escudo con la Iglesia de .....; abajo a la derecha, un escudo con la Iglesia de ....En la otra pieza del Escapulario, que va sobre el pecho, se representa, dentro de un óvalo, la imágen de San Francisco bendiciendo con la mano derecha al Hermano León (de rodillas) y con la izquierda le da un papel, la bendición escrita especialmente para él, que aún se conserva en Asís. Sobre sus cabezas, se ven pequeños ángeles, y uno de medio cuerpo con una cítara.

Fuera del óval en la esquina superior izquiera se rtepresenta la Inmaculada Concepción y a derecha el Cristo de San Damián, en la esquina inferior izquierda San Luis IX Rey de Francia y a la derecha Santa Isabel de Hungría.

En la parte inferior de este recuadro hay un rectángulo con la representación de una ceremonia en un altar, parece ser San Francisco, dos Hermanos de rodillas y fuera del altar Santos Patronos Franciscanos, de pie y de rodillas. Cada pieza estampada está rodeada por un cordón con nudos. Ambos cuadros de fieltro se unen con cintas para armar el escapulario, éstas son blancas en el período de formación y marrones cuando se hacen los votos definitivos.

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Cristo de San Damián
El Cristo de San Damián es una cruz del medioevo creada en torno al año 1190 para la Iglesita dedicada a San Damián, encargada seguramente por un gremio de comerciantes de Asís

El proceso de conversión de San Francisco de Asís fue largo, en este proceso, su segundo gran encuentro con Cristo, del que nos ha quedado constancia tiene lugar ante el Crucifijo de San Damián, cuando Cristo le responde a su pregunta e inquietud con estas palabras: "Francisco, ve y repara mi iglesia que amenaza ruinas"

La oración ante el crucifijo de San Damián, a decir de algunos biógrafos, es la respuesta que Francisco da a estas palabras.

Oración ante el Crucifijo de San Damián
Sumo y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.

Simbolismo de la imagen
La imagen muestra un Cristo resucitado, vivo, están presentes la mano de Dios Padre y el Espíritu Santo, la imagen de Santa María y San Juan Evangelista a los lados.

Oraciones franciscanas
San Francisco no escribió de su puño y letra sus propias enseñanzas y oraciones, es lo que concluyen la mayoría de sus biógrafos, sino que dictaba y esto principalmente a fray León uno de sus primeros y más fieles seguidores.

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Otros símbolos que se consideran además de los que acabo de mencionar son el hábito franciscano, las sandalias.
wyseen
 
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor Faustinak » Dom Dic 21, 2014 6:07 am

hola, quiero compartir lo que, "vitrineando" por la web, encontré....un detalle muy bueno de la famosa Divina Comedia, obra de la cual yo sólo había escuchado....

Presentación
La obra escrita por el autor Dante Alighieri (La Divina Comedia), ha sido la que ha significado su reconocimiento mundial, la cual se escribió aproximadamente entre la edad media y principios del Renacimiento.
El autor nos quiere dar a conocer en su obra como inicia perdiéndose en un bosque para después conocer lugares que para muchos, pueden ser interesantes, como el infierno, el purgatorio y el cielo, pero en éste trabajo nos vamos a especificar en la parte del infierno, la cual enseguida haré una breve reseña de lo que yo leí.

Introducción
El hombre es capaz de situarse en el mundo en el momento que simboliza, está capacidad de simbolización se da porque imagina y genera una actitud ético-estética ante el mundo. "Ciencia, arte, técnica, mito, magia... en fin, todas las figuras de la acción humana son fragmentos cuajados de la fuerza desbordante de la imaginación que humaniza lo real y humaniza al hombre".
Para el historiador o teórico, directa o indirectamente, la información literaria como intensificación de la experiencia urbana, constituye una reserva importante de reflexiones, sugerencias e implicaciones.
Por otra parte la ciudad reflejada en la obra literaria se senta como una de las dimensiones de la ciudad, aunque en un distinto plano de la realidad. De la misma manera, otros medios de comunicación al actuar como testimonio superan las dimensiones del documento y concurren para constituir la imagen contemporánea de la ciudad.
Hemos querido a través de este escrito utilizar la literatura como una herramienta más dentro de las áreas interdisciplinares a fines con la arquitectura para explicar con ello un espacio imaginario de la edad media que ha sido obra maestra de la literatura mundial. Este artículo no pretende ser un análisis crítico literario de la obra, es un ejercicio de imaginación del espacio a través de la narración poética; las imágenes que lo conforman sirven de guía para entrar a la multidiversidad de espacios que nos presenta el mundo imaginario de Dante unido con el ciberespacio; más que una postura crítica, el fin es entender a través de una percepción individual de la obra el lugar dantesco.

ANÁLISIS LITERARIO DE LA OBRA "DIVINA COMEDIA"
Datos generales
Nombre de la obra: Divina Comedia
Autor: Dante Alighieri
Movimiento o escuela literaria: Medieval o época edad media
Género literario: Épico
Especie literaria: Poema sacro
Estructura: La Divina Comedia es un poema alegórico estructurado en un total de 100 cantos, todos ellos escritos con la misma regla métrica, tercetos endecasílabos, y con un cuidado considerable por la forma y la estructura.
De los 100 cánticos, 33 corresponden al Cielo, 33 al Purgatorio y 33 al Infierno, ás un cántico introductorio. La composición del poema se ordena según el simbolismo del número tres, que se vincula a la Trinidad:
Tres personajes principales, estrofa de tres versos y cada una de las tres partes cuentan con treinta y tres cantos. La estructura matemática de la Divina comedia, por otra parte, es mucho más compleja de lo que aquí se esboza. Pero semejante armonía casi matemática puede hacer pensar en un manifiesto formal, en algo alejado de la sensibilidad y la libertad creadora. Nada más equivocado. La piedad, la ternura y la tristeza gobiernan esta arquitectura sagrada cuyos versos perfectos poseen una poderosa e irrepetible emoción estética.

Lenguaje-estilo: La lengua empleada fue el "vulgar", no el latín, más adecuado para una tragedia según las reglas clásicas.
Fuentes de la obra: Para la Divina Comedia Dante tomó inspiración de algunas tradiciones literarias que eran ampliamente conocidas en su época: la literatura de viaje y la de visión del otro mundo. Éstas provenían fundamentalmente de tres fuentes: la literatura cristiana medieval, la antigüedad grecolatina y la producción mística y legendaria del Cercano Oriente.

La literatura cristiana medieval abundó en descripciones de ultratumba cuya intención principal era advertir sobre los peligros del pecado. El detalle de los castigos terribles que esperaban a las almas condenadas, así como los horrores del Infierno, debían producir espanto en las personas. Ejemplo de ello es lo que se conoce como los bestiarios medievales: la colección de representaciones de seres muchas veces monstruosos que se veían frecuentemente en la decoración de los templos y las ilustraciones de diferentes libros.

Algunos relatos cristiano medievales de viajes y visiones que Dante posiblemente debió conocer son: Jerusalén celestial de Fray Giacomino de Verona, la Visión de fray Albérico y el Viaje de Saint Brendand.
Más próximo a la formación de Dante está el Tesoretto de su maestro Brunetto Latini, donde se narra en forma alegórica un viaje al más allá.

También la literatura grecolatina desarrolló relatos de viajes al inframundo y encuentros con seres sobrenaturales. Por ejemplo, las aventuras de Ulises en la Odisea y los viajes de Eneas por el Mediterráneo y su descenso al Hades en el canto VI de la Eneida.

Otras fuentes y antecedentes del viaje de Dante son las visiones del trasmundo en la literatura árabe. Entre ellas, por ejemplo, figuran las Revelaciones de la Meca del filósofo árabe Ibn Arabi. y el relato del recorrido místico del profeta Mahoma en el Viaje nocturno (o Libro de la escala). Además de los relatos mencionados, hay otro antecedente anterior en la tradición iraní del Arda Viraf. Son muchas las similitudes que hay entre la Divina Comedia y el Arda Viraf y por eso se lo considera como la fuente más antigua: en los dos el protagonista realiza un viaje de aprendizaje por el más allá; aparecen guías espirituales que le revelan verdades trascendentes; el recorrido se hace a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso y culmina con la contemplación de la verdad suprema; se repiten algunos detalles simbólicos, especialmente los relacionados con los números 3 y 7; se describen con gran detalle los tormentos a que son sometidas las almas condenadas, según la gravedad de sus culpas.

Es muy probable que Dante haya tenido conocimiento del Arda Viraf gracias a la vinculación de los Fedeli d"amore con la orden de los Templarios (quienes estuvieron en contacto con las tradiciones del Cercano Oriente desde tiempos de las Cruzadas).

DESCRIPCION
Intención de la obra: La intención de la obra es transmitir el mensaje que debemos de luchar por la vida, debemos de tener ganas de vivir y luchar por lo que más queremos en esta vida, debemos de hacer respetar nuestros derechos y no dejar que nadie nos maltrate.
Argumento de obra:
Dante cuenta que se encontraba perdido en una selva oscura. Si bien llega a divisar la luz del sol sobre la cima de una montaña, al intentar ascender se le aparecen tres fieras pantera (lujuria), león (soberbia y ambición) y loba (avaricia), que le cortan el camino; la sombra del poeta Virgilio le socorre y ambos inician un viaje a través del Infierno y el Purgatorio.
Durante su descenso por el Infierno, Dante nos describe está divido en 9 círculos, los primeros cinco forman el alto infierno y los cuatro últimos forman el bajo infierno, los cuales se van haciendo más pequeños, formando una especie de continuos círculos hacia el centro de la tierra. Dante recorre estos círculos en 24 horas según él parece que estuvo ahí un buen tiempo, incluso se hace mención, en alguna parte del libro que dura más.
Aquí es cuando Dante y Virgilio recorren el bosque lleno de pozos, despeñaderos, pantanos y arenales; entran al primer círculo del infierno, donde Dante ve y describe muchos aspectos y características del mundo infernal.

El primer círculo, que es el Limbo, conoce y ve a las personas que no están bautizadas, también ve a muchos filósofos y sabios poetas del mundo antiguo que se encuentran en esta parte del infierno, aquí Dante conoce el Aqueronte (río del infierno), al barquero Caronte, con el cual tienen una pequeña disputa, la cual Virgilio, con su toque de magia, lo hace calmar, también Virgilio le comenta que ya han sido sacado se ahí el rey David, Noé, Abel y Raquel.

El segundo círculo, están los lujuriosos y personas que pecan utilizando el amor para bienes propios. Espacio de más dolor que el limbo, Aquí aparece Minos que era rey de Creta, el cual presidía el infierno, dictaba sentencia a los condenados con los giros de su cola, señalando a que círculo debería de ir, también encuentra a muchos reyes que fueron lujuriosos y a la vez utilizaron el amor para sacar provecho, como Cleopatra.

El tercer círculo está lleno de gulosos, dice Dante que es el lugar de lluvia eterna, maldita y fría aquí aparece Cerbero que es un perro de tres cabezas las cuales simbolizan a la voracidad insaciable, lo describe con barba grasienta y negra, el cual es calmado por Virgilio, también Dante se topa con Ciacco, el cual dice estar ahí por la insaciable gula, pero dice haber vivido en la ciudad de Dante, Florencia, el cual pide a Dante limpiar su reputación allá arriba y le pide también que busque a algunos amigos que se encuentran todavía más profundo en el infierno.

El cuarto círculo están los avaros y derrochadores, lo preside el gran enemigo de la humanidad, el rey de la riqueza, Pluto, entre ellos mismos hay choques y peleas. También aquí aparecen los papas y cardenales que con el dinero de
El quinto círculo están los coléricos (ira), aquí se encuentran la Laguna Estigia que es un pantano donde están las almas desnudas nadando en el lodo y del enojo se arrancan la piel con los dientes, después se enfrenan contra las gorgonas llegando a la ciudad de Dite a las puertas de la ciudad (que está cerrada por cierto) llega un mensajero del cielo abriendo las puertas de esta con una varita (algo así como hada madrina) y pasando ellos entonces adentro.

El sexto círculo Dante observa como los herejes están en sepulcros de fuego un tipo de castigo muy severo (ya está en la ciudad de Dite), Dante es informado por Farinata sus infortunios y desdenes que tendrá durante su recorrido, pero Virgilio su maestro estará ahí para guiarlo.

El séptimo círculo está vigilado por minotauro. Este círculo está subdivido en tres círculos: Lago de sangre, aquí se encuentran las personas que mataron a otras (asesinos), llenos de piedra y rodeados por un río inmenso de sangre. Cada uno de estos círculos tiene almas que corresponden a cada uno de ellos por ejemplo los espíritus malditos, Bosque de espinas, Aquí se encuentran las personas que usaron la violencia contra sí mismos (suicidas), Violentos contra Dios, aquellos que pueden violentarse contra Dios, contra otros y contra ellos, injuriosos y usureros (homosexuales), aquí se encuentra el flegotonte donde hierven los violentos y también los centauros, comandados por Quirón, Neso los guía por aquel círculo, donde incluso ven a Atila.

El octavo círculo, aquí se condenaban en fosas a 10 diferentes tipos de fraudulentos. Desde lo que vivían de las mujeres (en estos tiempos llamados gigoloes), los aduladores (lame botas), adoradores de oro (aquí entrarían los políticos de los videos), falsos magos (líneas psíquicas), estafadores (medio mundo político de México) hipócritas, ladrones (políticos mexicanos) malos consejeros, discordia (amarrar navajas), falsificadores (Tepito).

Aquí encuentran a Gerión, que es el símbolo del fraude, el cual los ayuda para pasar de aquel círculo. Aquí también tiene el enfrentamiento con los demonios.En el noveno círculo se encuentran los traidores. En la entrada como dos grandes torres, se encuentran los gigantes Ticio y Tifeo, los cuales lucharon en contra de Júpiter y fueron vencidos. Dante tiene una pelea con Bocca degli Abati, que era un florentino traidor de los güelfos. En él se encuentra el constructor de la Torre de Babel que impidió al mundo hablar la misma lengua. Dante y Virgilio se topan con lucifer el príncipe de las tinieblas. Éste es el peor de los círculos y el más temeroso ya que se describe a lucifer con medio cuerpo fuera de la superficie glaciar y masticando a Judas. Éste también se divide en 4, que son: Primer recinto del noveno círculo, la caína: Los traidores a sus parientes. Segundo recinto del noveno círculo, la Antenora: Los traidores a su patria. El suplicio por el hielo. Tercer recinto del noveno círculo, la Plotomea:
Los traidores a sus amigos y huéspedes. Cuarto recinto del noveno círculo, la Judesca: Los traidores a sus bienhechores. Judas y Lucifer.
Dante lo describe como "una montaña de 7 círculos" es un lugar donde se sufre temporalmente, vaya un ligar de paso.

Catón es el guardián del purgatorio: es un viejo de barba blanca cascarrabias que atraviesa el infierno y el purgatorio en un barca.

Se divide en 7 círculos pero antes de entrar a ellos un ángel con una espada les graba 7 PC en la frente y pasando cada círculo se les van a ir quitando las 7 PC.

Soberbia: Aquí cabe destacar que Dante cambia de actitud ya que en el primer círculo del infierno él se cree superior a Sócrates y a los grandes pensadores, aquí en este círculo se le pregunta "tú eres Dante" a lo que él contesta: "si soy el solo que no soy tan famoso todavía". Aquí se le borra el pecado.

Envidia: Aquí los envidiosos tienen los ojos cocidos y cerrados con alambre.

Ira: Una humareda oscura priva la vista de los castigados.

Pereza: En la cuarta terraza se podrían encontrar las almas de aquellos que pecaron por descuido lo que sería la Pereza. Desde el momento en vida en que se falla al buscar el amor, aquí son condenados a incesantes trabajos. Los ejemplos de entusiasmo o energía, las virtudes opuestas, son clamados por las almas que recorren la terraza. Estos ejemplos incluyen episodios de la vida de la Virgen María, Julio Cesar y Eneas. Esta actividad, además, remplaza las oraciones verbales de esta terraza. Estos perezosos están demasiado ocupados siquiera para conversar durante sus trabajos, por ello esta es una de las secciones más cortas del poema.
Alegóricamente, la pereza espiritual y la falta de cuidado llevan a la tristeza,40 la bienaventuranza de esta terraza es Beati qui lugent ("Benditos sean los que sufren, pues serán reconfortados," Mateo 5:441 ) (Canto XVIII y XIX).
Al caer la segunda noche, con los poetas aún en la terraza, Dante sueña con una Sirena (Canto XIX).

Avaricia y despilfarro: En las tres últimas terrazas se encuentran los que pecaron por amar buenas cosas, pero amándolas excesivamente o desordenadamente. En la quinta terraza, la excesiva preocupación por los bienes terrenales, ya sea codiciosamente o extravagantemente, es castigada y purificada, y los avaros y los adinerados yacen boca abajo al suelo, sin posibilidad de moverse. Sus oraciones son Adhaesit pavimento anima mea, tomada de Salmos 119:25 ("Mi alma esta adherida al polvo, vivifícame con Tu Palabra,"42 ), una oración que expresa el deseo de seguir las Leyes de Dios (Canto XIX).
En esta terraza, Hugo el Grande se lamenta, en contraste, cómo la avaricia había motivado las acciones de sus sucesores, y "profetiza" eventos que sucederían luego de la época en la que se ubica al poema, pero antes de la época en que es escrito el poema:

Gula: La sexta terraza purifica a los glotones, y en general, a todos aquellos que a pesar de estar satisfechos insistían al comer, beber, saciar su cuerpo.47 En una evocadora escena del castigo de Tántalo, los glotones mueren de hambre ante árboles llenos de frutos que nunca estaran a su alcance.47 En este círculo los ejemplos son dados por voces que se escuchan entre los árboles. Juan el Bautista, quien vivía de langostas y miel (Mateo 3:448 ), es un ejemplo de las virtudes opuestas, templanza o moderación;47 mientras que un ejemplo clásico de gula es cuando los Centauros ebrios se enfrentan a los Lápitas.47

Lujuria: Aquí un alma atormentada le dice a nuestro protagonista "dichoso tu que estás vivo y vives para aprender".
Salen del purgatorio y entran al paraíso terrestre. Dante llora por despedirse de Virgilio (que nena) lo acompaña Estacio que los había seguido en el trayecto desde el quinto circulo y sirve de conexión ente Dante y Beatriz.
Al finalizar, Dante junto con el maestro Virgilio sigue el camino donde ven de nuevo las cosas bellas que muestra el cielo.

El alma de Beatriz le acompañará de ahí en adelante, hasta los últimos círculos del Paraíso.
Por fin llegan al tan esperado cielo, este a diferencia de los otros no está dividido en círculos si no en cielos y aquí van subiendo de menor a mayor, cabe destacar que aquí los cielos son representados como los planetas y el sol pero como en ese tiempo todavía no se descubrían Saturno ni Plutón por lo cual les llama cielo estrellado y cielo cristalino respectivamente.

Luna: La región del fuego en el cielo, este fuego no quema no hiere, aquí todo lo que se quiere se puede. Beatriz le dice a Dante "si la razón sigue a los sentidos debes de tener muy cortas las alas".

Mercurio: Todo lo que era castigo en el infierno ahora es gozo.

Venus: Aquí es el cielo de los espíritus del amor.

Sol: Doctores en filosofía y teología.

Marte: Nuestro protagonista se encuentra con su tatarabuelo quien le dice que lo van a desterrar de Florencia (Mm...¿La Eneida?)

Júpiter: Hay una danza de criaturas sobre estas formas hay un águila.

Saturno: Aquí Dante menciona "recorrí con mi ojos las 7 esferas y vi tan pequeño nuestro globo y me dio risa su vil aspecto.

Cielo estrellado: No pasa nada relevante.

Cielo cristalino: En esta esfera empieza y concluye el movimiento mientras todo lo demás gira a su alrededor.
Dante llega al Empíreo un lugar fuera del cielo se podría definir como el cielo supremo lugar donde acaba la travesía de Dante. El empíreo es un cielo de pura luz.


Acciones Principales:
Dante se encuentra en el bosque, perdido y confundido.
Aparece Virgilio, su maestro, el cual es mandado por Beatriz, su amada, para ayudarle.Dante acepta la ayuda de Virgilio y toma la decisión de hacer el viaje con él.
El infierno está formado por nueve círculos, en los cuales Dante se adentra a cada uno describiéndolos.
Dante y Virgilio, recorre el infierno en 24 horas.
Virgilio muestra cada uno de los círculos del infierno, ya que él conocía muy bien y que tipo de almas son las que caen en cada uno.
Dante se topa con muchos genios, poetas, filósofos, etc. Y se siente entusiasmado por ver a muchos de sus maestros, pero a la vez, también se encuentra con muchos seres desagradables.
En el último circuló se encuentra lucifer, es el último de los círculos, en él se encuentran conocidos personajes, tales como Mahoma y Judas.
Dante y Virgilio, después de su recorrido, por fin se retiran del infierno.

Estilo de la obra: Los procedimientos más importantes de la novela son: el uso de la ironía que se manifiesta en toda la novela; la parodia referida tanto a los libros de caballerías como a textos o instituciones religiosas (de ahí parte de la comicidad y humor de la obra).
También es importante destacar la gradación ascendente del motivo del hambre en los primeros capítulos y en la cantidad de simetrías y contrastes esparcidos en el relato.
El estilo de la novela es una excelente muestra de elegancia y decoro literarios, ya que no aparece el uso de jergas, y abunda el empleo eficaz de recursos estilísticos en beneficio de una deliberada economía expresiva.

Trascendencia de la Divina Comedia:
La historia narrada en la Divina Comedia puede ser interpretada en sentido literal y en sentido alegórico.
El sentido literal se refiere a la anécdota narrada en el poema: gracias a la misericordia divina, Dante realiza un viaje de aprendizaje por los tres reinos de ultratumba para purificar su alma.
El sentido alegórico alude a una significación más profunda de la narración, por medio del encadenamiento de los símbolos. El viaje de Dante representa el proceso de su alma, que debe redimirse de los pecados con auxilio de la razón (Virgilio), la teología y la fe (Beatriz) y la contemplación (Bernardo de Claraval), y gracias a la intercesión de la Virgen María.
Almas condenadas en el infierno; ilustración del Viaje nocturno del Profeta. Siglo XV
Dentro de esta significación alegórica, también se distinguen un sentido moral y otro anagógico o místico. En su significación moral el poema intenta conducir a los lectores a obrar adecuadamente pues advierte cómo las pasiones ponen en riesgo la salvación del alma, cuya naturaleza frágil la predispone a las tentaciones y el pecado.
De acuerdo con su interpretación anagógica o mística, la obra se presenta como un instrumento de elevación del hombre hacia verdades superiores cuyo conocimiento sólo se alcanza a través de la revelación de una sabiduría suprema: la humanidad sólo puede apartarse de la miseria si deja que el Imperio le guíe en los asuntos terrenales (simbolizado por la compañía de Virgilio) y la Iglesia en lo espiritual (Beatriz), bajo el amparo de la mirada divina (intercesión de Bernardo de Claraval).
Los diversos sentidos en que puede leerse la Divina Comedia se vinculan con su finalidad didáctica. Pero, además de ésta, Dante persiguió otros objetivos a la hora de componer su poema:

Estudio de los personajes de la obra Divina Comedia:
De los personajes principales:
a) Principales:
Dante.- Protagonista de la obra, quien a través de su viaje al más allá ayudara al ser humano en su conversión al bien.
Virgilio.- Maestro y guía de Dante, conducirá al hombre al Paraíso.
Beatriz Portinari.- Amada de Dante. Es la virtud, la perfección. El ideal de lo que debe ser el hombre. Representa a Dios.
Lebrel.- Señor de Verona, protector de Dante. Será, en la simbología de la obra, la salvación de Italia, la salvación de la sociedad.
Virgen María.- Madre de Jesús, cuyo ejemplo de virtud, entrega y resignación, debe ser un espejo de la humanidad.
Apóstoles: Pedro, representa la fe; Santiago, la esperanza; y Juan, la caridad.

b) Secundarios:
Ciacco
Farinata
Campaneo
Ubaldino de Pila
Matilde
Estacio
Del ambiente.- La selva del inicio, de ahí se mueve al infierno, luego el purgatorio y finalmente el paraíso

Estructura de la Divina Comedia:
El poema contiene 14.733 versos distribuidos en tres partes llamadas cantigas o cánticas que se corresponden con cada uno de los tres reinos de ultratumba: Infierno, Purgatorio, Paraíso.
Cada cantiga está formada por cantos. En total, son cien cantos que se distribuyen en treinta y cuatro cantos en Infierno, treinta y tres en Purgatorio y también treinta y tres en Paraíso.
El viaje en sí mismo abarca noventa y nueve de esos cien cantos, pues el canto I del Infierno es la presentación de la situación inicial del protagonista. Recién en el último verso de ese canto Dante y Virgilio comienzan a caminar:
Los cantos están escritos en un tipo de estrofa llamada terza rima, que está formada por tres versos endecasílabos (once sílabas) encadenados según una rima que sigue el esquema ABA-BCB-CDC. Para que al final de cada canto no quede un verso suelto (es decir, sin rimar con ningún otro), la última estrofa es un cuarteto.
Si se observa atentamente la organización formal de la obra, se percibe que hay un equilibrio entre todas sus partes; este equilibrio se apoya en tres números a los que Dante atribuía una significación importante: 1, 3 y 10.
Como en toda alegoría, los símbolos pueden tener diferentes interpretaciones. Algunas significaciones posibles de los números en la Divina Comedia podrían ser: el 1 alude al ser humano (la unidad sería el individuo); el 3 se vincula simbólicamente con la Trinidad (Dios padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo); el 10 sería la proyección del hombre (la unidad) hacia la perfección (3) y la eternidad (0), pues surge de los otros números: (3 x 3)+1=10
A partir de estas cifras se desarrollan otras combinaciones numéricas que se reiteran en la obra (33 y 100). Por ejemplo:
3 cantigas de 33 cantos cada una, más 1 canto inicial (total 100 cantos); estrofas de 3 versos; cada rima se reitera 3 veces (excepto la primera del canto): ABA-BCB-CDC-DED…
Además de la curiosidad que despiertan estas reiteraciones numéricas, queda en evidencia la preocupación de Dante por el cuidado de los detalles y, a la vez, la importancia que se daba en la Edad Media a la construcción de alegorías. Esto no se ve únicamente en la literatura, sino también en otras expresiones medievales como por ejemplo la arquitectura de las catedrales, que estaba colmada de detalles simbólicos cuyo significado podía ser entendido por algunos iniciados (seguramente las cofradías de constructores).

¿Quién cuenta la obra?
Lo relata el propio Dante, que a la manera de algunos héroes griegos decide descender a los infiernos en busca de su amada Beatriz. Virgilio, poeta clásico autor de La Eneida, le acompañará y guiará en el viaje a través de las dos primeras partes (Infierno y Purgatorio), enseñándole cómo los pecadores purgan sus faltas y realizando a través de ellos una reflexión moral y ética sobre el mundo. En la última parte, cuya estructura invita al lector a una introspección filosófica y teológica, Dante se reúne por fin con Beatriz en el Paraíso.
Temas:
El tema central de la obra es una visita al mundo del más allá acompañado por Virgilio, su guía y maestro en los infiernos y en la poesía pues, según Dante, a él debe "la gloria del lenguaje".
Temas de carácter popular y amoroso.

RESUMEN DE LA OBRA DIVINA COMEDIA

INFIERNO: Dante según sus comentadores viajó al infierno a la edad de 35 años, el día de Viernes Santo del año 1300, recorrió todos los círculos en 24 horas. El infierno que nos presenta tiene forma de embudo o de cono invertido, el cual está dividido en círculos decrecientes. Los círculos son nueve y ruinosa y atroz es su topografía; los cinco primeros forman el Alto Infierno, los cuatro último el Infierno Inferior, que es una ciudad con mezquitas rojas, cercada por murallas de hierro.

Adentro hay sepulturas, pozos, despeñaderos, pantanos y arenales; en el ápice del cono está Lucifer. Una grieta que abrieron en la roca las aguas del Leteo comunica el fondo del Infierno con la base del Purgatorio.
Para Alighieri el infierno va descendiendo desde la superficie boreal estrechándose gradualmente hasta el centro del globo terráqueo; está connotación que el autor hace sobre el espacio de Lucifer se desprende del centro de la tierra hacia adentro, tomando en cuenta que las penumbras representan el mal, el abajo que para en ese entonces no se convertía en arriba, (recordemos que para la época en que se escribe la obra, no existe una idea clara de la forma de la tierra y sus respectivos movimientos), es tomado como lo no deseado, abajo del hombre lo único que existe es indeseable.

Ahora bien, el manejo que el autor hace de este espacio es más descriptivo que en el purgatorio y el paraíso. Se basa en la planificación de la ciudad medieval y en el comportamiento de los seres humanos de esa época, el espacio imaginario del infierno va más ligado a la realidad, por ello utiliza algunas referencias medievales en la descripción de algunos círculos, que son espacios arquitectónicos característicos, como la puerta del infierno o la ciudad de Dite, (ciudad a la que hace analogía con Florencia medieval, su ciudad natal). Esto nos ayuda a entender, que Dante había descubierto el infierno en el espacio que habitaba diariamente.

Cada uno de los nueve círculos es un espacio totalmente diferente donde se albergan culpas o penas que son el alma vital de cada espacio haciéndolos únicos; hasta llegar al infierno y retomar la subida al purgatorio.
La división de espacios es la siguiente:
Primer círculo: Donde está el Limbo. En él se encuentra las personas que no fueron bautizadas, destacándose entre ellos personajes de connotación histórica que según la religión católica mueren sin conocer la fe; este espacio está conformado por un castillo rodeado de 7 muros denominado la "mansión de los justos".

Segundo círculo: Errantes por el espacio se encuentran los lujuriosos y las personas que pecan por amor utilizándolo para bien propio. Minos juzga a las almas y las sumerge en un gran torbellino incesante que los agobia en la soledad absoluta.

Tercer círculo: Metidos en el fango, se encuentran los glotones, los soberbios y los envidiosos; azotados en el suelo por una lluvia fuerte "La Tormenta" y desollados por un cerebro de tres cabezas "El can cerbero", Dante se encuentra con Ciacco y hablan de las discordias de Florencia.

Cuarto círculo: En este círculo pródigo y avaro, chocando y mofándose unos con otros, están arrastrados por enormes peso; aquí los clérigos, papas y cardenales están cubiertos por un manantial de aguas oscuras que generan un pantano.

Quinto círculo El quinto círculo y el sexto están conformados por la ciudad de "Dite" (Plutón), rodeada de una laguna que encierra gran fetidez; su entrada resaltada por una gran puerta, hace parte de una muralla de hierro; aquí se encuentra los orgullosos, los herejes, los libres pensadores y los materialistas.

Sexto círculo: Los herejes, metidos en sepulcros de fuego. Farinata predice a Dante su destierro e infortunios.

Séptimo círculo: El séptimo círculo vigilado por el minotauro, está dividido por tres círculos llenos de piedra y rodeados por un gran río de sangre. A partir de este espacio cada círculo empieza a tener divisiones que albergan una pena en particular, por ejemplo los espíritus malditos que están divididos en tres: los violentos, los injuriosos y los usureros.

Primer recinto del séptimo círculo: Los violentos. Su suplicio: el Minotauro. El centauro Neso pasa a Dante a través del Flegetón.
Segundo recinto del séptimo círculo: Los violentos contra sí mismos: los suicidas, los disipadores.
Tercer recinto del séptimo círculo: Los violentos contra Dios, contra la naturaleza y contra la Sociedad.

Octavo círculo: los fraudulentos. Comprende diez fosas: la primera, de los rufianes y los seductores y la segunda, de los aduladores y los cortesanos.
Tercera fosa del octavo círculo: Los simoníacos.
Cuarta fosa del octavo círculo: Los adivinos, aquí Virgilio explica a Dante el origen de "Mantua".
Quinta fosa del octavo círculo: Los que trafican con la Justicia; están sumergidos en pez hirviendo. Los demonios atacan a los poetas, Dante y Virgilio, en el Infierno grotesco.
Sexta fosa del octavo círculo: Los hipócritas; soportan capas de plomo dorado.
Séptima fosa del octavo círculo: Los ladrones, mordidos por serpientes. Predicciones de Vanni Fucci de Pistoia contra Florencia.
Octava fosa del octavo círculo: Los consejeros, hechos llamas. Aquí explican el trágico fin de Ulises.
Novena fosa del octavo círculo: Los escandalosos, cismáticos y herejes, acuchillados. Suplicio de Mahoma y otros.
Décima fosa del octavo círculo: Los charlatanes y falsarios, cubiertos de lepra.

Noveno y último círculo: Para los traidores. Comprende cuatro recintos. Antes de llegar a él, hay un pozo rodeado de gigantes. Anteo lleva a los poetas al fondo del noveno círculo. En el noveno círculo y último, están los gigantes, masas brutales e inertes que son sepultados en la tierra, confundidas con torres. Dentro de él hay un pozo de cuatro zonas distintas oprimidas por hielos gruesos, en él se encuentra el constructor de la torre de babel que impidió al mundo hablar la misma lengua. En el centro de la tierra, entre hielos que envuelven las sombras, está Lucifer con medio cuerpo fuera de la superficie glacial, masticando a Judas como juguete de plástico.

Es interesante que dentro de la cultura occidental siempre se haya tenido una concepción del infierno lleno de llamas, en cambio para Dante el hielo, la cueva y la oscuridad es la casa de Lucifer.
Primer recinto del noveno círculo, la caína: Los traidores a sus parientes.
Segundo recinto del noveno círculo, la Antenora: Los traidores a su patria. El suplicio por el hielo.
Tercer recinto del noveno círculo, la Plotomea: Los traidores a sus amigos y huéspedes.
Cuarto recinto del noveno círculo, la Judesca: Los traidores a sus bienhechores. Judas y Lucifer.
Dante y Virgilio salen del infierno.

PURGATORIO
Nueve son los círculos del infierno, nueve son las terrazas del purgatorio y nueve los astros que conforman el paraíso; la sumatoria de tres veces tres da nueve, lo cual ratifica la importancia del número tres en la religión católica, como la divina trinidad, las tres gracias, etc.

Después de descender Dante y Virgilio por los nueve círculos del infierno y encontrarse en el hogar de Lucifer, ascienden por una montaña conformada de nueve terrazas que se van restringiendo hasta la cumbre. En este espacio, Dante empieza ya a tomar referencias materiales de la tierra y se remonta más hacia el sentido de la naturaleza, es por ello que para él la montaña es el inicio de una gran travesía hacia el cielo donde se pueden purgar las penas.
La montaña es una isla y tiene una puerta; en sus laderas se escalonan terrazas que significan los pecados mortales; el jardín del Edén florece en la cumbre, los espacios divididos en su interior son:

Primera plataforma: Dante, sostenido por Virgilio, llega a una plataforma donde están los Negligentes.

Puerta del purgatorio: Visión de Dante durante su sueño; al despertar se encuentra en el tercer rellano de la montaña, donde está la puerta del Purgatorio, vigilada por un ángel.

Primer círculo: Donde se purga el pecado de la soberbia y se castiga a los orgullosos.

Segundo círculo: Donde se purga el pecado de la envidia.

Tercer círculo: Donde se purga el pecado de la ira. Dante ve en éxtasis algunos ejemplos de mansedumbre. Los poetas se hallan rodeados de un humo espeso.

Cuarto círculo: Donde se purga el pecado de la pereza. Dante ve en su imaginación ejemplos de ira castigada.

Quinto círculo: Donde se purga el pecado de la avaricia. Visión de Dante castigando a los avaros.

Sexto círculo: Donde se purga el pecado de la gula y se muestran algunos ejemplos de templanza. Stacio explica su permanencia entre los avarientos y los perezosos.

Octavo círculo: Una voz salida de un árbol recuerda ejemplos de gula. Un ángel guía a los poetas, Dante y Virgilio hasta el séptimo círculo.


PARAÍSO
En este espacio Dante se despide de Virgilio (La Sabiduría y La Poesía) y se encuentra con Beatriz (La Teología) quien lo acompaña en su recorrido.
Lugar caracterizado por esferas celestes movidas por coros angelicales, que se producen de los 4 elementos básicos: aire, fuego, agua y tierra. El paraíso esta conformado por nueve cielos y la ciudad de Dios, cada uno de ellos es una esfera que rodea la tierra, los siete primeros eran los planetas conocidos, el octavo las constelaciones solares y estrellas fijas, y el noveno estaba determinado por un cielo cristalino que permanece inmóvil, donde se encuentra el paraíso.

Los primeros sietes cielos o esferas los simboliza, las 7 virtudes teologales que son parte de la exploración del paraíso a través de consideraciones morales y espirituales:

Primer cielo: El de la Luna (fortaleza). Beatriz explica la causa de las manchas de la Luna.

Segundo cielo: El de Mercurio (justicia). Beatriz explica el modo de satisfacer los votos que han sido rotos.

Tercer cielo: Esfera de Venus(templanza), donde están las almas de los enamorados. Carlos Martel manifiesta cómo puede nacer de un padre virtuoso un hijo vicioso.

Cuarto cielo: El del Sol (prudencia). Santo Tomás de Aquino expone el orden con el que Dios creó el Universo.

Quinto cielo: El de Marte (fe), donde están las almas de los que han combatido por la fe.

Sexto cielo: El de Júpiter (esperanza), donde se encuentran los que han administrado rectamente la justicia. Cacciaguida nombra a muchos de los espíritus que componen la cruz.

Séptimo cielo: El de Saturno (caridad), donde formando una escala ascendente, están los que se dedicaron a la vida contemplativa. Satira contra el lujo del clero en la época medieval.

Octavo cielo: Descenso de Jesucristo y la Virgen María al octavo cielo. Coronación de la Virgen María por el Arcángel Gabriel. Este cielo está conformado por las constelaciones, maneja una escena netamente mística y doctrinal, donde se reúnen los esplendores del cielo y de la tierra.

Noveno cielo: Llamado el Primer Móvil. Apóstrofe de San Pedro contra los malos eclesiásticos. Custodiado por nueve ángeles que giran en torno a un punto luminoso lejano se encuentra el paraíso Dantesco que simboliza la ciudad de Dios: la iglesia triunfante.

La Ciudad de Dios: El Empíreo. Triunfo de los ángeles y de los bienaventurados. Beatriz hace que Dante fije su atención en la ciudad de Dios.

Biografía de Dante Alighieri
Dante Alighieri nació en Florencia el 18 de mayo de 1265, en medio de la transición social que dio origen a la burguesía y al derrumbe de la nobleza feudal. Hijo de Alighieri de Bellincione y Donna Bella, quien lo educó esmeradamente y le prodigó toda su ternura, alejada de aquel mundo lleno de intolerancia y odio.
Dante solo tenía ocho años cuando perdió a su madre, y poco después su padre volvió a casarse. Desde entonces el niño huérfano trato en vano de llenar con sus juegos infantiles el vacío profundo de su corazón.
A la edad de 9 años su vida es marcada por la presencia de Beatriz Portinari, sintió por ella una gran ternura y ya en la adolescencia se convertiría en un apasionado amor. Cuando el joven poeta pierde a su padre, toda su existencia la volcó en el amor de Beatriz.
Acariciando aquella esperanza arrobadora, recibió Dante cierta vez una cruel noticia: los padres de Beatriz la habían casado con un rico florentino, pero años más tarde ésta moriría, desgarrando profundamente su corazón.
No le fue suficiente, para desahogar su infinita pena, escribir la «Vida Nueva», en que confiesa las tribulaciones de su amor inextinguible. Le era preciso comenzar una nueva vida sin Beatriz.
Se dedicó a adquirir una sólida formación intelectual y profundos conocimientos en disciplinas como: Gramática, Historia, Astronomía, Ciencias naturales y Teología.
Ya por esos años de caos y confusión política, Dante se vuelve partidario del ejército Güelfo, y contrae matrimonio con Gemma di Manetto Donami, con quien tuvo tres hijos: Pedro, Jacobo y Antonia. A los 30 años, en medio de una confusión política, llega al priorato de la República.
Al oponerse a la intromisión del Papa Bonifacto VIII en la política de la ciudad, fue acusado de corrupción y condenado al destierro perpetuo. Así es como vaga por varias ciudades, mientras tanto el poeta escribía su famosa «comedia» peregrinando también con su fantasía por el mundo intangible de los muertos.
Diez y ocho años le llevo escribirla, hasta que en 1320 se trasladó a Ravena como diplomático. Al año siguiente, el 14 de setiembre, fallece víctima de malaria.

Contexto histórico y social
La Divina Comedia fue escrita a mediados del s. XIV, es decir, en el Trecenato italiano y en la Alta Edad Media.
Ésta fue una época de continuas crisis de subsistencias y disminuciones de la población, debido a la peste. El sistema político era la monarquía y el económico estaba basado en el feudalismo. Es período de recuperación de todo el esplendor que habían adquirido en la antigüedad y que el cristianismo había perdido. Las importantes corrientes artísticas en Europa occidental eran la paleocristiana, la musulmana y más tarde la románica y la gótica.Ésta fue también la época en la que nacieron la mayoría de las lenguas europeas. Durante mucho tiempo el latín había sido la lengua con más prestigio literario. Sin embargo, poco a poco se desarrolla la literatura en lengua romance, que igual que las lenguas vuelve a renacer, empezando a cultivar desde el cero los géneros literarios de la antigüedad. Es la época dorada de la epopeya, en la que se consagran las vidas y las hazañas de los grandes héroes de la época. El subgénero más importante de la épica medieval fue el cantar de gesta.
Pero junto con la épica en la Edad Media se cultivan otros poemas que tratan sobre los sentimientos personales. Eran composiciones breves, que los juglares interpretaban acompañándose de instrumentos musicales y cuyos rasgos fundamentales eran:
-La Oralidad, puesto que la mayoría la población era analfabeta las obras se componían para ser escuchadas, que es la causa por la cual la se han conservado muy pocas.
-La anonimia, precisamente por su proceso de creación y elaboración por cada uno de los juglares.
-Uso del verso, porque facilitaba la memorización de los textos.
-El carácter didáctico-moralizante, gran parte de estas obras medievales tenía la intención de divulgar la mentalidad cristiana.
-Temas de carácter popular y amoroso.
Pero a partir de los siglos XII y XIII se crea una literatura culta en lengua provenzal que influirá toda la lírica europea. Ésta lírica será denominada trovadoresca, porque así se llamaban sus cultivadores. El más importante tipo de composición amorosa era la CANSÓ que iba dirigida por el trovador a una dama noble y casada, considerada como imposible y a la quien se ofrece como vasallo. Este tipo de amor se conoce como amor cortés.Durante los siglo XIV y XV la lírica europea sigue la moda provenzal, que se estaba desgastando cada vez más, por lo que algunos poetas buscan la manera personal y original de expresar sus sentimientos sin utilizar los recursos agotados y predicando ya la llegada del renacimiento. Uno de estos escritores, es Dante Alighieri, el autor de La Divina Comedia, una obra maestra de todos los tiempos.

Modelos de prácticas de valores presentados por el autor
Valores:
Amor
Respeto
Generosidad
Arrepentimiento
Justicia
Luchar
Antivalores:
Mentira
Cobardía
Robar
Abuso
Maltrato
Venganza
Huir

Acercándonos al pensamiento del autor
¿Qué crees que lo inspiró a escribir esta obra? ¿Por qué?
Yo creo, que lo inspiró lo que había en su tiempo, ya que él estuvo en el tiempo del donde había muchas diferencias sociales, o quizás el vio algún caso de un amigos, aunque hay también un poco de ficción.
¿Crees que fue una experiencia personal?
No lo creo, porque él Lazarillo viajó por diferentes sitios y no creo que él hubiera viajado tanto, para mí de repente vio un caso de alguien y decidió escribirlo.
¿Crees que cambió en algo cambio la vida del lazarillo al tener varios amos en el transcurso de la obra? ¿Por qué?
No, por el contrario, yo creo que si a él le pasó todo esto, debe haberse sentido mal y como el lazarillo tiene un buen corazón, no creo que esto lo haya a hacer con otra persona, ya que él sabe lo que se siente.
¿Cuál de los pasajes de la obra te ha parecido más interesante? ¿Por qué?
Yo, creo que en donde el pone la llave en su boca, para que el clérigo no descubra que él tiene una copia de la llave verdadera; porque me asombra el ingenio que tiene el lazarillo por comer algo, ya que el clérigo solo le daba de comer cebollas.
¿Cuál es la intensión al atacar al clero y a los cristianos viejos?
Yo, creo que porque antes el clero y los cristianos, tenían poder, ya que estos decían ser hijos de Dios y ora por saber más que otras personas y tener más dinero por los diezmos que daban la gente del pueblo.
Impacto personal
Con un lenguaje vívido y de gran riqueza expresiva, además hablando la misma lengua que sus lectores y en primera persona de singular, el poeta funda una intimidad pocas veces alcanzada en una obra literaria.
IX.- LA OBRA EN EL CONTEXTO ACTUAL:
En la actualidad lo podemos llevar con las personas que cometen abusos con otras, sobre todo con las de menos recursos, y también con las personas que no tienen que comer.

Glosario de la obra
El Lazarillo de Tormes tiene una escritura rica en palabras antiguas, aquí presento el significado de algunas palabras que se encuentran fuera del vocabulario contemporáneo, y que pueden ser útiles en la comprensión del libro.
Adestralle: guía.
Almodrote.- Salsa compuesta de aceite, ajos, queso y otras cosas, con la cual se sazonan las berenjenas.
Arcaz.- (Prov. Arca) Pieza donde se guarda el dinero en las tesorerías. Caja, comúnmente de madera sin forrar y con tapa llana que aseguran varios goznes o bisagras por uno de los lados, y uno o más candados o cerraduras por el opuesto.
Birrete.- Gorro de forma prismática coronado por una borla, que sirve de distintivo en determinados actos a los licenciados y doctores de facultades universitarias, jueces, abogados, o magistrados.
Bodigo.- Panecillo hecho de la flor de la harina, que se lleva a la iglesia como ofrenda.
Bonete.- Especie de gorra de varias hechuras y comúnmente de 4 picos, usada en la antigüedad por los eclesiásticos, colegiales y graduados. 2. Gorro redondo sin ala.
Bula.- Sello de plomo que pende de ciertos documentos pontificios. Libros, o escrituras religiosas que tienen este sello.
Calabazada: cabezazo.
Canónigos.- Dignatario eclesiástico que forma parte del cabildo, catedral, o que desempeña una función pastoral o administrativa de la diócesis.
Continente: semblante.
Convidar: convocar.
Convite.- Acción y efecto de convidar: ofrecerse voluntariamente, mover, incitar. Especialmente aplicado a un banquete al que se es invitado.
Devotas: amantes.
Faisán.- Hongo comestible de color pardo que se cría en los jarales. 2. Ave del orden de las Galliformes, del tamaño de un gallo, con un penacho de plumas en la cabeza, cola muy larga y tendida y plumaje de vivos colores en el macho. Es ave de caza muy apreciada por su carne.
Fardel: saco.
Fenecer.- Concluir, poner fin a algo, terminar una cosa. 2. Morir, fallecer.
Gallofero.- Holgazán y vagabundo que anda pidiendo limosna.
Industriado: tramado.
Jubón.- Vestidura que cubría desde los hombros hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo.
Laceria: miseria.
Mendrugo.- Pedazo de pan duro o desechado 2. Tonto, zoquete.
Sangrías: hurtos.
Sayo.- Vestido estrecho, entero, abotonado, que usaban comúnmente los graciosos en los entremeses.
Servicial: criada.
Simplemente: ingenuamente.
Tranzada: trenzada.
Trebejando: jugando.
Turome: durote.
Zozobra.- Inquietud, temor 2. Fracasar o frustrarse

Bibliografía
Mi biblioteca de Consulta Encarta 2012
http://www.google.com.pe
http://www.wikipedia.com.pe

Autor: Ricardo Machaca Cayo

Fuente: http://www.monografias.com/
Faustinak
 
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Mar Dic 30, 2014 6:51 pm

Unos 2 mil jóvenes participarán del fin de año franciscano en Asís

Asís (Martes, 30-12-2014, Gaudium Press)
Como viene ocurriendo desde hace unos años, el próximo 31 de diciembre miles de jóvenes se encontrarán en la Basílica franciscana de Santa María de los Ángeles en Asís, Italia, para dar gracias a Dios por el año que culmina y encomendar el nuevo que inicia. Será un encuentro alegre por medio del cual los jóvenes iniciarán sus nuevos proyectos de la mano también de San Francisco de Asís y de los valores vividos por el santo italiano, como la fraternidad y el perdón.

El epicentro de la celebración de fin de año franciscano será la Santa Misa de medianoche / Foto: porziuncola.org
http://es.gaudiumpress.org/resource/vie ... 629&size=2

El momento principal del encuentro se desarrollará desde la tarde del 31 de diciembre hasta la mañana del 1º de enero, el cual estará enmarcado por una catequesis que ocurrirá en la Basílica a las 18:00 horas y presidirá el Padre Francesco Piloni, OFM, animador vocacional y Vicario provincial de los Frailes Menores de Umbría. Posteriormente, los jóvenes escucharán el testimonio de Davide Cerullo, quien frente al ‘atractivo' de la delincuencia escogió la vida, un regalo de Dios que ahora quiere transmitir a los demás jóvenes. Cerullo, cuando era un joven adolescente, se vio atraído por el mundo del crimen, y ahora se dedica a apoyar a jóvenes a salir del mundo de la delincuencia. De acuerdo con él "siempre hay posibilidad de cambiar, incluso cuando parezca imposible"

Tras la conferencia y el testimonio, tendrá lugar en la Basílica la Misa de medianoche, que estará presidida por el Padre Pietro Marini, OFM, y será ocasión para que los jóvenes den gracias a Dios por tantos dones recibidos durante el 2014 y encomendar a María, como Madre de Dios, el año nuevo. Esta celebración, así como la catequesis, será transmitida por la televisión web de la página oficial de la Porciúncula.

Peregrinación de antorchas de hace un año / Foto: porziuncola.org
http://es.gaudiumpress.org/resource/vie ... 628&size=2

Según nota de prensa emitida en el site de la Basílica franciscana, al menos unos 2 mil jóvenes han solicitado participar en este encuentro de fe en la casa de Francisco de Asís, acogiendo la invitación de los Frailes Menores de la ciudad italiana, "para mirar a San Francisco y hacer propia su paz, su alegría, su libertad y su elección incondicional de Dios que es amor".

Hace un año miles de jóvenes también se dieron cita en la Basílica de Santa María de los Ángeles para poner en las manos de Dios el 2014. En aquella ocasión el fin de año franciscano revivió el encuentro que sostuvo el Papa Francisco en el lugar unos meses antes también con los jóvenes. Como ocurrirá este año, en aquella ocasión también tuvo lugar una catequesis, además de una cena y un encuentro cultural, así como un testimonio y la celebración Eucarística. En la memoria, así como en fotografías, quedó guardado el momento de la procesión de antorchas en la que participaron los miles de jóvenes del fin de año franciscano.

Con información de porziuncola.org y Zenit.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace http://es.gaudiumpress.org/content/65965#ixzz3NQYym1fJ
Se autoriza su publicación desde que cite la fuente.
"No anteponer nada al amor de Dios"

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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Sab Ene 17, 2015 8:50 pm

SAN FRANCISCO DE ASÍS

Carta S. S. Juan Pablo II a los Ministros generales de las Órdenes franciscanas, en el VIII centenario del nacimiento de San Francisco (15-VIII-1982)

El 15 de agosto de 1982, el Papa Juan Pablo II, hoy San Juan Pablo II, con motivo del VIII centenario del nacimiento de San Francisco de Asís, dirigió a los Ministros Generales de las cuatro órdenes franciscanas una carta, cuya traducción al castellano tomamos casi literalmente de L'Osservatore Romano, Ed. semanal en lengua española, del día 3 de octubre de 1982. El original latino se publicó en L'Osservatore Romano del día 16 de septiembre del mismo año, y en Acta OFM 101 (1982) 247-254. Para facilitar la lectura, añadimos títulos y subtítulos. Las citas breves de la Escritura y de las fuentes franciscanas las incorporamos en el texto, con las siglas y abreviaturas habituales en nuestra revista.

A los queridos hijos Jonh Vaughn, Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores; Vitale Bommarco, Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales; Flavio Carraro, Ministro General de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos; Roland Faley, Ministro General de la Tercera Orden Regular de San Francisco: al terminar el VIII centenario del nacimiento de san Francisco de Asís.

Queridos hijos, salud y bendición apostólica.

I. VIGENTE ACTUALIDAD DE SAN FRANCISCO Imagen
«Brillaba como fúlgida estrella en la oscuridad de la noche, y como la aurora en las tinieblas» (1 Cel 37). Con estas palabras elogiaba a San Francisco de Asís Tomás de Celano, su primer biógrafo. Repetimos este elogio al celebrar el VIII centenario del nacimiento de este hombre ilustre. En realidad, ya el día 3 de octubre de 1981, durante la vigilia celebrada en la basílica de San Pedro, presentes muchos miembros de las cuatro Familias franciscanas, religiosas y personas que siguen el camino del Seráfico Padre, y unido también mediante la radio a los fieles cristianos congregados por el obispo de Asís en aquella iglesia catedral, inauguramos con un radiomensaje el año dedicado a recordar este acontecimiento. Ahora, continuando aquella predicación, nos proponemos, mediante esta Carta, iluminar algunos capítulos del magisterio evangélico puestos de manifiesto por san Francisco, y compartir con vosotros, y por vuestro medio con muchas otras personas, el mensaje de que es portador para los hombres de nuestro tiempo.

En el libro en que se recogen las Florecillas de la vida de san Francisco, se cuenta que el hermano Maseo, uno de sus primeros seguidores, le preguntó una vez: «¿Por qué todo el mundo va detrás de ti?» (Flor 10). Después de ocho siglos del nacimiento del Santo de Asís, la pregunta resulta todavía actual, más aún, existe mayor razón para hacerla. Pues no sólo ha crecido el número de los que siguen de cerca sus huellas, haciendo norma de vida la Regla compuesta por él, sino que, además, la admiración y la simpatía hacia él no han disminuido con el paso del tiempo -como suele suceder en las cosas humanas-, sino que han penetrado más profundamente en los corazones y se han dilatado con mayor amplitud. Podemos ver las huellas que esta admiración ha dejado en la espiritualidad cristiana, en el arte, en la poesía y en casi todas las expresiones de la cultura occidental. Italia, que tiene el honor de haber engendrado a un hombre tan grande, lo eligió como Patrono principal ante Dios, junto con otra gran hija de su tierra, Catalina de Siena. La fama de san Francisco ha traspasado los confines de Europa, tanto que, con razón, se le pueden aplicar las palabras del Evangelio: «Dondequiera que se proclame este Evangelio, en el mundo entero, se hablará también de lo que éste ha hecho» (cf. Mt 26,13).

El estilo de Francisco es tal, que todos están de acuerdo con él. Todos los que llegan a conocer su modo de vida, reconocen unánimes el ejemplo de humanidad que dio. Por lo que no está fuera de lugar, en este año dedicado a su memoria, repetir la pregunta hecha por el hermano Maseo con sencillez de espíritu: ¿Por qué todo el mundo va detrás de ti, Francisco de Asís?

Se puede responder a la pregunta, al menos en parte, diciendo que los hombres admiran y aman a este hombre de Dios porque ven realizadas en él -y de modo destacadísimo- lo que anhelan en sumo grado y no siempre son capaces de conseguir en la vida, a saber: la alegría, la libertad, la paz, la concordia y la reconciliación entre los hombres y con la naturaleza misma.

II. ALEGRÍA, LIBERTAD, PAZ Y FRATERNIDAD UNIVERSAL Imagen En efecto, entre otras muchas cosas, todo esto resplandece de manera singular en la vida del Pobre de Asís.

ALEGRÍA Resplandece, en primer lugar, la alegría, puesto que Francisco es muy conocido como el hombre transido por la perfecta alegría. Durante toda su vida, «su principal y supremo cuidado fue tener y conservar en todo momento, interior y exteriormente, la alegría espiritual» (LP 120).

Muchas veces, como consta en las fuentes que narran sus hechos, no podía cohibir el ímpetu de la alegría que le impelía desde dentro, de modo que, como un juglar vagabundo, imitando con trozos de leña a los tocadores del instrumento musical llamado «viola», cantaba las alabanzas de Dios en francés (cf. 2 Cel 127). La alegría que llenaba a Francisco nacía de su capacidad de asombro, desde la que, con sencillez e inocencia de espíritu, contemplaba todas las cosas y todos los acontecimientos. Pero, sobre todo, manaba de la esperanza que alimentaba en su corazón y desde la que exclamaba: «Es tanto el bien que espero, que toda pena me da consuelo»

LIBERTAD Aunque casi nunca usó la palabra libertad, fue su misma vida una expresión verdaderamente singular de la libertad evangélica. En su estilo de vida y en su proyecto interior se transparentaba la libertad de espíritu y la espontaneidad de quien ha hecho del amor la ley suprema y está completamente unido a Dios. Una de las manifestaciones de esto es la libertad que dio, de acuerdo con el Evangelio, a sus hermanos para que comieran de todos los alimentos que les ofrecieran.

Pero la libertad que siguió y exaltó Francisco no se opone a la obediencia a la Iglesia, más aún, «a todos los hombres que hay en el mundo» (SalVir 14-18); por el contrario, de ella procede. El estado primigenio y perfecto del hombre, libre y señor del universo (cf. Gén 1,28; Sab 9,2-3), resplandece en él con luz particular. Así se explica también aquella singular familiaridad y docilidad que todas las criaturas mostraban a este Pobre de Cristo. Así sucedió que las aves lo escucharan cuando predicaba (2 Cel 58), que el lobo -según la conocida narración- se amansara (Flor 21), que el mismo fuego, suavizando sus ardores, se tornara «cortés», es decir, amable (2 Cel 166). Y así, como afirma el citado primer biógrafo de Francisco, «caminando en la vía de la obediencia y en la absoluta sumisión a la divina voluntad, consiguió de Dios la alta dignidad de hacerse obedecer de las criaturas» (1 Cel 61). Pero, sobre todo, la libertad de Francisco nacía de su pobreza voluntaria, por lo que se liberó de toda ambición y solicitud terrena, de modo que llegó a ser uno de aquellos hombres que, según las palabras del Apóstol, «nada tienen y todo lo poseen» (cf. 2 Cor 6,10)

PAZ Y FRATERNIDAD UNIVERSA L Francisco, además de hombre insigne por la perfecta alegría y libertad, es constantemente venerado como amante dulcísimo de la paz y fraternidad universal. La paz de que Francisco gozaba y que difundía, tenía su fuente en Dios, a quien, en la oración, se dirigió con estas palabras: «Tú eres la mansedumbre, tú eres la seguridad, tú eres la quietud» (AlD 4). Esta paz toma forma humana y fuerza en Cristo Jesús, que es «nuestra paz» (Ef 2,14); en Él -escribió Francisco siguiendo a san Pablo-, «todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra han sido pacificadas y reconciliadas con el Dios omnipotente (cf. Col 1,20)» (CtaO 13). «El Señor te dé la paz»: con estas palabras, aleccionado por la divina revelación, saludaba Francisco a todos los hombres.[4]Fue, en verdad, «pacífico» (Mt 5,9), es decir, autor y mediador de paz -el tipo de hombre que es proclamado dichoso en el Evangelio-, ya que «todo el contenido de sus palabras iba encaminado a extinguir las enemistades entre los ciudadanos y a restablecer entre ellos los convenios de paz». Restableció la paz y la concordia entre las clases sociales de su misma ciudad, opuestas entre sí con violencia cruenta, expulsando con su oración a los demonios, causantes de las discordias (2 Cel 108). Estableció la paz entre ciudades divididas por la discordia, entre el clero y el pueblo, y, según se dice, también entre los hombres y las fieras. Pero la paz, según la persuasión de Francisco, se construye otorgando el perdón; por lo que, para inducir a hacer las paces al gobernador de la ciudad de Asís y al obispo de aquella sede, que estaban reñidos, añadió cuidadosamente al Cántico del hermano sol estas palabras tan conocidas: «Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor»

ECUMENISMO Y ECOLOGÍA Francisco a nadie tenía por enemigo, a todos los consideraba hermanos. Por lo que, superando todas las barreras con las que los hombres de aquel tiempo creaban divisiones, anunció el amor de Cristo incluso a los Sarracenos, sembrando en los ánimos las bases para el diálogo y el ecumenismo entre los hombres de diferente cultura, raza y religión: uno de los más altos ideales a los que se encamina nuestro tiempo. Además, extendió este sentido de fraternidad universal a todas las cosas creadas, incluso a las inanimadas: el sol, la luna, el agua, el viento, el fuego y la tierra, a las que llamó hermanos y hermanas y a las que honró con delicada reverencia (1 Cel 77, 80, 81). A este respecto se ha escrito de él: «Abraza todas las cosas con indecible afectuosa devoción y les habla del Señor y las exhorta a alabarlo» (2 Cel 165). Tomando en consideración todo esto e intentando satisfacer los deseos de quienes hoy se preocupan meritoriamente del ambiente natural en que los hombres viven, proclamamos a San Francisco de Asís celestial Patrono de todos los amantes de la ecología, el 29 de noviembre de 1979, mediante las Letras Apostólicas selladas con el Anillo del Pescador. Pero, por lo que a esto se refiere, es de notar que Francisco impedía la injusta y dañosa violencia contra las criaturas y los elementos porque, a la luz bíblica de la creación y la revelación, las veía como criaturas ante las que el hombre se siente obligado, no como criaturas dejadas a su capricho; criaturas que juntamente con él esperan y anhelan «ser liberadas de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rom 8,21).

III. RAÍCES DE LA VITALIDAD DE SAN FRANCISCO
Imagen
Hasta ahora hemos tratado de aquellas cosas por las que la humanidad se gloría con razón de Francisco de Asís y no cesa de admirarlo: la alegría, la libertad, la paz, la fraternidad universal. Pero, si nos quedáramos aquí, se trataría de una admiración vana, con escasa o nula fuerza para enseñar a los hombres de hoy la manera de alcanzar los bienes antes mencionados; sería como pretender recoger los frutos, sin cuidar el tronco y las raíces del árbol.

Por consiguiente, para que la celebración del VIII centenario del nacimiento de san Francisco remueva verdaderamente las conciencias y deje en ellas huellas profundas, es preciso conocer y examinar las raíces desde las que la vida de este seráfico hombre produjo frutos tan admirables.

«HACER PENITENCIA», «VIVIR EN PENITENCIA» La paz, la alegría, la libertad y el amor no adornaron el espíritu de Francisco como dones fortuitos, heredados o naturales, sino que son fruto de una toma de postura y del camino duro que él compendió en estas palabras: «hacer penitencia», como escribió al principio de su Testamento: «El Señor me dio de esta manera a mí, hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia; en efecto, como estaba en pecados, me parecía muy amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me condujo entre ellos, y yo practiqué con ellos la misericordia. Y al separarme de los mismos, lo que antes me había parecido amargo, se me tornó en dulzura de alma y cuerpo; y, después de esto, permanecí un poco de tiempo y salí del siglo» (Test 1-3)

«Hacer penitencia» o «vivir en penitencia»: estas expresiones son muy frecuentes en los escritos de san Francisco, resumiendo la totalidad de su vida y de su predicación. En el momento de orientar de forma nueva su vida -momento de especial importancia-, él, pidiendo consejo a Cristo, abrió el Evangelio y allí encontró esta respuesta del Señor, a la que se conformó hasta la muerte: «Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo» (2 Cel 15; Mt 16,24; Lc 9,23). La abnegación fue el camino por el que Francisco encontró su «alma», su vida (cf. Mt 10,39). Alcanzó la alegría sufriendo; la libertad, obedeciendo y negándose a sí mismo; el amor a todas las criaturas, odiándose a sí mismo, es decir, venciendo el amor a sí mismo, como enseña el Evangelio. Caminando un día con el hermano León, le enseñó que la verdadera alegría consiste en la paciencia, por amor a Cristo, ante cualquier amargura y tribulación.

«Vivir en penitencia»,
según san Francisco, equivale a reconocer el pecado en toda su gravedad; a estar ante Dios en constante actitud penitencial; a traducir en el estilo de vida este sentido de compunción y dolor mediante una austera actitud ascética. En este camino él avanzó de tal modo que, antes de morir, como pidiendo perdón, confesó «que había pecado mucho contra el hermano cuerpo» (TC 14), al haberlo sometido en vida a una penitencia tan grande.

LA CRUZ Y EL CRUCIFICADO Este camino que Francisco recorrió, en lenguaje cristiano se llama simplemente cruz. Él fue y continúa siendo pregonero y anuncio por el que la Iglesia es invitada firmemente a considerar la importancia de la predicación de la cruz, como si Dios quisiera, mediante su pobre siervo Francisco, volver a plantar el árbol de la vida «en medio de la ciudad» (cf. Ap 22,21), es decir, en medio de la Iglesia. Por esto, cuando en este año dedicado a la memoria de este Santo celestial peregrinamos a su sepulcro, le dirigimos la siguiente súplica: «El secreto de tu riqueza espiritual se escondía en la cruz de Cristo... Enséñanos, como el Apóstol Pablo te lo enseñó a ti, a no gloriarnos jamás, «si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo"»

Cristo crucificado fue el guía del camino de Francisco desde el comienzo de su nueva vida hasta el final; Él, en el monte Alverna, le imprimió externamente sus llagas sagradas para que ante los ojos de todos los hombres él fuera «una reproducción de la cruz y pasión del Cordero inmaculado». Francisco se realizó totalmente en conformidad con el Crucificado; y la razón principal de su extrema pobreza fue el seguimiento del Crucificado. Cuando ya se acercaba a la muerte, resumió toda su singular experiencia espiritual en estas sencillas pero sublimes palabras: «Conozco a Cristo pobre y crucificado» (2 Cel 105). Efectivamente, desde que se convirtió a Dios, vivió constantemente como quien había sido sellado por las llagas de Cristo.

Volvamos ahora a la pregunta del principio: «¿Por qué todo el mundo va detrás de ti?». Es ya evidente la respuesta, contenida en estas palabras de Jesucristo: «Yo, cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Jn 12,32) Muchos hombres, en efecto, son atraídos hacia Francisco de Asís porque él, a ejemplo de su divino Maestro, quiso en cierto modo «ser elevado de la tierra», es decir, crucificado, de modo que ya no viviera él, sino Cristo en él, si se nos permite aplicarle las palabras del Apóstol (cf. Gál 2,20).

A los hombres de nuestro tiempo, que intentan con todas sus fuerzas suprimir el dolor, sin conseguirlo, más aún, que están más angustiosamente atormentados justamente cuando luchan con mayor fuerza para suprimir las que juzgan causas del dolor, san Francisco, con pocas palabras, pero con la autoridad extraordinaria de su vida, les muestra el camino cristiano que él recorrió: se trata de eliminar la causa última del dolor y de la injusticia, el pecado, principalmente el pecado del desordenado amor de sí mismo. Si crucifica su amor propio, el hombre vence esa especie de debilidad que lo lleva a buscarse sólo a sí mismo, sin ningún tipo de comunicación, refiriendo todas las cosas a su propia utilidad; rompe, por así decirlo, el férreo círculo de vejez y de muerte y pasa al mundo nuevo, en cuyo centro está Dios y dentro de cuyos limites están incluidos todos los hombres; se hace, en suma, «una nueva criatura en Cristo» (cf. 2 Cor 5,17)

Por esta razón, el año dedicado al recuerdo del nacimiento de san Francisco, que ya toca a su fin, parece ser una preparación providencial del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el año 1983, y que tratará sobre el tema: «La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia». Él, que experimentó la singular fecundidad de su decisión de «hacer penitencia», nos consiga también a nosotros, cristianos de este tiempo, el don de comprender sinceramente la verdad de que no podremos convertirnos en hombres nuevos, hombres de alegría, de libertad y de paz, si no reconocemos con humildad nuestro pecado, no nos limpiamos con el baño de la verdadera penitencia y luego no «damos frutos dignos de penitencia» (cf. Lc 3,8)

IV. SAN FRANCISCO Y LA IGLESIA Imagen No queremos terminar esta Carta conmemorativa del VIII centenario del nacimiento de san Francisco, sin recordar la peculiar fidelidad de este Santo hacia la Iglesia y los vínculos de veneración y amistad que, como hijo, lo unieron a los Romanos Pontífices de su tiempo.

FRANCISCO Y LA IGLESIA DE SU TIEMPO Persuadido de que quien no «recoge» con la Iglesia, «desparrama» (cf. Lc 11,23), este hombre de Dios, desde los comienzos, se preocupó de que su obra fuera confirmada y protegida por la aprobación y apoyo de la «Santa Iglesia Romana». Esta intención la expresó así en su Regla: «Para que, siempre sumisos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, firmes en la fe católica (cf. Col 1,23), guardemos la pobreza y la humildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo que firmemente prometimos» (2 R 12,4)

Su primer biógrafo afirma de él: «Pensaba que, entre todas las cosas y sobre todas ellas, se había de guardar, venerar e imitar la fe de la santa Iglesia romana, en la cual solamente se encuentra la salvación de cuantos han de salvarse. Veneraba a los sacerdotes, y su afecto era grandísimo para toda la jerarquía eclesiástica» (1 Cel 62)

La Iglesia correspondió a la confianza depositada en ella por el Pobre de Cristo no sólo aprobando su Regla, sino también rindiéndole un peculiar honor y benevolencia. De este amor de Francisco a la Iglesia, ya hablamos en el citado mensaje de inicio del año jubilar del Santo, diciendo, entre otras cosas: «El carisma y la misión profética del hermano Francisco fueron los de mostrar concretamente que el Evangelio está confiado a la Iglesia y que debe ser vivido y encarnado primaria y ejemplarmente en la Iglesia y con el asentimiento y el apoyo de la Iglesia misma»

Las circunstancias de la vida que atraviesa ahora la Iglesia parecen aconsejar que se investigue con mayor diligencia de qué forma san Francisco tomaba parte activa en los asuntos eclesiales. Aquéllos eran tiempos importantes y peculiares, en ellos se realizaba un gran esfuerzo en la renovación litúrgica y moral de la misma Iglesia; este esfuerzo llegó a su culmen con la celebración, el año 1215, del Concilio IV de Letrán. Aunque no consta con certeza que Francisco asistiese a las sesiones de aquel Concilio universal, no cabe duda de que comprendió bien los nobles proyectos y decretos del Concilio y que tanto él como la Orden por él fundada trabajaron en la realización de la reforma, promovida por el Concilio. Sin duda, a los cánones de dicho Concilio y a la Carta de Honorio III, corresponde manifiestamente aquella piadosa campaña, referente a la Eucaristía, que realizó el Santo de Asís para que las iglesias, los sagrarios y los vasos sagrados fueran tenidos en mayor decoro y, sobre todo, para que aumentara de nuevo el amor hacia el Cuerpo santísimo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.

Francisco acogió también el proyecto de renovación de la penitencia, que el Papa Inocencio III propuso en la alocución inaugural del Concilio IV de Letrán. En aquella alocución, el Sumo Pontífice, nuestro preclaro antecesor, exhortó a todos los fieles cristianos, especialmente a los clérigos, a la renovación espiritual, a la conversión a Dios y a la reforma de las costumbres; y utilizando las palabras proféticas del Capítulo 9 de Ezequiel, afirmó que la tau (la última letra del alfabeto hebreo, que tiene forma de cruz) era el signo de aquellos que «han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias» (Gál 5,24), de aquellos que lloran y se duelen de que los hombres abandonen a Dios: «Lleva este signo en la frente quien manifiesta en las obras la fuerza de la cruz»

San Francisco recogió de la boca del Romano Pontífice y se aplicó a sí mismo la exhortación de realizar la purificación y renovación de la Iglesia. También desde aquel día -como se ha dicho- tuvo especial veneración por el signo tau: lo escribía con su propia mano al pie de sus breves cartas -como el pequeño pergamino dado al hermano León-, lo grabó en las celdas de los hermanos, lo encomendó en sus exhortaciones, «como si -según dice san Buenaventura- todo su cuidado se cifrara en grabar el signo tau, según el dicho profético, sobre las frentes de los hombres que gimen y se duelen, convertidos de verdad a Cristo Jesús» (Lm 3,9; cf. LM Pról. 2)

Estas y otras cosas muestran que Francisco se propuso que su obra sirviera humildemente a los proyectos de renovación espiritual, comenzados por la jerarquía. Para realizarla, él aportó su santidad, ayuda ésta que no podía ser sustituida por nada. Con su total entrega a la obediencia del Espíritu, lo que le hacía semejante a Cristo crucificado, se hizo instrumento por el que el Espíritu mismo pudiera renovar internamente a la Iglesia, para hacerla «santa e inmaculada» (Ef 5,27). Este hombre de Dios, movido por «inspiración divina» -como él mismo solía afirmar-, es decir, impulsado por el fervor del Espíritu Santo, realizó todas estas cosas; buscó en todo el «Espíritu y vida» (2 R 12,1; 1 R 2,1; cf. LM 10,2), palabras de san Juan que él empleaba con gusto. De aquí, sin duda, manó aquella fuerza admirable y eficaz de renovación, presente en su persona y en su vida. Y así se convirtió en verdadero promotor de la renovación de la Iglesia, no con la contestación y la crítica, sino con la santidad (cf. Test 13; 1CtaF 2,22; 2CtaF 20)

FRANCISCO Y LA IGLESIA DE NUESTRO TIEMPO El tiempo que atraviesa ahora la Iglesia, por muchos motivos, es semejante al tiempo en que vivió san Francisco. El Concilio Vaticano II ha ofrecido abundantes proyectos y documentos de renovación de la vida cristiana. Pero, como ya escribimos en la Carta para conmemorar el año 1600 del Concilio I de Constantinopla y el 1550 del Concilio de Efeso, «toda la labor de renovación en la Iglesia, que providencialmente ha propuesto e iniciado el Concilio Vaticano II... no puede realizarse a no ser en el Espíritu Santo, es decir, con la ayuda de su luz y de su fuerza». Pero esta importantísima acción del Espíritu Santo, por regla general no se realiza si no es a través de hombres en cuyo espíritu se haya derramado profusamente el Espíritu de Cristo, haciéndolos sus instrumentos y capacitándolos para difundir, de diversos modos, este mismo Espíritu en sus hermanos.

Así, pues, nos parece que la memoria del nacimiento de San Francisco, que celebramos solemnemente este año, habida cuenta de lo expuesto antes, es una gracia especial de Dios dada a su Iglesia en estos tiempos. Por eso, principalmente a los movimientos de fieles y a las fuerzas nuevas, que la acción de Dios suscita hoy en la Iglesia, se les advierte que -como hizo Francisco- trabajen con denuedo y con plena fidelidad en la misma Iglesia, de manera que, dejando cualquier tipo de proyecto particular de renovación y reforma, aporten humildemente su colaboración, con el propio carisma, a los proyectos por los que la Iglesia ha optado en el Concilio Vaticano II. Hoy, como en los tiempos de san Francisco, se necesitan hombres que lleguen a la novedad de vida por la comunión con la pasión de Cristo (cf. Flp 3,10), hombres de los que el Espíritu pueda servirse con libertad para la construcción del Reino. Si no es así, existe el peligro de que las normas y directrices del Concilio, aunque óptimas, sean ineficaces o, por lo menos, no produzcan los frutos que se pudiera esperar para bien de la Iglesia.

La Iglesia dirige esta exhortación a todos sus hijos, pero especialmente, dada la presente ocasión, a los que se decidieron a seguir más de cerca las huellas del Pobre de Asís en las distintas órdenes e institutos, que lo tienen como fundador o que se esfuerzan en seguir su preclara forma de vida. La Iglesia espera de ellos que, inflamados con nuevo ardor espiritual, contribuyan a su progreso con la santidad, para que de algún modo resuciten aquel gran don que mediante san Francisco de Asís recibió el mundo de su tiempo.

Con esta esperanza os impartimos del mejor grado la bendición apostólica, prenda de las gracias del cielo y testimonio de nuestro amor, a vosotros, queridos hijos, a las Familias religiosas que presidís, a las monjas y religiosas franciscanas y a todos los miembros de la Tercera Orden del mismo San Francisco.

Roma, junto a San Pedro, el día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, de 1982, año IV de nuestro pontificado.

DIRECTORIO FRANCISCANO. Documentos Pontificios http://www.franciscanos.org/docpontific ... ncisco.htm
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Jue Abr 16, 2015 8:55 am

APROBACIÓN DE LA PRIMERA REGLA FRANCISCANA.

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En 1209, San Francisco hizo escribir la "forma de vida" o Regla que el Señor le había inspirado y que se componía sobre todo de breves fragmentos evangélicos. En la primavera de aquel mismo año, el Santo y sus once primeros compañeros se trasladaron a Roma y obtuvieron del papa Inocencio III que se la aprobara verbalmente, con lo que nacía en la Iglesia un nuevo género de vida, una nueva Orden. San Francisco, en su Testamento, relata así el acontecimiento: «Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me ensañaba qué debería hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo hice que se escribiera en pocas palabras y sencillamente, y el señor Papa me lo confirmó»

Aprobación de la Regla.- Imagen

Recordando ese hecho trascendental, la familia de San Francisco de Asís renueva el 16 de abril su profesión en la vida franciscana, un día como hoy.

Fuente: Año Franciscano: Día 16 de abril
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor Pachelli1960 » Sab Abr 25, 2015 12:32 pm

ORDEN DE LOS FRAILES MENORES

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La Orden de los Frailes Menores está constituida por frailes que, incorporados en las Provincias y en las Custodias, son gobernados por el Ministro General con su Definitorio (Consejo). La Regla de los Frailes Menores confirmada por el Papa Onorio III (1223) es el fundamento de la vida y de la legislación de la Orden.
La Orden está presente en 110 países, organizada en 103 Provincias, 8 Custodias Autónomas, 14 Custodias Dependientes, 1 Federación y 20 Fundaciones. La Provincias y Custodias Autónomas son gobernadas, respectivamente, por el Ministro Provincial y su Definitorio o por el Custodio y su Consejo, elegidos por el Capítulo Provincial o Custodial. Las Provincias de una o más áreas geográficas forman una Conferencia. En la Orden de Frailes Menores las Conferencias de Ministros Provinciales son 14.


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La nueva Provincia se llama: “Provincia Santa María de los Ángeles”, que se encuentra al este de Kasai. El Ministro general acompañado por el Definidor general para África llegó a Mbuji-Mayi Kinshasa el 15 de febrero de 2015. Un buen número de frailes de la zona de Mbuji-Mayi y de la Provincia “San Benito el Africano” (Lubumbashi) ya se encontraban en Lukelenge esperando la llegada del Ministro general que venía para tan importante evento. (más…)
Gracias
Dios nos bendiga a todos

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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom May 17, 2015 9:43 am

San Pascual Bailón

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San Pascual nació en Torre Hermosa, en las fronteras de Castilla y Aragón, el día de Pentecostés de 1540, al fin de la Pascua. Sus padres fueron campesinos.

Desde los 7 años hasta los 24, fue pastor de ovejas.

Su más grande amor durante toda la vida fue la Sagrada Eucaristía.- Imagen

Decía el dueño de la finca en el cual trabajaba como pastor, que el mejor regalo que le podía ofrecer al Niño Pascual era permitirle asistir algún día entre semana a la Santa Misa. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar el Santísimo Sacramento, desde esas lejanías. En esos tiempos se acostumbraba que al elevar la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el pastorcito Pascual oía la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Hostia.

A los 28 años fue hermano religioso, franciscano; y por su oficio de pastor asalariado, recorrió tierras de Aragón y del Levante español.

.....Imagen.....

En 1564 ingresó en la Orden de San Francisco, vistiendo en Elche, Alicante, el hábito Franciscano entre los alcantarinos.

San Pascual fue de origen humilde y con pocos estudios, siempre fue hermano lego; en los Conventos a que lo destinaron ejerció siempre con entrega y caridad los oficios que solían confiarse a los hermanos legos: limosnero, refitolero, portero, etc. Sin embargo estaba lleno de los dones de consejo y de sabiduría, gracias a los cuales ayudó a sus contemporáneos con su ejemplo y sus palabras.

Dejó algunos escritos breves en los que nos transmite su experiencia religiosa, especialmente su gran devoción a la Sagrada Eucaristía y a la Santísima Virgen María.

.....Imagen.....

Cuando estaba moribundo, en aquel día de Pentecostés, oyó una campana y preguntó: "¿De qué se trata?". "Es que están en la elevación en la Santa Misa". "¡Ah que hermoso momento!", y quedó muerto plácidamente en Villarreal, Castellón el 17 de mayo de 1592.

Durante su funeral, tenían el ataúd descubierto, y en el momento de la elevación de la Santa Hostia en la misa, los presentes vieron con admiración que abría y cerraba por dos veces sus ojos. Hasta su cadáver quería adorar a Cristo en la Eucaristía. Los que lo querían ver eran tantos, que su cadáver lo tuvieron expuesto a la veneración del público por tres días seguidos.

Fue declarado santo en 1690 y su festividad el 17 de mayo.

S. S.el Papa León XIII lo nombró Patrono de las Asociaciones y Congresos Eucarísticos.

Oración a San Pascual Bailón: Oh Dios, que otorgaste a san Pascual Bailón un amor extraordinario a los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, concédenos la gracia de alcanzar las divinas riquezas que él alcanzó en este sagrado banquete que preparas a tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Fuentes: Aci Prensa. Santoral de Ora et Labora. Santoral Franciscano
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Dom May 31, 2015 11:31 am

San Félix de Nicosia
***Imagen***

Hoy, 31 de mayo, conmemoramos a San Félix de Nicosia, Religioso.

San Félix nació en Nicosia, en Sicilia, Italia en el año 1715, hijo de una familia pobre y muy religiosa tuvo dos hermanos.

Al quedar huerfano a los 18 años, fue a tocar a la puerta del Convento para ser recibido como hermano lego, pero fue rechazado, pues no sabía ni leer ni escribir. Después de 10 años de insistencia, fue finalmente recibido en Mistretta, Sicilia en la Orden de los Franciscanos Conventuales, en 1743, donde profesó como hermano lego con el nombre de Fray Félix de Nicosia.

*****Imagen*****

Fue enviado a su ciudad natal para acompañar al hermano limosnero, y en el Convento de Nicosia fue zapatero, cocinero, portero, enfermero y hortelano, el oficio de limosnero, que ejerció por más de 40 años, le permitía tener un contacto directo y edificante con la gente. Agradecía humildemente a cada uno diciendo: « Que sea por el Amor de Dios »

San Félix de Nicosia destacó por sus virtudes: la humildad, la caridad, la austeridad y la mansedumbre, y una delicada espiritualidad que se manifestaba en la atención que recibía de los fieles, que se vieron beneficiados por sus favores y por algunos milagros que se le atribuyeron.

Enfermó en el mes de mayo de 1787 y muere el 31 de mayo del mismo año en su Convento. Después de la supresión del Convento de Nicosia, en 1864, sus restos fueron transferidos a la Catedral, en mayo de 1885 y después a la nueva Iglesia de los Capuchinos en 1895.

Fue beatificado por el Papa León XIII en 1888, y canonizado por Su Santidad Benedicto XVI en 2005.

Fuente: Santoral Virtual. Wikipedia. Vida de Santos
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor rosita forero » Dom Jun 14, 2015 6:08 pm

...
San Francisco de Asís


............................... Imagen

El milagro de las golondrinas.


.....................Imagen


Francisco tenía la rara cualidad de hacerse querer de los animales. Las golondrinas le seguían en bandadas y formaban una cruz, por encima de donde él predicaba.

Sus contemporáneos hablan con frecuencia del cariño de Francisco por los animales y del poder que tenía sobre ellos.

Por ejemplo, es famosa la reprensión que dirigió a las golondrinas cuando iba a predicar en Alviano Italia ‘Hermanas golondrinas: ahora me toca hablar a mí; vosotras ya habéis parloteado bastante.” Las golondrinas obedecieron . Y predicó con tanto fervor, que todos los del pueblo se convirtieron. ..


.fuente http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-71233.html
http://www.franciscanos.org/florecillas ... llas04.htm



.
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Vie Jul 17, 2015 8:48 pm

CANONIZACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS .

*****Imagen*****

San Francisco murió al atardecer del 3 de octubre de 1226. Su fama de santidad era notoria en toda la Iglesia y los milagros se fueron multiplicando. Cumplidos todos los requisitos canónicos previos, el papa Gregorio IX decretó la canonización. Para llevarla a cabo se trasladó personalmente a la ciudad de Asís y el domingo 16 de julio de 1228, en medio de unos solemnísimos actos, inscribió a Francisco en el catálogo de los santos.

................Imagen

Oración: Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Fuente: Año Franciscansantoral@franciscanos.orgo: Día 16 de julio
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Re: 2. Orden de los Frailes Menores o Franciscanos. 1 dic. 2

Notapor PEPITA GARCIA 2 » Jue Jul 23, 2015 9:04 am

Santa Brígida, religiosa.

Imagen

Nació en Suecia en 1303. Muy joven, contrajo matrimonio y tuvo 8 hijos, entre ellos Santa Catalina de Suecia.

Santa Catalina de Suecia.-Imagen

Ingresó en la Tercera Orden de San Francisco;
a la muerte de su esposo siguió una vida más religiosa y austera. Fundó la Orden de San Salvador. Escribió numerosas obras, en las que expuso sus experiencias místicas, las visiones y revelaciones que había recibido.

**********Imagen
Murió en Roma el 23 de julio de 1373**********

San Juan Pablo II la nombró en 1999 copatrona de Europa. Imagen

Hoy 23 de julio, su festividad.

Fuetes: Santoral: http://padreeugeniogsosb.galeon.com/productos2569871.html Google
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