Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Dios crea al hombre para darle a conocer su amor
El curso contiene la catequesis de Juan Pablo II sobre el cuerpo humano y el sentido de la sexualidad humana. Esta serie de enseñanzas fueron impartidas los primeros cinco años de su pontificado, entre los años 1979 y 1984.

Fecha de inicio del curso: 17 de Abril 2012

Fecha de finalización del curso: 11 de Junio 2012

Periodicidad: Semanal

Moderadores: monik, Catholic.net, acmargalef, Gabriela Vega, Ana Cecilia Margalef, Effy De Lille, Moderadores Animadores

Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Ana Cecilia Margalef » Lun Abr 30, 2012 9:54 pm

Mario Pezzi

Así pues, este pecado de los orígenes constituye, en la historia de la humanidad, una especie de cataclismo ontológico cuya importancia no podemos minimizar sin incurrir en peligro para la fe e incluso sin exponernos a no comprender al hombre en lo que es en sí mismo. Sin embargo, se -constata una especie de encarnizamiento en trivializarlo, en falsificarlo y hasta en ridiculizarlo[1].

El pecado original

Es interesante señalar que, después de las 130 audiencias de los miércoles dedicadas a la "Teología del cuerpo", Juan Pablo II consagró las audiencias de los dos años siguientes a un comentario sistemático de las verdades del Credo; y más tarde, inmediatamente después, desde agosto a diciembre de 1986, consagró 13 audiencias a la cuestión del pecado original. De este modo, manifiesta que el pecado original constituye una clave para la comprensión de la "Teología del cuerpo" y todo el Credo a la vez, sin la cual capítulos enteros de la fe y de la razón caen por sí mismos.

Juan Pablo II afirma aún en sus catequesis consagradas al pecado original:

“EI misterio de la redención está en su misma raíz, unido de hecho con la realidad del pecado del hombre. Por eso, al explicar con una catequesis sistemática los artículos de los Símbolos que hablan de Jesucristo, en el cual y por el cual Dios ha obrado la salvación, debemos afrontar, ante todo, el tema del pecado, esa realidad oscura difundida en el mundo creado por Dios, la cual constituye la raíz de todo el mal que hay en el hombre... La historia de la salvación presupone ´de facto´ la existencia del pecado en la historia de la humanidad creada por Dios. La salvación, de la que habla la divina Revelación, es ante todo la liberación de ese mal que es el pecado. Es ésta una verdad central en la soteriología cristiana: propter nos homines et propter salutem descendit de coelis ["por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo"]»[2].

¿Cuál es, entonces la esencia del pecado original? Precisa Juan Pablo II:

«Tal como aparece en el relato bíblico, el pecado humano no tiene su origen primero en el corazón (en la conciencia) del hombre, no brota de una iniciativa espontánea del hombre. Es, en cierto sentido, el reflejo y la consecuencia del pecado ocurrido ya anteriormente en el mundo de los seres invisibles. A este mundo pertenece el tentador, ´la serpiente antigua´. Ya antes (´antiguamente´) estos seres dotados de conciencia y de libertad habían sido ´probados´ para que optaran de acuerdo con su naturaleza puramente espiritual. En ellos había surgido la ´duda´ que, como dice el tercer capítulo del Génesis, inyecta el tentador en los primeros padres. Ya antes, aquellos seres habían sospechado y habían acusado a Dios, que, en cuanto Creador es la sola fuente de la donación del bien a todas las criaturas y, especialmente, a las criaturas espirituales. Habían contestado la verdad de la existencia, que exige la subordinación total de la criatura al Creador. Esta verdad había sido suplantada por una soberbia originaria, que los había conducido a hacer de su propio espíritu el principio y la regla de la libertad. Ellos habían sido los primeros en pretender poder ´ser conocedores del bien y del mal como Dios´, y se habían elegido a sí mismos en contra de Dios, en lugar de elegirse a sí mismos ´en Dios´, según las exigencias de su ser de criaturas: porque, ´¿Quién como Dios?´. Y el hombre, al ceder a la sugerencia del tentador, se hizo secuaz y cómplice de los espíritus rebeldes»[3].

Esta ruptura, esta "caída original" es, por consiguiente, una verdadera catástrofe, un cataclismo ontológico monumental -las palabras no son demasiado fuertes-. Este pecado, que trae consigo la ruptura de la comunión del hombre con Dios, le ha hecho perder el beneficio de todos los "dones" que permitían esta comunión. El hombre ha perdido así su dominium sobre la naturaleza, su capacidad de gobernarla. De esta suerte, es toda la creación la que padece las consecuencias de este cataclismo. A este respecto, afirma Juan Pablo lI: «A esta esclavitud de la corrupción está sometida indirectamente toda la creación a causa del pecado del hombre, quien fue puesto por el Creador en medio del mundo visible para que lo ´dominara´ (cf Gn 1,28). Así, el pecado del hombre no sólo tiene una dimensión interior, sino también ´cósmica’»[4].

¿Cuáles son las consecuencias de esto en el plano particular de las relaciones entre el hombre y la mujer?

La vergüenza sexual

"Y como viese la mujer (..) tomó de su fruto (del árbol del conocimiento del bien y del mal] y comió; y dio también a su marido, que igualmente comió: Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos, y, cosiendo hojas de higuera, se hicieron unos ceñidores" (Gn 3,6-7).

En consecuencia, es la mirada sobre su cuerpo en sentido amplio -que integra la sensibilidad, la afectividad, la espiritualidad- la que cambia instantáneamente en virtud del pecado, pasando de la transparencia de una comunión total a la vergüenza frente a lo que les hace hombre y mujer, diferentes y complementarios. Ya no saben expresarse como hombre y como mujer, se vuelven incapaces de entregarse libremente el uno al otro y desconfían el uno del otro, sustrayéndolos a la mirada del otro, los signos de su sexualidad, cuya ´significación de comunión de las personas y, a través de esta comunión, de la imagen de la comunión de las Personas divinas...

Juan Pablo II interpreta igualmente la vergüenza original como el brote inmediato, instantáneo, en la conciencia del hombre y de la mujer, del hecho de que ambos pueden convertirse para el otro en un simple objeto de placer, de procreación, de apropiación, de prestigio personal. Descubren que pueden ser "cosificados", reducidos a la condición de medios y dejar de ser considerados como personas en cuanto sujetos. Y esta amenaza la perciben a través de los signos de la masculinidad y de la feminidad. Toman conciencia de que con estos signos pueden provocar en el otro un deseo de utilizarlos como objeto, como medio de goce, de satisfacción sexual, de procreación... A este respecto, afirma Juan Pablo II: "A la unión o ´comunión´ personal, a la que están llamados ´desde el principio´ el hombre y la mujer recíprocamente, no corresponde, sino más bien está en oposición la circunstancia eventual de que una de las dos personas exista sólo como sujeto de satisfacción de la necesidad sexual y la otra se convierta exclusivamente en objeto de esta satisfacción. Además, no corresponde a esta unidad de ´comunión´ -más aún, se opone a ella- el caso que ambos, el hombre y la mujer, existan mutuamente como objeto de la satisfacción de la necesidad sexual, y cada una, por su parte, sea solamente sujeto de esa satisfacción"[5].

Estos signos corporales de la masculinidad y de la feminidad, que eran invitación a la entrega, se convierten virtualmente en medios de captación, de utilización del otro. A fin de conjurar esta amenaza, la primera reacción consiste en sustraer estos signos a la mirada del otro con el afán de protegerse y de preservar algo de la significación original de estos signos, de la que queda como un eco lejano en el corazón del hombre y de la mujer. "Lo contrario de esta ´acogida´ o ´aceptación´ del otro ser humano como don (a la mujer por parte del varón y viceversa), dice Juan Pablo II, sería reducirlo interiormente a mero ´objeto para mí´, debería señalar precisamente el comienzo de la vergüenza. Efectivamente, ésta corresponde a una amenaza inferida al don en su intimidad personal y testimonia el derrumbamiento interior de la inocencia en la experiencia recíproca»[6].

La voluntad de dominación del uno sobre el otro

El desprecio de la mujer y la afirmación de su inferioridad respecto al hombre se han manifestado de una manera práctica en numerosas civilizaciones paganas, particularmente en sus períodos de decadencia. En la época moderna, tiende a afirmarse igualmente en el plano especulativo en algunos pensadores.

Así, Nietzsche: "...Un hombre... no puede pensar en la mujer más que a la manera oriental. El hombre debe considerar a la mujer como propiedad, un bien que es necesario poner bajo llave, un ser hecho para la domesticidad y que no tiende a su perfección más que en esta situación subalterna..."[7].

En cuanto a Schopenhauer, con un humor chirriante, dice: "Que la mujer está destinada por naturaleza a obedecer se evidencia en el hecho de que toda mujer situada en la posición antinatural de completa independencia se une inmediatamente a algún hombre a quien permite que la oriente y la dirija. Esto se debe a que necesita un señor y un amo. Si es joven, será un amante; si es vieja, un sacerdote"[8]

Por el contrario, en su Carta apostólica sobre la dignidad de la mujer y su vocación, del 15 de agosto de 1988, afirma Juan Pablo II:

«Por tanto, cuando leemos en la descripción bíblica las palabras dirigidas a la mujer. ´Hacia tu marido irá tu apetencia y él te dominará´ (Gen 3, 16), descubrimos una ruptura y una constante amenaza precisamente con relación a esta ´unidad de los dos´, que corresponde a la dignidad de la imagen y de la semejanza de Dios en ambos. Pero esta amenaza es más grave para la mujer. En efecto, al ser un don sincero y, por consiguiente, al vivir ´para´ el otro aparece el dominio: ´él te dominará´: Este ´dominio´ indica la alteración y la pérdida de la estabilidad de aquella igualdad fundamental, que en la ´unidad de los dos´ poseen el hombre y la mujer, y esto, sobre todo, con desventaja para la mujer, mientras que sólo la igualdad, resultante de la dignidad de ambos como personas, puede dar a la relación recíproca el carácter de una auténtica ´communio personarum´: La unión matrimonial exige el respeto y el perfeccionamiento de la verdadera subjetividad personal de ambos esposos. La mujer no puede convertirse en ´objeto´ de ´dominio´ y de ´posesión´ masculina»[9].

Comentando en particular la palabra "concupiscencia" en Gn 3,16, subraya Juan Pablo II que, a causa del pecado, el hombre y la mujer conocen un perpetuo estado de insatisfacción en la unión que intentan de sus cuerpos y a través de la cual ya no consiguen alcanzar la plena comunión de las personas: `No están llamados ya solamente a la unión y unidad, sino también "amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, que no cesa de atraer al hombre y a la mujer precisamente porque son personas, llamadas desde la eternidad a existir ´en comunión"´. Subsiste entre ellos una "concupiscencia" jamás saciada del todo de la que intentan liberarse en vano por el dominio y avasallamiento mutuos.

La desunión

"Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mt 5, 27-28). ,

Juan Pablo II dedica un gran espacio a comentar estas palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña y nos ofrece un comentario extremadamente minucioso, porque, según él, "la significación de estas palabras es esencial para toda la "Teología del cuerpo" contenida en la enseñanza de Cristo"[10].

Del mismo modo que en el pasaje en que los fariseos le preguntaban sobre el repudio de las mujeres y donde Jesús les respondió: "pero al principio no fue así", invitándoles con ello a volver a la luz del principio, Cristo apela aquí al corazón humano, en el que queda algo de lo que existía "al principio". Para los fariseos, cuya conciencia estaba dominada por el legalismo, el adulterio "en el corazón" no significa nada. Para ellos, el adulterio es una realidad corporal o no existe; lo que lo define es el acto exterior efectuado y constatado materialmente.

Cristo, por su parte, llama la atención sobre el acto interior que está en el origen del acto exterior y que, en virtud de ello, merece ser llamado plenamente "adulterio en el corazón": "Es necesario deducir de esto que ´el adulterio en el corazón´, cometido por el hombre cuando ´mira a una mujer deseándola´, significa un acto interior bien definido", dice Juan Pablo II[11]. Este acto interior es el que Jesús quiere sacar a la luz para iluminar al mismo tiempo lo que hay en el corazón del hombre, lo que constituye la fuente profunda de su pecado[12] y que, en cuanto tal, es más importante que el acto exterior, aunque sólo sea este último el condenado por la ley. Percibimos aquí toda la exigencia de Cristo, que supera por completo las prescripciones legalistas: apela al corazón del hombre para que vuelva a encontrar en él el eco, el resto de la ley de amor del principio y hacerle tomar conciencia con ello de lo que el pecado ha destruido, desunido en él.

Esta división producida por el pecado, en el hombre y entre las personas, puede referirse a tres registros.

1. Desunión en la persona entre mirada y corazón

"El Papa analiza en profundidad el hecho de "mirar deseando" que trae consigo una falsificación del corazón. Muestra que es el "mirar deseando y no "el mirar" en cuanto tal el que está en cuestión, aunque el hecho de mirar provocara una atracción, pues la atracción permanente del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia el hombre es algo bueno que forma parte del esplendor del principio. Esta atracción ontológica fundamental está inscrita en la estructura misma de nuestro ser y no se trata de ponerla en cuestión. Sin embargo en el hecho de "mirar deseando" se encuentra la marca de la sumisión voluntaria a la concupiscencia.

La llamada perenne, (...) y, en cierto sentido, la perenne atracción recíproca por parte del hombre hacia la feminidad y por parte de la mujer hacia la masculinidad, es una invitación por medio del cuerpo, pero no es el deseo en el sentido de las palabras de Mateo 5, 27-28. El "deseo", como actuación de la concupiscencia de la carne (también y sobre todo en el acto puramente interior), empequeñece el significado de lo que eran y que sustancialmente no dejan de ser esa invitación y esa recíproca atracción[13].

El pecado falsea la mirada e introduce la división entre la mirada y el corazón, entre la llamada del corazón a la comunión de las personas y la mirada que pretende tomar, utilizar, "cosificar"[14].

2. Desunión entre cuerpo y corazón: el maniqueísmo

Es preciso señalar que, cuando el hombre "mira deseando" y toma conciencia de ello tiende, no a considerar el estado problemático de su corazón, sino a acusar a su cuerpo. Es una reacción constante del hombre sentar a su cuerpo en el banquillo de los acusados como si de una realidad extraña a sí mismo se tratara y sobre la que no tiene ascendencia. Entonces se considera al cuerpo como la fuente del pecado, como un adversario que debe ser combatido o del que debemos liberarnos. Una falsa interpretación de las palabras de san Pablo: "¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?" (Rm 7,23-24), ha servido con frecuencia para confortar esta actitud[15].

La acusación del cuerpo como fuente del mal hace referencia a la tradición maniquea procedente del dualismo mazdeista. El maniqueísmo. considera la materia como la fuente del mal y, consecuentemente, condena todo lo que sea corporal, en particular el sexo, puesto que mediante la procreación perdura el encarcelamiento de las almas en la materia. Juan Pablo II afirma de modo claro que esta tradición no puede servir en ningún caso de marco interpretativo adecuado de las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña:

"La interpretación apropiada de las palabras de Cristo según Mateo 5, 27-28, como también la ´praxis´ en la que se realizará sucesivamente el ethos auténtico del sermón de la montaña, deben ser absolutamente liberados de elementos maniqueos en el pensamiento y en la actitud. Una actitud maniquea llevaría a un ´aniquilamiento´, si no real, sí al menos intencional del cuerpo, a una negación del valor del sexo humano, de la masculinidad y feminidad de la persona humana, o, por lo menos sólo a la ´tolerancia´ en los límites de la ´necesidad´ delimitada por la necesidad misma de la procreación. En cambio, basándose en las palabras de Cristo en el sermón de la montaña, el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, tanto del hombre como de la mujer, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la ´comunión de las personas´, que es el substrato más profundo de la ética y de la cultura humana. Mientras para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen, por decirlo así, un ´anti-valor´, para el cristianismo son siempre.un ´valor no bastante apreciado"[16].

Y concluye Juan Pablo II sin el menor asomo de ambigüedad:

"El modo maniqueo de entender y valorar el cuerpo y la sexualidad del hombre es esencialmente extraño al Evangelio, no conforme con el significado exacto de las palabras del sermón de la montaña, pronunciadas por Cristo"[17].

En realidad, es en el corazón donde se plantea la cuestión: es el corazón humano el que ha sido turbado por el pecado, no el cuerpo. Si el cuerpo parece "rebelde", es porque el corazón del hombre ha perdido la "rectitud" del principio.

3. Desunión entre personas


La división entre las personas se establece cuando éstas ya no son la una para la otra entrega de sí mismas, sino que han sido reducidas al estado de objetos...

Por eso el Papa llega incluso a decir - y esto es algo que ha sido mal comprendido - que es posible cometer adulterio con nuestra propia mujer, pues el adulterio no consiste tanto en el acto exterior como en la mirada -y en la intención que la anima- que puede traer consigo el acto exterior: "El adulterio ´en el corazón´ se comete no sólo porque el hombre ´mira´ de ese modo a la mujer que no es su esposa, sino precisamente porque mira así a una mujer. Incluso si mirase de este modo a la mujer que es su esposa cometería el mismo adulterio ´en el corazón´. (...]

El hombre que ´mira´ de este modo, como escribe Mt 5, 27-28 ´se sirve´ de la mujer ´de su feminidad, para saciar el propio ´instinto´. Aunque no lo haga con un acto exterior, ya en su interior ha asumido esta actitud, decidiendo así interiormente respecto a una determinada mujer. En esto precisamente consiste el adulterio ´cometido en el corazón´. Este adulterio ´en el corazón´ puede cometerlo también el hombre con relación a su propia mujer si la trata solamente como objeto de satisfacción del instinto"[18].

Este tipo de ´mirada es la mirada que cosifica, instrumentaliza, reduce al otro al estado de objeto: Esta mirada puede proyectarla el marido sobre su mujer, y la mujer sobré su marido.

El Sermón de la Montaña es, por consiguiente, una invitación que Cristo dirige al hombre para que recupere el sentido de lo que hay profundamente en el proyecto de Dios: un ser hecho para la comunión. Esto no es posible para el hombre histórico, pecador, más que si se establece en una actitud de castidad que resulta de la purificación de su corazón. Esto es obra de la gracia obtenida por la redención.

"En el sermón de la montaña --concluye Juan Pablo II- Cristo no invita al hombre a retomar al estado de la inocencia originaria, porque la humanidad la ha dejado irrevocablemente detrás de sí, sino que lo llama a encontrar -sobre el fundamento de los significados perennes y, por así decir, indestructibles de lo que es `humano´- las formas vivas del ´hombre nuevo´: De este modo se establece un vínculo; más aún, una continuidad entre el ´principio´ y la perspectiva de la Redención"[19].


Notas


[1] "Después de la ruptura de la Alianza originaria con Dios, el hombre y la mujer se encuentran entre ellos, en vez de unidos, más divididos e incluso contrapuestos, a causa de su masculinidad y feminidad (Audiencia del 18 de Junio de 1980, § 5).

[2] Audiencia del 27 de Agosto de 1986, § 4.

[3] Audiencia del 10 de Septiembre de 1986, § 7.

[4] Audiencia del 21 de Enero de 1922, § 7.

[5] Audiencia del 24 de Septiembre de 1920, § 5

[6] Audiencia del 6 de Febrero de 1980, § 3.

[7] Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, Cap. 7, aforisma 238.

[8] Arthur Schopenhauer, Essai sur les femmes, tr. fr. Actes Sud 1987, p. 40. Hoy día se acusa a la Iglesia de sostener el "machismo" en perjuicio de la mujer: es interesante conocer quién es´,- verdaderamente en contra de In dignidad de la mujer.

[9]Juan Pablo II, Carta Apostólica Mulieris Dignitatem, ¿cl 15 de Agosto do 1985, § 10.

[10] Audiencia del 22 de octubre de 1950, § 1.

[11] Audiencia del 23 de Abril de 1950, § 3.

[12] Cf. Mt. 15, 19-20: "Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos,, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al hombre.

[13] Audiencia del 17 de Septiembre de 1980, § 1 y 2.

[14] El demonio nos amenaza constantemente con los pensamientos: es fácil pasar del "mirar" al "desear". Por eso la Iglesia ha recomendado desde siempre rehuir las ocasiones de pecado, tales como los espectáculos pornográficos o la frecuentación de ambientes equívocos y provocadores. A eso se refiere el IX mandamiento: No codiciarás la mujer del prójimo:

¿Qué exige el noveno Mandamiento?

El noveno Mandamiento pide vencer la concupiscencia carnal en los pensamientos y en los deseos. La lucha contra tal concupiscencia pasa a través de la purificación del corazón y la práctica de la virtud de la templanza. (Compendio CEC. 527)

¿Qué es lo que prohíbe el noveno Mandamiento?

El noveno Mandamiento prohíbe cultivar pensamientos y deseos prohibidas por el sexto Mandamiento. (Compendio CEC. 528).

[15] "Si uno de tus miembros te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti, según es mandado" (Cf. Mi. 5, 30). Y más aún: "si tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti" (Mt. 5, 29; Me. 9, 47). Pero el hagiógrafo no te enseña a destruir en realidad tus miembros: tú no tienes que aniquilar lo que Dios creó, porque Él lo ha creado todo bien. El ojo jamás ha cometido adulterio, porque este pecado no entra dentro de sus acciones; y tampoco la mano jamás ha cometido un robo, porque ella es por su propia naturaleza falta de inteligencia. Hay adúlteros ciegos y ladrones mancos; no pienses, por eso, que la causa de los pecados esté en la mano o en el ojo. Sino que es más bien tu espíritu el que ve algo y lo codicia; ¡es contra él que tienes que combatir! Es la mala codicia lo que te estorba: arráncala de ti y échala lejos: eso es lo que se te manda. El loco se corta los miembros pero, con eso, no aleja el mal de sí. Una parte de su cuerpo de tal manera es erradicada y echada, pero el pecado sigue activo en él. Los miembros obedecen a tu alma cual dóciles discípulos, y configuran sus acciones según el modelo que la misia les propone. ¡Combate contra tu alma! Lo exterior no es causa de pecado en ti: es con el interior que tienes que sostener la batalla. ¡Recrimina al hombre espiritual que está escondido en ti y dirige tu furor hacia el que se oculta en ti, no hacia quien es visible en ti! (Isaac de Antioquia, Carmen de poenitentia).

[16] Audiencia del 22 de Octubre de 1980, § 3.

[17] Ibidem.

[18] Audiencia del 8 de Octubre de 1980, § 2 y 3

[19] Audiencia del 3 de Diciembre de 1980, § 4.


Participación en el foro

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
Ana Cecilia Margalef
 
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor clauep9 » Lun Abr 30, 2012 10:14 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
define un deseo impuro que no se concreta en acciones pero que surge del corazón del hombre
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
a ese deseo insaciado en el que la entrega física del hombre y la mujer no es suficiente para alcanzar plena comunión
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
el temor manifiesto en el hombre y la mujer de ser "cosificados", hechos instrumento de placer y reproducción
4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
porque las personas han sido reducidas a objetos
5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
no, son más bien una invitación a la liberación del corazón, desatándolo de los deseos impuros que puedan hacerle caer en pecado
clauep9
 
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor NHED » Mar May 01, 2012 12:25 am

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
Significa que no solo el acto del adulterio nos lleva a un estado de pecado por ser lo que es condenado por la ley sino que la misma raíz de ese acto, el mirar con deseo cosificando el cuerpo, nos lleva ya al pecado, ya que el cuerpo simplemente obedece al corazón herido y corrompido por el pecado.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Es ese insaciable deseo de unión entre el hombre y la mujer debido a la insatisfacción, causada por el pecado, en la unión del hombre y la mujer en uno mismo siendo para ellos imposible lograr la unión y entrega completa lo que nos lleva a un estado de incesante atracción entre el hombre y la mujer debido a su naturaleza de existencia en unión completa.

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
Significa ese surgimiento en el pensamiento y conciencia del hombre y la mujer de que pueden llegar a ser vistos por el otro como un objeto de satisfacción personal y esto pone en peligro el don del cuerpo por ello buscan alejar de la vista uno del otro su cuerpo en un intento de conservar parte de ese don en lo mas recóndito de su conciencia.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Esto es por que debido al pecado, y a esa vergüenza original surgida, para el hombre y la mujer es imposible experimentar una comunión real y completa entre ellos ya que esa entrega total esta oscurecida por la cosificación, en la conciencia del hombre, del cuerpo.

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
No, el cuerpo realmente no tiene culpa ni condenación de las acciones mandadas por el alma ya que el cuerpo en si no posee voluntad propia, la voluntad viene del alma, el corazón humano ha perdido esa pureza e inocencia y se ha desviado por la herida del pecado y esto se ve reflejado en las acciones del cuerpo, es decir el corazón es la raíz de lo que el cuerpo habla, expresa y hace. Simplemente Cristo nos invita precisamente a curar esa herida hecha por el pecado para asi retomar el camino y descubrir una nueva humanidad en nosotros.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor ToNy9 » Mar May 01, 2012 1:24 am

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
Es la mirada a la persona que incluye un deseo sexuado, que tiene la intesnsion de cosificar, utilizar a la otra persona, el hombre ya no mira con el corazon si no con el deseo.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Un intento de sasiarse o completarse por su mismo estado de insatisfaccion causado por la ausencia de la comunion con DIOS sin tomar en cuenta al otro (reduciendolo a nivel de objeto)

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?

Comienza desde que el hombre pierde su comunion con DIOS y por lo tanto pierde la amistad con las criaturas del reino que lo rodean, al ver esto tanto el hombre como la mujer pierden ese contacto con la divinidad que los identificaba como seres unidos en el amor y comienzan los sentimientos que pertenecen a la auscencia de DIOS (pecado) que son los deseos, placeres sexuales, etc, con el fin de utilizar al otro como objeto de satisfaccion, al suceder esto se pierde la mirada con el ''corazon'' y comienza la insatisfaccion y la idea de ser utilizados.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Por su mismo estado de descomunion y la necesidad de sentirse completos

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
Cristo no condena al cuerpo, mas sin embargo, pide que el hombre vuelva a su estado original de comunion con sus semejantes, donde por consiguiente existiria la pureza de corazon y se terminaria la cosificacion y el ver al otro como objeto de mis placeres. Una vez llegando a ese estado el cuerpo obedeceria al corazon y se lograria ademas una comunion con nosotros mismos.
ToNy9
 
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Elianne » Mar May 01, 2012 2:15 am

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
Que es en el interior donde se origina el adulterior y que hace llevar a un acto exterior. El interior es la fuente del pecado y es aún más importante el acto o lo que ocurre interiormente que exteriormente. Es también un llamado a ver a nuestros orígenes y ver lo que el pecado ocasiona: "ser visto como objetos"
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
A la insaciabilidad de la que jamás se liberan el hombre y la mujer y que están en constante estado de insatisfacción al realizar la unión de sus cuerpos que buscan una plena unión. Sus cuerpos buscan unirse y no es una unión plena, no los llena a pesar de lo que hacen.
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
La consciencia inmediata del hombre y la mujer de poder ser utiizados como objetos reducidos a satisfacer una necesidad sexual o de procreación y ese despertar de sus conciencias se hace al momento de ver sus signos de masculinidad y femeneidad
4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Porque está presente el ser objetizado y no hay una comunión plena a la que se está llamado desde la eternidad, aún y cuando se de la unión y eso es debido a la concupiscencia
5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
Un llamado a hacernos conscientes de descubrir que si el corazón es afectado por el pecado, la rebeldía se muestra en el cuerpo, no se trata de acusar el corazón sino de ponerlo a la luz y tampoco reducir el concepto de unión del cuerpo que es necesaria, de forma que lo condene sino de la unión por buscar esa comunión entre hombre y mujer.
Elianne
 
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor deseo de dios » Mar May 01, 2012 8:59 am

¿cual es el significado del adulterio del corazon a la luz del sermon de la montaña?

es el pecado grave de corazon, pecado de carne,el adulterio nos lleva a pecar, alejarnos de la union con nuestro Padre

¿a que se refiere la concupiscencia del hombre?

pecar por el deseo, por la carne, sin valores morales correctos, separando el amor y el sexo, y haciendo del sexo como objetos de deseo y satisfaccion de uno propio.

¿cual es el significado de la verguenza originaria?

tras cometer pecado nuestros primeros padres , sintieron verguenza, al verse desnudos, cambia esa mirada sobre su cuerpo en virtud del pecado, por el pecado se dan cuenta que pueden utilizar al otro como medio de placer.

¿Por que en el segundo descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la union?

por el estado descomunion, y la necesidad de alcanzar esa union, aunque vivimos rodeados del pecado

¿son las palabras de Cristo una acusacion al corazon y una condenacion del cuerpo?

No, el cuerpo peca por nuestras acciones , por nuestra alma, las personas hemos perdido la pureza en el alma por el pecado alejandonos de Cristo, debemos purificarnos y hacer pura nuestra alma, para asi lograr una union perfecta con nuestro cuerpo y ser verdaderos hijos deDIos
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Garcia Vivir » Mar May 01, 2012 11:26 am

Buenos días estimados amigos, Dios los bendiga!!


1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?

Cosificar al otro, mirar y desear como objeto de satisfacción propia

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?

A consecuencia del pecado original tenemos un deseo de hacer el mal, es una huella con la que luchamos

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?

el descubrir que el otro me podía mirar como objeto de satisfacción y perder mi dignidad de persona, mi individualidad

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?

por que no hay una mirada plena de la comunión a la que estamos llamados desde la creación

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?

son acusación al corazón que ha de dar origen a los desordenes del cuerpo, no son las partes del cuerpo dotadas de inteligencia por si solas, es la consciencia la que los mueve y cuando esta no es recta promueve malas acciones.
Garcia Vivir
 
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor catzin1 » Mar May 01, 2012 12:25 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?

Cristo llama la atención sobre el acto interior que está en el origen del acto exterior y que es llamado plenamente "adulterio en el corazón". Significa un acto interior bien definido, dice Juan Pablo II. Este acto interior es el que Jesús quiere sacar a la luz para iluminar al mismo tiempo lo que hay en el corazón del hombre, lo que constituye la fuente profunda de su pecado y que, en cuanto tal, es más importante que el acto exterior, aunque sólo sea este último el condenado por la ley.

El Sermón de la Montaña es, por consiguiente, una invitación que Cristo dirige al hombre para que recupere el sentido de lo que hay profundamente en el proyecto de Dios: un ser hecho para la comunión.
"En el sermón de la montaña --concluye Juan Pablo II- Cristo no invita al hombre a retomar al estado de la inocencia originaria, porque la humanidad la ha dejado irrevocablemente detrás de sí, sino que lo llama a encontrar -sobre el fundamento de los significados perennes y, por así decir, indestructibles de lo que es `humano´- las formas vivas del ´hombre nuevo´: De este modo se establece un vínculo; más aún, una continuidad entre el ´principio´ y la perspectiva de la Redención"
.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?

A causa del pecado, el hombre y la mujer conocen un perpetuo estado de insatisfacción en la unión que intentan de sus cuerpos y a través de la cual ya no consiguen alcanzar la plena comunión de las personas: `No están llamados ya solamente a la unión y unidad, sino también "amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, que no cesa de atraer al hombre y a la mujer precisamente porque son personas, llamadas desde la eternidad a existir ´en comunión"´. Subsiste entre ellos una "concupiscencia" jamás saciada del todo de la que intentan liberarse en vano por el dominio y avasallamiento mutuos.

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?

Juan Pablo II interpreta la vergüenza original como el brote inmediato, instantáneo, en la conciencia del hombre y de la mujer, del hecho de que ambos pueden convertirse para el otro en un simple objeto de placer, de procreación, de apropiación, de prestigio personal.
Descubren que pueden ser "cosificados", reducidos a la condición de medios y dejar de ser considerados como personas en cuanto sujetos. Y esta amenaza la perciben a través de los signos de la masculinidad y de la feminidad. Toman conciencia de que con estos signos pueden provocar en el otro un deseo de utilizarlos como objeto, como medio de goce, de satisfacción sexual, de procreación.


4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?

a causa del pecado, el hombre y la mujer conocen un perpetuo estado de insatisfacción en la unión que intentan de sus cuerpos y a través de la cual ya no consiguen alcanzar la plena comunión de las personas: `No están llamados ya solamente a la unión y unidad, sino también "amenazados por la insaciabilidad de esa unión y unidad, que no cesa de atraer al hombre y a la mujer precisamente porque son personas, llamadas desde la eternidad a existir ´en comunión"´

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?

Basándose en las palabras de Cristo en el sermón de la montaña, el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, tanto del hombre como de la mujer, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la ´comunión de las personas´, que es el substrato más profundo de la ética y de la cultura humana. Mientras para la mentalidad maniquea el cuerpo y la sexualidad constituyen, por decirlo así, un ´anti-valor´, para el cristianismo son siempre un ´valor no bastante apreciado".
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor araquintero » Mar May 01, 2012 12:33 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
El adulterio en el corazón es cuando un hombre mira a su propia mujer e inclusive a otras con el deseo de la concupiscencia y tomarla como simple objeto de cosificación.
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Es cuando el hombre y la mujer conocen un perpetuo estado de insatisfacción en la unión que intentan de sus cuerpos y a través de la cual ya no consiguen alcanzar la plena comunión de las personas. Es cuando no encuentran saciedad y se vuelven completamente hacia sus instintos más bajos.
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
Es como el brote inmediato, instantáneo, en la conciencia del hombre y de la mujer, del hecho de que ambos pueden convertirse para el otro en un simple objeto de placer, de procreación, de apropiación, de prestigio personal. y es donde Descubren que pueden ser "cosificados", reducidos a la condición de medios y dejar de ser considerados como personas en cuantos sujetos. Y esta amenaza la perciben a través de los signos de la masculinidad y de la feminidad. Toman conciencia de que con estos signos pueden provocar en el otro un deseo de utilizarlos como objeto, como medio de goce, de satisfacción sexual, de procreación.
4.. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
Las palabras que presenta Cristo no son ninguna acusación ni condenación, antes bien
El orienta al hombre para que recupere el sentido de lo que exige realmente su proyecto
De amor y salvación: que el ser humano esta hecho para la comunión.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor gabrielaromero » Mar May 01, 2012 1:12 pm

. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
La ensenanza de nuestro Senor Jesucristo es invitarnos a actuar como hombres y mujeres transformados despues de la redencion, y ver a la caida como marco de referencia de nuestra historia y llegar a la valorizacion de la divina Misericordia de nuestro padre Dios.
2. ¿A qué se refiere?
A que es en el interior donde se origina el adulterio y nos lleva a un acto exterior. En el interior permitimos la corrupcion del pecado y es más importante el acto interior que el exterior, ya que nos hacemos participes voluntarios del pecado. Y gravemente nos separamos de la comunion con Dios.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Al pecado original heredado y la tendencia natural de pecar, se atane no al hombre mismo sino a criaturas espirituales invisibles, que hacechan al hobre a traves de la tentacion.
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria? Es la conciencia de desnudez fisica que hace que hayan pensamientos de dominio mutuo entre el hombre y la mujer
4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Se debe a la reduccion del cuerpo como objeto de placer personal ,y en este descubrimiento el hombre y la mujer en la lucha por el dominio limitan esa union fascinante y comunion con Dios.
5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
No, es una ensenanza divina a manera de invitacion a reflexionar que fuimos hechos por amor y para amar y atraves del corazon y cuerpo es como honramos a nuestro creador. Nuestro actuar debe ser segun el Ethos Cristiano.
Somos portadres del amor de Cristo vivamos para a alabarlo, bendecirlo y glorificarlo.
Gabriela Romero
"El Senor es mi luz y mi Salvacion"
Jn12:1
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Paulinas sobarzo » Mar May 01, 2012 1:29 pm

1. El significado de adulterio del corazon a la luz del sermon de la monta;a, es mirar a la persona humana como objeto de placer, hay una intencion de fondo de cosificar a la mujer o al hombre para saciar el propio instinto. Este adulterio se puede cometer con la propia mujer esposa porque es una intencion interior del hombre y viceversa.

2. La concupiscencia del hombre se refiere a que a traves del pecado orignial ha provocado una rutpura interior de la finalidad y vocacion del hombre y la mujer a la comunion, reduciendose al estado de objetos, la concupiscencia esta en el corazon del hombre y la mujer que implica un acto interior y que puede llevar al exterior.

3. El significado de la verguenza originaria es la transformacion de la vision del hombre y la mujer de una transparencia de comunion total a la verguenza que se hacen incapaces de entregarse libremente y desconfiar el uno del otro, se dan cuenta de que su masculidad y feminidad pueden utilizarse para dominarse y cosificares el uno al otro, de que puden convertirse en objeto de placer, procreacion, apropiacion o de prestigio personal.

4. En el segundo descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la union, porque el hombre y la mujer estan llamados a la plena comunion pero por el pecado original se ha perturbado esa inclinacion pura de entregarse en libertad que provoca una insaciabilidad. El pecado ha amenazao al don de la intimidad personal y derrumbamiento de la inocencia.

5. Las palabras de Cristo no son una acusacion al corazon ni condenacion al cuerpo, sino mas bien una invitacion al hombre a retomar el estado de la inocencia originaria, que gracias a la redencion de Cristo podemos volver a ella con la realidad de las consecuencias del pecado orignial.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor luijo » Mar May 01, 2012 2:09 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del corazón, a la luz del sermón de la montaña?
Significa la ruptura por parte del hombre del proyecto de Dios que entendía la comunión de los corazones puros y castos. Cristo quiere dar a entender, que el origen del acto exterior del adulterio está en el acto interior, ó del corazón, colocando a este como fuente real y profunda de su pecado.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?

Se refiere a la tendencia del hombre manchado por el pecado, al apetito desordenado de placeres deshonestos (Ejemplo en lo carnal: Mirar deseando). La lucha contra tal concupiscencia pasa a través de la purificación del corazón y de la práctica de la virtud de la templanza.

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?

Se refiere a la sensación negativa de tomar conciencia del poder ser “cosificados”. Consiste en el derrumbamiento interior de la inocencia en la experiencia recíproca de la unión corporal. Es la mirada del hombre, sobre su cuerpo en sentido amplio -el que cambió instantáneamente a consecuencia del pecado- viéndolo pasar de la transparencia de lo que originalmente debió ser una comunión total, a la vergüenza frente a lo que les hace hombre y mujer, diferentes y complementarios.

4. ¿Por qué en el segundo descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Por la imposibilidad –consecuencia del pecado- de lograr la llamada que nos fue enviada desde la eternidad, a existir en comunión. El pecado falseó la llamada perenne de la atracción, y convirtió a esta en solo deseo (y por tanto: insaciable).

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al corazón y una condenación del cuerpo?
No. Son una llamada a manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo (en el conjunto de la persona humana), poniéndolo al servicio de la comunión de las personas (como persona integral ).
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Agustin Alvarado » Mar May 01, 2012 2:23 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
El solamente hecho de gestar en la mente y desarrollar en el interior el desear como objeto sexual a la persona femenina y mayormente a aquella que no es el complemento unido por el matrimonio al hombre.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
A la ruptura de la unidad inicial afectiva y espiritual del hombre y la mujer como imagen y semejanza de Dios. Y que en adelante experimentaran la insatisfacción reciproca.

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
El descubrimiento de la diferenciación entre lo masculino y lo femenino que en adelante le atraerá y les llevara al abuso.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Porque es en este preciso momento cuando se rompe la unión del inicio, osea aquella unión que viene de Dios. Podemos decir también que a partir de esto se materializa el afecto y orienta a la pura necesidad de satisfacción de los instintos sexuales.

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
JESÚS no condena el cuerpo, más bien trata de descubrir el interior de las personas, y con esto nos llama a hacer un alto para que reviremos y purifiquemos nuestros pensamientos y sentimientos. Para evitar llevar una vida esclavizada por las acciones incorrectas que se comienzan a gestar en el interior de vida privada de cada persona.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor MARIAANGELES RAMIREZ » Mar May 01, 2012 2:28 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
R=El origen de nuestros actos exteriores, siempre tendrá su origen en el interior de nuestra alma, ya que nuestro cuerpo es solo un instrumento de nuestros deseos y pensamientos.Todo nuestro interior se exterioriza en nuestras acciones y deseos.
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
R=Es la propensión natural heredada por el pecado original a obrar el mal, la declinación innata a al pecado. 3.-¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
R=Es el brote inmediato, instantáneo en la conciencia del hombre y mujer ( Adán y Eva), del hecho de que ambos puedadn convertirse en simples objetos de placer,de procreación, de apropiación, de pertenencia, de prestigio personal.Descubriendo con temor el hecho de ser "cosificados" y dejar a un lado su valor como personas e hijos de Dios.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
R=Porque el hombre y la mujer son personas llamadas desde la eternidad a la comunión plena

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
R=Es un llamado a la transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana capaz DE MANIFESTAR Y REALIZAR el valor del cuerpo y del sexo.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor ana1965 » Mar May 01, 2012 2:45 pm

1. CUAL ES EL SIGNIFICADO DE "ADULTERIO EN TU CORAZON" EN EL SERMON DE LA MONTAÑA:
SIGNIGICA QUE ESTA EN LA INTENCION DEL CORAZON EN SU CODICIA Y NO EN LO CORPORAL, ECHALE LA CULPA AL CUERPO NO ES LO QUE CRISTO QUIERE ENSEÑARNOS. SINO EN ALEJARNOS EN LA OCASION DE PECADO.
2. CONSCUPICENCIA.
ES COMO UN DESEO DESBORDADO DE TOMAR TODO, CON CUALQUIERA O TODOS NUESTROS SENTIDOS, ES EL ORIGEN DE TODA ADICCION, VICIO.
3. VERGUENZA ORIGINARIA.
ES EL DARSE CUENTA DE ADAN U EVA DE SUS CUERPOS COMO OBJETOS DE PLACER, DESVINCULANDO EL ALMA EL ESPIRITU.
4.INSACIABILIDAD DE LA UNION
ES SOLO LA BUSQUEDA DE LO CORPORAL, Y LA SENSACION DE QUE FALTA ALGO MAS.. Y NUNCA TERMINA ESA SACIEDAD. HASTA QUE CONCIENTIZAMOS EL REGRESO A DIOS Y NUESTRO MISION, SEGUN DIOS LO DISPONGA.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor ana1965 » Mar May 01, 2012 2:46 pm

ana1965 escribió:1. CUAL ES EL SIGNIFICADO DE "ADULTERIO EN TU CORAZON" EN EL SERMON DE LA MONTAÑA:
SIGNIGICA QUE ESTA EN LA INTENCION DEL CORAZON EN SU CODICIA Y NO EN LO CORPORAL, ECHALE LA CULPA AL CUERPO NO ES LO QUE CRISTO QUIERE ENSEÑARNOS. SINO EN ALEJARNOS EN LA OCASION DE PECADO.
2. CONSCUPICENCIA.
ES COMO UN DESEO DESBORDADO DE TOMAR TODO, CON CUALQUIERA O TODOS NUESTROS SENTIDOS, ES EL ORIGEN DE TODA ADICCION, VICIO.
3. VERGUENZA ORIGINARIA.
ES EL DARSE CUENTA DE ADAN U EVA DE SUS CUERPOS COMO OBJETOS DE PLACER, DESVINCULANDO EL ALMA EL ESPIRITU.
4.INSACIABILIDAD DE LA UNION
ES SOLO LA BUSQUEDA DE LO CORPORAL, Y LA SENSACION DE QUE FALTA ALGO MAS.. Y NUNCA TERMINA ESA SACIEDAD. HASTA QUE CONCIENTIZAMOS EL REGRESO A DIOS Y NUESTRO MISION, SEGUN DIOS LO DISPONGA.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Olga Yanneth BM » Mar May 01, 2012 3:01 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
Significa que el hombre y la mujer no tienen que cosificar o tomar con deseo a la otra persona, ya que como lo que quería Dios desde el principio, con inocencia pura en cuerpo y alma, que no aman por satisfacción propia, sino con amor y unión acorde con los planes de Dios, dejar de un lado lo que es humano y amar como un hombre nuevo a partir de la Redención de Cristo.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Al deseo desordenado por los placeres, causado por el pecado.
Al entrar el hombre y la mujer a un punto de insatisfacción a través de intentos de unión de sus cuerpos, no alcanzan la plena comunión al igual también hay la insaciabilidad de esa unión y unidad, volviendosen difíciles de satisfacer sus deseos. "Subsiste entre ellos una "concupiscencia" jamás saciada del todo de la que intentan liberarse en vano por el dominio y avasallamiento mutuos" Juan Pablo II.


3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
Cuando el hombre y la mujer cambian su vision de integridad (la sensibilidad, la afectividad, la espiritualidad), personas transparantes cambian esta idea cuando tienen conciencia de que son diferentes y complementarios, como consecuencia del pecado.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Por el mismo pecado que cega al hombre y a la mujer, del hecho de que ambos pueden provocar en el otro un deseo de utilizarlos como objeto, como medio de goce, de satisfacción sexual, de procreación; olvidándosen del plan original de Dios a la unión, comunión

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
No, debido a que Cristo nos hace volver al plan inicial de Dios con la humanidad. Nuestro Señor en el sermón de la montaña, el ethos cristiano se caracteriza por una transformación de la conciencia y de las actitudes de la persona humana, tanto del hombre como de la mujer, capaz de manifestar y realizar el valor del cuerpo y del sexo, según el designio originario del Creador, puestos al servicio de la ´comunión de las personas´, que es el substrato más profundo de la ética y de la cultura humana.

Dios te bendiga.
Olga Yanneth BM. ●¸.•º¨Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ¨º•.¸●
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Dimayerlin » Mar May 01, 2012 3:06 pm

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
El adulterio del corazón significa mirada es la mirada que cosifica, instrumentaliza, reduce al otro al estado de objeto , los malos deseos de poseer al otro que no me corresponde vienen desde mi interior, por el simple hecho de pensarlo ya esta prácticamente consumado sin ser corpóreo el asunto.
2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre? La conscupicencia se refiere el deseo de saciarse en el otro , esa chispa que nos incita a caer en la tentacion.
3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
Es el despertar de la conciencia del hombre y la mujer a sabiendas de ambos se pueden convertir en un objeto para el otro de procreación, de apropiación, de prestigio personal. Descubren que pueden ser "cosificados", reducidos a la condición de medios y dejar de ser considerados como personas en cuanto sujetos. Y esta amenaza la perciben a través de los signos de la masculinidad y de la feminidad.
4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Precisamente porque son personas, llamadas desde la eternidad a existir ´en comunión"´. Subsiste entre ellos una "concupiscencia" jamás saciada del todo de la que intentan liberarse en vano por el dominio y avasallamiento mutuos.
5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
no, son más bien una invitación a la liberación del corazón, desatándolo de los deseos impuros que puedan hacerle caer en pecado
No son una condenación al cuerpo pues este no es el responsable de nuestros pecados son una invitacion a la purificación del corazon ya que de ahí es que vienen los malos deseos .
Postrada esta mi alma ante Ti todo lo que soy Te adora!
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Anav » Mar May 01, 2012 3:16 pm

1-Cual es el significado del adulterio del corazon a la Luz del sermon de la Montana?
Esto se produce cuando el hombre trata de saciar su propio instinto, aunque aunque no lo haga con el acto exterior ya que su interior ha asimido esa actitud. Ese acto interior del hombre es lo que Jesus quiere sacar a la Luz para iluminar al mismo tiempo lo que hay en el corazon del hombre, lo que constituye una fuente profunda de su pecado, que es mas importante que su acto exterior.

2- A que se refiere la concupiscencia del hombre?
Se refiere a deseos de placeres, especificamente sexuales.

3- Cual es el significado de la Verguenza Original?
Es el brote inmediato, instantaneo en la conciencia del hombre y de la mujer del hecho de que ambos pueden convertirse para el otro en un simple objeto de placer de procreacion, de apropiacion de prestigio personal. Descubren que pueden ser cosificados reducidos a la condicion de medios y dejar de ser considerados como personas.

4- Porque en el segundo descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la union?
A causa del pecado el hombre y la mujer conocen un perpetuo estado de insastifaccion en la union de sus cuerpos y a traves del cual ya no consigen alcanzar la plena comunion.

5- Son las palabras de Cristo una acusacion al corazon y una condenacion del cuerpo?
Lo exterior no es causa de pecado, es en el interior que hay que sostener la batalla, recriminar al hombre espiritual que esta escondido en ti y dirije tu furor hacia el que se oculta en ti.
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Re: Tema III: El pecado, el deseo y la concupiscencia

Notapor Silviamaria » Mar May 01, 2012 3:19 pm

Buenas tardes, envío mi contestación:

1. ¿Cuál es el significado del adulterio del “corazón”, a la luz del sermón de la montaña?
El significado es que el origen de nuestras faltas está en el interior de nuestra alma, todo sale del corazón del hombre y de la mujer.

2. ¿A qué se refiere la concupiscencia del hombre?
Se refiere a toda apetencia que surge espontáneamente en el hombre de forma natural, forma parte de la constitución propia del ser humano.

3. ¿Cuál es el significado de la vergüenza originaria?
El significado es que tanto hombre como mujer se convierten en simples objetos de placer y pierden su derecho de personas, de seres individuales, de verdaderos hijos de Dios.

4. ¿Por qué en el “segundo” descubrimiento del sexo hay una insaciabilidad de la unión?
Porque aparece el egoísmo y se ve a la otra persona como un objeto de satisfacción personal y por lo tanto no hay comunión unión plena entre la pareja.

5. ¿Son las palabras de Cristo una acusación al “corazón” y una condenación del cuerpo?
Considero que no porque lo que se busca es que tanto el hombre como la mujer tomen conciencia de sus pensamientos y actos, porque ya en el corazón la mente trama y manifiesta lo que el cuerpo ejecutará. Lo que se busca es que purifiquemos nuestra alma, que no tengamos malos pensamientos para luego transformarlos en malas acciones.

Gracias, saludos a todos y hasta la próxima semana.
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