por Jesus Paez » Jue Jul 07, 2016 9:09 pm
1.- ¿Cuál es el principal objetivo de la apologética, dialogo interreligioso y ecumenismo?
Desde los primeros tiempos se incrementó la lucha hasta el lastimoso estado de la cristiandad hoy, no solo dividida sino militante en unos contra otros y todos bajo el nombre de cristianos. Tenemos que dejar bien claro que quien divide es el demonio y quien se ocupa de dividir hace la obra del maligno, esa es la labor del enemigo de Dios: “dividir, destruir, robar” La apologética viene a dar respuestas a estas realidades, para defender la fe en Cristo Jesús. Pero no solo en el ámbito Cristiano que es el ecumenismo, sino también con las religiones no cristianas que es el diálogo interreligioso. Jesús nos envió a todo el mundo, por lo que también están incluidos los que no pertenecen a ninguna religión, ellos también son hijos de Dios, y nosotros debemos buscarlos y hablarles de Jesús. El objetivo principal de la apologética, del ecumenismo y del diálogo interreligioso, es defender la unidad Eclesial, mantener el cuerpo de Cristo unido. Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. (Efesios 4, 3-5). Pero no podemos tener miedo: "¡No tengáis miedo!", (Mateo 14, 27), para no negar a Jesús: …pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. (Mt 10, 33). Nuestra responsabilidad es defender y enseñar la buena noticia que Jesucristo nos trajo…
¿Cuál es el fundamento bíblico de la apologética?
Son los textos bíblicos que tratan el tema de la defensa que tenemos que hacer para defender “La Palabra” tales
como:
1Pe 3, 15: Por el contrario, glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen.
Filipenses 1, 7: Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido.
Filipenses 1, 16: Estos obran por amor, sabiendo que yo tengo la misión de defender el Evangelio.
2.- ¿Cuáles son las principales bases bíblicas de la unidad y de las divisiones?
Jn 17, 21: …Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros…
Hch 4, 32: …Los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, todo era común entre ellos...
Ef 4, 3-5: … Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo...
1Cor 1, 10: …Que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir.
Tito 3, 10: Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo
¿Cuáles fueron las primeras sectas cristianas?
El termino secta aparece en el siglo XIV, de la raíz latina "sequor", que significa, "marcha detrás de"; "tomar como guía a". Estos términos significan seguir las doctrinas u opiniones de alguien en particular y se asemeja al modelo implementado por las iglesias de doctrinas como las de testamentos, y que guían a los fieles a través de los hombres que representan a dichas iglesias. Son pequeñas agrupaciones o sociedades de creyentes separadas de una religión matriz, (secta es todo grupo de tipo religioso o espiritual, que sigue doctrinas y prácticas contrarias a la fe común del cristianismo bíblico. es una perversión religiosa. Es una creencia y practica en el mundo de la religión que exige devoción a un concepto o líder (o grupo) religioso centrado en una doctrina falsa.[1] Es una herejía organizada. Son sectas: Los mormones, los testigos de Jehová, los adventistas del 7mo. día, dios es amor, Iglesia de dios sociedad misionera mundial, la asociación evangélica de la misión israelita del nuevo pacto universal, secta Moon.
3.-Resume las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia sobre la apologética, dialogo interreligioso y Ecumenismo.
Los principales textos del Magisterio:
Enseñar la fe y evangelizar significa proclamar al mundo una verdad absoluta y universal; pero debemos hablar de un modo apropiado y coherente, que permita a la gente acoger dicha verdad. Reflexionando sobre lo que eso implica, Pablo VI especificó estas cuatro cualidades: claridad, mansedumbre, confianza y prudencia (cf. Ecclesiam suam, 31). (Discurso del santo padre Juan Pablo II a los obispos de las regiones noroccidentales de Canadá con motivo de la visita "ad limina", 6), cualidades descritas….
El Papa BENEDICTO XVI exhorta a la Iglesia a promover en todos los ámbitos de su enseñanza en la catequesis, la predicación, la formación en los seminarios y en las universidades, y practicar una apología que enseñe que el Evangelio debe ser predicado y enseñado como modo de vida integral, que ofrece una respuesta atrayente y veraz, intelectual y prácticamente, a los problemas humanos reales. (Respuestas del Papa Benedicto XVI a las preguntas de los obispos estadounidenses tras su discurso en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington)
Esta contribución de los seglares, por la cual hemos de estar reconocidos al Señor, constituye al mismo tiempo un reto a nuestra responsabilidad de Pastores. En efecto, esos catequistas seglares deben recibir una formación esmerada para lo que es, si no un ministerio formalmente instituido, si al menos una función de altísimo relieve en la Iglesia. Ahora bien, esa formación nos invita a organizar Centros e Institutos idóneos, sobre los que los Obispos mantendrán una atención constante. (Catechesi Tradendae,71).
La obra de la redención de Cristo, que de suyo tiende a salvar a los hombres, comprende también la restauración incluso de todo el orden temporal. Por tanto, la misión de la Iglesia no es sólo anunciar el mensaje de Cristo y su gracia a los hombres, sino también el impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con el espíritu evangélico. Por consiguiente, los laicos, siguiendo esta misión, ejercitan su apostolado tanto en el mundo como en la Iglesia, lo mismo en el orden espiritual que en el temporal: órdenes que, por más que sean distintos, se compenetran de tal forma en el único designio de Dios, que el mismo Dios tiende a reasumir, en Cristo, todo el mundo en la nueva creación, incoactivamente en la tierra, plenamente en el último día. El laico, que es a un tiempo fiel y ciudadano, debe comportarse siempre en ambos órdenes con una conciencia cristiana. (Apostolicam Actuositatem, 5).
El Concilio Vaticano II en su decreto Unitatis Redintegratio define al Ecumenismo como el movimiento impulsado por el Espíritu Santo para restaurar la unidad de los cristianos. Exhorta también a todos los fieles católicos a que “reconociendo los signos de los tiempos, cooperen diligentemente en la empresa ecuménica”. Define pautas muy claras para el movimiento ecuménico, las cuales por desconocimiento de muchos católicos, son ignoradas logando efectos adversos y perjudiciales para la Iglesia, al punto que muchos fieles terminan practicando una especie de pancristianismo sincrético contrario no solo al espíritu sino a la letra misma del Concilio. Este decreto establece: Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es auxilio general de la salvación, puede conseguirse la plenitud total de los medios salvíficos. Creemos que el Señor entregó todos los bienes de la Nueva Alianza a un solo colegio apostólico, a saber, el que preside Pedro, para constituir un solo Cuerpo de Cristo en la tierra, al que tienen que incorporarse totalmente todos los que de alguna manera pertenecen ya al Pueblo de Dios. (Unitatis Redintegratio, 3).
El verdadero ecumenismo busca por medio del diálogo aumentar el entendimiento entre las distintas confesiones cristianas, y buscar la unidad con todos aquellos que se encuentran alejados de la Iglesia Católica, a la plenitud de la fe que solo se puede encontrar en ella. El Papa Juan Pablo II respecto al tipo de unidad que busca el ecumenismo explica: Jesús mismo antes de su Pasión rogó para « que todos sean uno » (Jn 17, 21). Esta unidad, que el Señor dio a su Iglesia y en la cual quiere abrazar a todos, no es accesoria, sino que está en el centro mismo de su obra. No equivale a un atributo secundario de la comunidad de sus discípulos. Pertenece en cambio al ser mismo de la comunidad. Dios quiere la Iglesia, porque quiere la unidad y en la unidad se expresa toda la profundidad de su ágape. En efecto, la unidad dada por el Espíritu Santo no consiste simplemente en el encontrarse juntas unas personas que se suman unas a otras. Es una unidad constituida por los vínculos de la profesión de la fe, de los sacramentos y de la comunión jerárquica. Los fieles son uno porque, en el Espíritu, están en la comunión del Hijo y, en El, en su comunión con el Padre: « Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo » (1 Jn 1, 3). Las palabras de Cristo « que todos sean uno » son pues la oración dirigida al Padre para que su designio se cumpla plenamente, de modo que brille a los ojos de todos « cómo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas » (Ef 3, 9). Creer en Cristo significa querer la unidad; querer la unidad significa querer la Iglesia; querer la Iglesia significa querer la comunión de gracia que corresponde al designio del Padre desde toda la eternidad. Este es el significado de la oración de Cristo: «Ut unum sint».” (Ut Unum Sint, 9).
De allí que la apologética, es un elemento indispensable en la formación de aquellos que quieren participar en el diálogo ecuménico e interreligioso. A este respecto comentaba el Papa Juan Pablo II: Es esencial desarrollar en vuestras Iglesias particulares una nueva apologética para vuestro pueblo, a fin de que comprenda lo que enseña la Iglesia y así pueda dar razón de su esperanza”. La necesidad de esta nueva apologética la explica enseguida: “En un mundo donde las personas están sometidas a la continua presión cultural e ideológica de los medios de comunicación social y a la actitud agresivamente anticatólica de muchas sectas, es esencial que los católicos conozcan lo que enseña la Iglesia, comprendan esa enseñanza y experimenten su fuerza liberadora. Sin esa comprensión faltará la energía espiritual necesaria para la vida cristiana y para la obra de evangelización” (Discurso a la Conferencia Episcopal de las Antillas en visita “Ad Limina”, 4 ).
La enseñanza de lo que es Iglesia y lo que son grupos religiosos (muchas iglesias protestantes no son verdaderas iglesias): Existe, por lo tanto, una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él. Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares. Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma. Por el contrario, las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico, no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia. En efecto, el Bautismo en sí tiende al completo desarrollo de la vida en Cristo mediante la íntegra profesión de fe, la Eucaristía y la plena comunión en la Iglesia. ("Dominus Iesus",17).
Las diversas religiones no cristianas. Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana y a veces también el reconocimiento de la Suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y conocimiento penetra toda su vida con íntimo sentido religioso. Las religiones a tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado. Así, el Hinduismo, el Budismo y las demás religiones que se encuentran en el mundo, se esfuerzan por responder de varias maneras a la inquietud del corazón humano, proponiendo caminos, es decir, doctrinas, normas de vida y ritos sagrados. La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn., 14,6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas. (Nostra Aetate, 2).
¿Son las sectas protestantes Iglesias?
El ecumenismo no aplica a las sectas. Otro error común difundido entre muchos católicos es el de creer que el ecumenismo aplica a las sectas. Frecuentemente encuentro a hermanos bien intencionados (pero no bien preparados) tratando de dialogar con testigos de Jehová, adventistas, mormones y otros grupos proselitistas de corte sectario, muchos de los cuales aprovechan esta disposición al diálogo para minar su fe (Muchos de estos grupos ni siquiera son cristianos porque no profesan una fe trinitaria. (Discurso a la Conferencia Episcopal de las Antillas en visita “Ad Limina”, 4). Por lo tanto las sectas no son iglesias.
¿Se puede llamar a la Iglesia Ortodoxa Iglesia?
En los primeros 1000 años de Cristianismo, la Iglesia Católica Ortodoxa y la Iglesia Católica Romana eran una sola Iglesia, debido a esto ambas iglesias comparten muchas cosas en común, son “Católicas” (entiéndase Universales) y “Apostólicas” (tienen “sucesión apostólica”, son herederas de las comunidades cristianas fundadas por los mismos apóstoles) – pero existen diferencias notables entre ellas, las cuales han ido aumentando con los años. Sin embargo, a pesar de todo esto, ambas son IGLESIA.
4.- ¿Qué nos enseña el documento de Aparecida?
“Según nuestra experiencia pastoral muchas veces la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos “no católicos” creen, sino fundamentalmente por lo que ellos viven; no por razones doctrinales sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia. En verdad, mucha gente que pasa a otros grupos religiosos no está buscando salirse de nuestra Iglesia sino que está buscando sinceramente a Dios.” (DA 225). “Hoy se hace necesario rehabilitar la auténtica apologética que hacían los padres de la Iglesia como explicación de la fe. La apologética no tiene por qué ser negativa o defensiva “per se”. Implica, más bien, la capacidad de decir lo que está en nuestras mentes y corazones de forma clara y convincente, como dice San Pablo “haciendo la verdad en la caridad” (Ef. 4,15). Los discípulos y misioneros de Cristo de hoy necesitan más que nunca, una sana apologética renovada para que todos puedan tener vida en Él”. (DA 229).
¿Que nos enseña el Papa San Juan Pablo II en su exhortación apostólica en Oceanía sobre la Apologética?
En respuesta a la acción ecuménica, al diálogo interreligioso y sobre todo a la presencia de grupos fundamentalistas en Oceanía, en algunas zonas de misión, preocupan a los obispos los efectos que dichos grupos o sectas están produciendo en la comunidad católica. Algunos de ellos basan sus ideas en una lectura de la Escritura que emplea con frecuencia imágenes apocalípticas, amenazas de un futuro lóbrego para el mundo y promesas de recompensas económicas para sus seguidores. Mientras que algunos de estos grupos resultan abiertamente hostiles a la Iglesia, otros desearían implicarse en el diálogo. En las sociedades más desarrolladas y secularizadas se da un creciente recelo hacia grupos cristianos fundamentalistas que atraen a los jóvenes lejos de la Iglesia e incluso de sus familias. Muchos movimientos variados ofrecen una especie de espiritualidad como presunto remedio a los efectos perjudiciales de una cultura tecnológica alienante, contra la cual las personas se sienten con frecuencia inermes. La presencia y la actividad de estos grupos y movimientos retan a la Iglesia a revitalizar su enfoque pastoral y a ser más acogedora para con los jóvenes y para quienes se encuentran en grave necesidad espiritual o material. Además, se trata de una situación que requiere una mejor catequesis bíblica y sacramental y una formación espiritual y litúrgica adecuada. También se precisa una nueva apologética, conforme a la enseñanza de San Pedro de estar «siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere» (1 P 3, 15). Así los fieles confiarán más en su propia fe católica y quedarán menos expuestos a los halagos de estos grupos y movimientos, que a menudo acaban dando lo contrario de lo que prometían. (Exhortación Apostólica Postsinodal a los pueblos de Oceanía, 24).
¿Cuál es la misión de los laicos según las enseñanzas de Pablo VI y Juan Pablo II?
Según Pablo VI:
Pablo VI en su ( Ecclesiam suam, 31) recomienda que al enseñar la fe y evangelizar se deben desarrollar estas cuatro (4) cualidades: Claridad, Mansedumbre, Confianza y Prudencia.
Claridad: Para explicar de manera comprensible la verdad de la Revelación y las enseñanzas de la Iglesia, la cual consiste en NO IMPONER nuestras razones, sino en conquistar almas, no entrar en discusiones ideológicas, sino en defender y promover el Evangelio, y requiere usar una gramática común con quienes ven las cosas de manera diferente y que no comparten nuestras afirmaciones y no hablar un leguaje diferente, aunque utilicemos el mismo idioma. Mansedumbre: Es necesario animar con un espíritu de mansedumbre, o sea, la humildad compasiva para comprender las preocupaciones y las preguntas de los demás, y que no se apresura a ver en ellos mala voluntad o mala fe. Confianza: Es importante hablar con CONFIANZA, a pesar de que nieguen nuestra competencia especifica o reprochen las faltas de los miembros de la Iglesia, para nunca perder de vista que el Evangelio de Jesucristo es la verdad a la que aspiran todas las personas, aunque parezcan alejadas u hostiles. Prudencia: El Papa Pablo VI la define como “La sabiduría práctica y buen sentido” San Gregorio Magno la considera “La virtud de los valientes”. Y significa que debemos dar una respuesta concreta a la gente que pregunta: "¿Qué hemos de hacer?" (Lc 3, 10. 12. 14). (Discurso del Papa Juan Pablo II a los Obispos de las regiones noroccidentales de Canadá con motivo de la visita “Ad Limina”, 6); cf ( Ecclesiam suam, 31).
La misión de la Iglesia no es sólo anunciar el mensaje de Cristo y su gracia a los hombres, sino también el impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con el espíritu evangélico. Por consiguiente, los laicos, siguiendo esta misión, ejercitan su apostolado tanto en el mundo como en la Iglesia, lo mismo en el orden espiritual, que en el temporal. El laico, que es a un tiempo fiel y ciudadano, debe comportarse siempre en ambos órdenes con una conciencia cristiana. (Apostolicam Actuositatem, 5)
Según Juan Pablo II:
En el discurso del Santo Padre JUAN PABLO II a los Obispos de las regiones noroccidentales de Canadá con motivo de la visita "AD LIMINA" hizo referencia a Pablo VI en ( Ecclesiam suam, 31), referido en el párrafo anterior.
Esta contribución de los seglares, por la cual hemos de estar reconocidos al Señor, constituye al mismo tiempo un reto a nuestra responsabilidad de Pastores. En efecto, esos catequistas seglares deben recibir una formación esmerada para lo que es, si no un ministerio formalmente instituido, si al menos una función de altísimo relieve en la Iglesia. Ahora bien, esa formación nos invita a organizar Centros e Institutos idóneos, sobre los que los Obispos mantendrán una atención constante. (Catechesi Tradendae, 71)
5.- ¿Qué pensaban los padres de la Iglesia sobre la Unidad de la Iglesia y los cismas?
Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Ef 4, 3-5 (cf. Jn 17, 21; Hch 4, 32; Flp 1, 27; Flp 2, 2; 1Cor 1, 10). Son textos que hablan de la Unidad de la Iglesia, que los Padres de la Iglesia defendieron. Y buscan la unidad de las iglesias Cristianas a través del Ecumenismo y buscan el diálogo Interreligioso buscando la unidad.
Desde luego que los cismas ocasionan separaciones, que le causan daño a la unidad. Y no hay manera de evitar que ocurran pues se corresponden al libre albedrio y a la libertad que Dios le dio a la humanidad.
Señala algunas citas patrísticas sobre el tema.
Flp 1, 27: …perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio…
Flp 2, 2: ... Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento.
1Cor 1, 10: …Que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir…
Mt 12, 25: …«Un reino donde hay luchas internas va a la ruina; y una ciudad o una familia dividida no puede subsistir…
Jd 1, 19: …Estos son los que causan divisiones… los sensuales, que no tienen al Espíritu…
Sal 127, 1: …Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles; si el Señor no custodia la ciudad en vano vigila el centinela...