por ANA MARIA MARGINEAN » Mié May 01, 2013 3:55 pm
4. Al ser creados a Imagen y semejanza de Dios, Un Dios Único y Trino, un Dios de relación- nos hizo parecidos a El. Por eso somos llamados al matrimonio, hombre y mujer, como único ser complementario, como "una sola carne" (Gen.2,24;Mt.19,5-6).
"El Verdadero Matrimonio, es la Comunión de una Trinidad en una sola unidad: el esposo, la esposa y ambos en comunión con Dios."(Curso)
El autor del matrimonio es Dios, como "intima comunidad de vida y amor" (Compendio D.S.I.), eso quiere decir que nace por ordenamiento divino.
El matrimonio nace del consentimiento personal e irrevocable de los esposos (cfr. Catecismo, 1626). «El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad, por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio» (CIC, 1057 §2).
Jesucristo, el Hijo de Dios mismo nació y vivió en una familia concreta, la Familia de Nazaret, aceptando todas sus características propias , ofreciéndole así muchísima dignidad al Matrimonio, instituyendo-lo como Sacramento de la Nueva Alianza con Dios, después del pecado del hombre. (Mt.19,3-9) En esta perspectiva, la pareja encuentra su plena dignidad y la familia su solidez.
La sacramentalidad del matrimonio brota del amor de Cristo hacia su Esposa que es la Iglesia, amor a cuya plenitud se manifiesta en la entrega en la Cruz.El matrimonio es la Iglesia domestica.
Por la Gracia que le confiere el Sacramento del Matrimonio , el amor, en su dimensión natural, esta constantemente purificado, consolidado y elevado -como signo de la caridad de Cristo en el mundo.
1. La familia es la célula de base de la sociedad; como célula vital la familia es o debería ser la defensora de los valores humanos y cristianos. En la familia es donde la persona tiene dignidad propia, afectividad; como un ser único e irrepetible, es centro de atención y se ve como fin en si y no un medio.
En la familia se aprenden las responsabilidades sociales y la solidaridad. Una sociedad que destruye la familia se destruye a si misma. La familia debería tener prioridad respecto a la sociedad y al Estado, por su importancia y valor en todas sus funciones, en primer lugar la función procreativa- que es la condición misma de la existencia del Estado. (Compendio de la doctrina social de la iglesia, punto 214).
"El destino del hombre se "juega" en la familia, decía Juan Pablo II. La familia es insustituible por la maduración y existencia de las personas en cada uno de sus niveles de desarrollo: bebé, niño, adolescente, adulto y anciano. La familia tiene la misión de "custodiar, revelar y comunicar el amor".
En la familia se inculcan los valores morales, se transmite el patrimonio espiritual de la comunidad religiosa y el patrimonio cultural de la Nación.
Hay que ser conscientes de que nuestro ejemplo de vida, nuestro testimonio y nuestro interés para la familia " serán los instrumentos mas valiosos para crear y promover dentro de la sociedad, actitudes y comportamientos positivos que perseveren, defiendan, divulguen y enriquezcan la unidad y los valores sobre los que se asienta la familia". (Compendio D.S.I.)
Ningún modelo social que busque el bien del hombre puede prescindir de la centralidad y la responsabilidad social de la familia. Por eso las autoridades deberían auxiliar a la familia asegurándole las ayudas necesarias para asumir de forma adecuada todas sus responsabilidades.
2. La familia debe ser el "santuario" de la vida, dentro de ella se conciben los hijos, que nos hacen comprometernos a una paternidad responsable. Tenemos que comunicar el amor a nuestros hijos, ser modelo de entrega personal, modelos de vida. Tenemos que educar a nuestros hijos de forma integral, cuidando mucho su desarrollo espiritual - empezando por el Bautismo, que los hace hijos de Dios, encauzar sus vidas espirituales.
Los hijos tienen derecho a nuestra propia persona, a nuestro tiempo, dedicación, interés, a nuestro consejo, a nuestro dialogo, al ejercicio de nuestra autoridad, a la fortaleza, a nuestra intimidad personal.
El proceso educativo no puede concretarse sin una dosis de sufrimiento propio y ajeno. Dentro de la familia el niño puede "desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible"
Nosotros como padres debemos insuflarles el deseo de conocer y amar a Dios sobre todas las cosas y de ganar el Cielo en esta vida.
3. Sabemos que desde el principio, desde la Creación del mundo, Dios nos ha llamado a ser sus colaboradores en la misión de procrear "Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra". (Gen.1,28)
Somos hijos de Dios,creados a su imagen y semejanza, y engendrar hijos es sólo el medio por el cual nuestro creador llama a la vida a otras almas humanas. A nosotros nos toca cumplir la misión que nos dió, la de multiplicarnos. Nuestros hijos son "fruto del espíritu de Dios, nosotros no tenemos la capacidad de crear una sola de las células que conforman el cuerpo humano; su formación dentro del vientre materno es un milagro de Dios."
Tener un hijo es una gran bendición, pero es una grandisima responsabilidad. Siempre he pensado que a un padre, el día del Juicio, Dios le pedirá cuentas en primer lugar por como ha educado y cuidado de su hijo.
No olvidemos que Dios quiere que seamos sus colaboradores en la Creación. Recuerdo que, en un programa TV, un biólogo hablaba del bebé, como de un producto inacabado, porque no se puede valer por si mismo durante muchísimo tiempo - las demás especies animales se manejan desde muy pronto por si mismas. En las mismas condiciones, el niño perecerá inevitablemente.
Los padres tenemos que ayudar en el desarrollo de la persona desde bebé hasta la edad adulta, junto a la sociedad. Eso porque la persona humana esta llamada a darse a los demás humanos y eso se hace al entregarse, en un acto de amor.Es un camino largo y a veces difícil porque tenemos que adaptarnos a cada etapa de desarrollo y crecimiento del niño. Pero la familia que nos formó a nosotros y Dios mismo, en su sabiduría ha puesto en nosotros todo lo que nos hace falta para cumplir con esta tarea, preparar Ciudadanos para el Cielo.