por eduarod » Lun Ago 10, 2015 7:10 pm
Estimados hermanos en Cristo:
Hace tiempo hubo una discusión en el foro sobre este tema, y en ella lo que se expuso fue un análisis que mostraba que el rico Epulón en realidad NO tenía un arrepentimiento real NI quería propiamente el bien de sus hermanos.
Por el contrario, lo que buscaba en último término era justificar que él no habría tenido esos supuestos auxilios extraordinarios que, según su lógica y razonamiento, le habrían permitido salvarse: en efecto, si el padre Abraham hubiese cedido a lo que pedía y si sus hermanos se hubiesen salvado a causa de ello, entonces de ahí el rico Epulón habría pasado a "demostrar" la "injusticia" de su propia situación y la "necesidad" de ser compensado por el "error" siendo librado del terrible castigo que sufría.
Por eso es importante que la respuesta real que recibe es que NO hay tal injusticia ni tal necesidad de que Lázaro fuese a hablar con ellos; pues tenían ya a Moisés y eso debía haber sido suficiente, tanto para sus hermanos, como para él mismo. Por tanto su condenación es justa, porque no habiendo escuchado a Moisés, no escucharía tampoco ni aunque un muerto resucitara. Esto, que a primera vista parece simplemente declarar la inutilidad de que Lázaro fuera con los hermanos, es en realidad una referencia clara a Jesucristo, porque Cristo Resucitó y, aún así, muchos NO creyeron en Él. De hecho, solo los que REALMENTE habían escuchado a Moisés, eran los que reconocían a Jesús. Por eso, si alguien NO había escuchado a Moisés (como era el caso de los Escribas y Fariseos que condenaron a Jesús) entonces TAMPOCO se convertiría ni ante la mismísima Resurrección de Jesús (como de hecho NO ocurrió en muchos de ellos, prefiriendo pagar a los soldados para que dijeran mentiras que abrir los ojos ante la Grandiosa REALIDAD del Resucitado).
De esta forma Abraham le demuestra a Epulón que, si se había condenado por no creer en Moisés, entonces también se habría condenado al no creer en Cristo, indicando con ello que la condena NO era a causa de una supuesta e inexistente falta de auxilios suficientes y extraordinarios, sino que la condena era justa y causada por su propia actitud egoista e incrédula.
Saludos y bendiciones.