La misión de la Empresa y, en ella todos: empresario y colaboradores, es generar riqueza con integridad, con responsabilidad, y con visión hacia la Trascendencia.
Dios nos entrega talentos no para que nos los apropiemos sino para que los administremos.
La Empresa tiene que concientizarse de que tiene una Misión muy importante de formación integral de sus colabordores; y tiene una misión de ayuda hacia los más necesitados si verdaderamente queremos convertir nuestra sociedad en un mundo mejor.
La Empresa tiene que concientizarse de que en base a los talentos que Dios nos da, tenemos que ayudar a los más desfavorecidos. Cada uno ayudara en base a lo que su conciencia le diga pero tiene que darse cuenta que SÍ tiene que ayudar. Hay un capitalismo que reconoce la libre iniciativa y empresa, la economía de mercado, que pone su centro en el hombre y que es compatible con las enseñanzas de la Iglesia, como se reconoce en la encíclica Centesimus annus, 42 (de Juan Pablo II) o en la Caritas in veritate (de Benedicto XVI). Pero no todo capitalismo pone en su lugar al hombre, como se reconoce en la encíclica Sollicitudo rei socialis, 36 (de Juan Pablo II). El Misionerismo es la vía aceptable y posible de una visión del hombre y la trascendencia que necesita la sociedad para su pleno desarrollo. El comunismo niega la libertad del hombre y al no respetarle le priva de ser una vía de desarrollo humano. Según el magisterio de la Iglesia los que niegan a Dios y la Iglesia o en su vida precipitada pierden el sentido del Evangelio, de ellos no cabe esperar soluciones a los problemas sociales, como enseña la encíclica Mater et magistra, 209 (de Juan XXIII).
Extracto de tesisEl alcance del MisionerismoEl Misionerismo es una filosofía que se aplica a todos en la empresa, es decir, es de aplicación integral y multinivel. Así, todos los colaboradores de la empresa y sus familias se obligan moralmente a humanizarse y a potenciar sus habilidades y talentos para lograr un cambio en la sociedad.
Hay filosofías empresariales que están dirigidas y orientadas sólo a las cúpulas y los demás miembros de la empresa dependen de la aplicación real que éstas quieran hacer de ellas.
En cambio, el Misionerismo abarca a todas las personas y a sus familias, en todos los niveles de la empresa, desde grupo corporativo hasta los obreros en una fábrica, así como a toda persona que tenga un vínculo directo con ella como son los proveedores, y principalmente, los clientes, a quienes la empresa debe su crecimiento y su existencia.
El Misionerismo reconoce la importancia de la familia como primera escuela de educación y formación empresarial en donde se enseñan los valores y se forma el carácter de las personas para que puedan hacer vida las virtudes que los conduzcan al camino de la humanización y por ende, al de la perfección cristiana.
i. Fuentes del MisionerismoLa reflexión de su fundador, quien a la luz natural de la razón fue descubriendo los principios y fundamentos de esta filosofía que estamos sustentando académicamente en el Evangelio, el Magisterio de la Iglesia y la Doctrina Social de la Iglesia.
El Misionerismo no es una ideología. Como reiteradamente hemos dicho, es una filosofía de vida nacida de la reflexión sobre las complejas realidades del hombre en la empresa, en la familia y en la sociedad en general, a la luz de la fe y de la tradición del Evangelio. Su objetivo principal es interpretar estas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación eterna y, a la vez, Trascendente, para orientar en consecuencia la conducta cristiana.
Es una filosofía con Trascendencia sobrenatural hacia un Dios que nos ama, que nos exige y que al mismo tiempo, nos pide cuentas de los frutos que hemos producido por los dones que nos ha dado. Se basa en la integridad de la persona que impulsa su productividad humana motivada en la Trascendencia, en la eternidad(1), y que tiene como consecuencia la productividad material.
Esta filosofía que surge de la reflexión de José Luis Pérez Gallego, fundador de Empresa Misionera, puede ser sustentada en la Doctrina de la Iglesia. No es un manual de soluciones prácticas, ni es un recetario para los diversos problemas. Pero sí tiene los principios fundamentales que al conocerlos, analizarlos y ponderarlos, nos dan una luz para configurar una filosofía que permite ir reconociendo y adoptando normas de conductas personales que, al mismo tiempo, van permeando en la vida en todos sus ámbitos.
Como sabemos, la Doctrina Social de la Iglesia tiene sus orígenes en la Sagrada Escritura y se concretizó ante la situación crítica de la clase trabajadora y ante el embate del socialismo marxista con su lucha de clases, derivados de la Revolución Industrial que se dio en Europa al inicio del siglo XVIII. Esta Doctrina representó una luz en la búsqueda de soluciones para estos problemas. El movimiento social católico que se difundió en la segunda mitad del siglo XIX, nació como reacción, por una parte, a las injusticias y desastrosas consecuencias del régimen capitalista liberal, y por otra parte, a las doctrinas anticristianas del socialismo marxista que buscaba eliminar dichas injusticias. El primer documento oficial que encontramos es la Encíclica Rerum Novarum, escrita por León XIIl y que apareció en 1891, seguido por otros documentos importantes.
La Doctrina Social es una doctrina "verdadera", que tiene siglos de existir. Su aplicación no sólo es posible sino que es real. Que no la hayamos leído antes, es nuestra "responsabilidad"; que los obispos no la hayan sabido transmitir, es verdad, pero ellos no son empresarios debido a ambas situaciones, pocos la han podido conocer, comprender y aplicar. Caro ha costado el que no haya permeado este valioso conocimiento en las instituciones; sin embargo, se puede constatar con grata sorpresa, que hoy en día, existen empresas que "sí" la asumen y la aplican con mucho éxito, tanto que rebasan las fronteras y sirven como ejemplo de transformación de vida en las empresas.
Es por lo tanto, urgente la necesidad de promover en las empresas el Misionerismo que sí cuenta con un lenguaje más ad hoc a los empresarios, como una filosofía empresarial que motive una transformación humana y social, pero principalmente espiritual y que ponga énfasis en la Trascendencia y a Dios en el centro de la empresa. No basta con motivarse sólo en el cumplimiento del deber sino motivarse buscando más profundamente en la naturaleza de la persona ese deseo de sentido de vida, deseo de Absoluto, de trascendencia en el creador, que nos propone el Misionerismo.
Así como la Doctrina Social de la Iglesia surge en la coyuntura histórica ya detallada, el Misionerismo(2) surge como una respuesta sencilla, accesible, en tanto todos tenemos ese deseo de trascender hacia la eternidad en Dios, de encontrar una vía alternativa a las dos filosofías económicas que existen actualmente y que siguen siendo el Capitalismo y el Comunismo que no están fundamentadas en el amor, y para ambas, el hombre se convierte en un medio y no en un fin, como comentaremos más adelante.
ii. El amor de Dios en el MisionerismoEl Misionerismo se basa en el amor, en la entrega y en el servicio a los demás que te lleva a la "Trascendencia". Lleva una buena dosis de cuidado. Cuidado y preocupación por el otro, ya que todos somos hechos a imagen y semejanza de Dios y por lo tanto, con una relación fraterna.
El Misionerismo se traducirá en la formación de la conciencia, en la promoción personal y familiar, en la salvación de uno mismo y de los otros, por medio de los valores humanos, universales, cristianos, y Trascendentes. Tiene como principio y fundamento a Dios. La meta natural de quien vive el Misionerismo es la Trascendencia, ya que el amor desinteresado trasciende al mundo material, lo cual lleva a la persona hacia la eternidad.
Para poder llevar este mensaje de amor, primero hay que recibirlo. Porque Dios es amor, se hace don al hombre; el amor es la única actitud justa ante la persona para que pueda desarrollar su vida en forma armoniosa. Como lo especifica claramente Benedicto XVI en su Encíclica Dios es Amor: "Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don. Es cierto -como nos dice el Señor- que el hombre puede convertirse en fuente de la que emanan fuentes de agua viva (cf. Jn 7, 37-38). No obstante, para llegar a ser una fuente así, él mismo ha de beber siempre de nuevo de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios (cf. Jn 19, 34)".(3) Según Juan Pablo II "el hombre "no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás"(4)
El Misionerismo requiere que la persona sepa abrirse al amor y que sea éste la principal motivación de su actuar en la vida, ya que la persona que no ama no se realiza humanamente, queda en estado de subdesarrollo.
El Misionerismo es un llamado de Dios. No sólo se trata de conocer y adherirse a una doctrina, a unas verdades, y tratar de ser buenos y honestos. Es mucho más que esto: es encontrarse con Dios, percibir Su mirada y escuchar Su voz: «Sígueme» en el mundo personal, familiar, empresarial y social para la evangelización de las empresas y de sus familias, a fin de que la gente Lo conozca, Lo trate y establezca una amistad con Él; con el auténtico Dios del amor.
Para que el Misionerismo dé sus frutos en el despertar de las conciencias es indispensable que sea asimilado como una "convicción" en la vida del ser humano, de tal manera que sea la base, el fundamento y punto de partida de pensamientos y conductas presentes y futuras, es decir, que sea una filosofía configuradora de su existencia que le dé una visión global de la vida, del mundo, de Dios y de los otros.
● El amor fraterno y el MisionerismoEl Misionerismo es una filosofía que erradica de la vida personal, familiar y empresarial el individualismo a ultranza que nos ahoga y que nos niega la posibilidad de ver más allá de uno mismo.
En el Misionerismo Dios es el socio principal de la empresa. Toda empresa que asuma el Misionerismo podrá vivir el amor fraterno, es decir, la solidaridad de una manera más completa, ya que estará anclado en un sentido de Trascendencia. Si sólo lo anclamos en los hombres, rápidamente nos sentiremos defraudados y desistiremos de continuar adelante. Si entendemos que Dios está y es en cada uno de nosotros, la ayuda hacia los demás cobra un sentido diferente (5).
El Misionerismo exige la vivencia diaria y enriquecedora de las propias convicciones cristianas y la donación personal amorosa al otro, sea éste miembro de la familia o de la empresa. Esta conciencia de ser-para-los-demás redundará en el beneficio de todos los que participan en un proyecto y que tienen fines comunes.
Hacer coincidir "Misionerismo y empresa", es aceptar que la empresa puede ser una "comunidad de personas", es decir, una persona moral en todo el sentido de la palabra, formada por personas. Por consiguiente, a la empresa le es propio el concepto de amor fraterno promovido por el Misionerismo, ya que es a través del amor que la persona se realiza, al ser el amor el acto supremo de la voluntad.
El amor fraterno es la actitud esencial que debe gobernar en la empresa para la reducción de las desigualdades y la realización personal y familiar. Los graves problemas familiares y sociales encuentran su raíz profunda en la falta de amor, y la empresa como entidad económica que influye a la sociedad no está ajena a esta ruptura. (6)
Miles de acciones se realizan a diario dentro de las empresas. Acciones de interrelación personal que pueden quedarse en un simple "satisfago una necesidad a través de ti". Algunas de estas acciones son la reciprocidad e intercambio: la información, el diálogo, la participación como la búsqueda del bien del otro, con el fin de que el otro quiera también mi bien. Ya con ello, la empresa mejora su ambiente laboral y la proactividad de sus integrantes, con repercusiones importantes en la familia y en la paz social.
¿Qué técnicas usar para llevar a cabo todo lo anterior?Cualquiera que desee formar una empresa a la medida de la persona y de la familia todo lo que tiene que hacer es ver en el ser humano a una persona y no a una cosa, dejar de verlo como un costo en su contabilidad subestimando el trabajo que aporta, aprender a tratarlo personalmente como ser humano, ir a su encuentro en el lugar de trabajo para conocer la situación concreta de cada uno en su vida familiar y laboral, promover la importancia de la integración familiar dentro y fuera de la empresa. No es necesario entrenarse en ninguna técnica sofisticada, simplemente verse a sí y reconocer en el otro a un igual y pensar en él con la voluntad de hacer ese esfuerzo desinteresadamente. Al escuchar al trabajador, podemos ir facilitando el abrir en nosotros nuestra capacidad de amar, capacidad cuya realización da a una vida su razón de ser. El verdadero cambio de transformación laboral, familiar y social proviene de un cambio en las personas. (7)
"Una empresa concebida a la medida del hombre puede ser una segunda escuela, una escuela forjadora de hombres, una escuela de compartir, una escuela donde se desarrolle la capacidad de amar. Es en las acciones concretas del amor, la seguridad en el trabajo, la información, la capacitación, el trato personal, el respeto a la dignidad, el ejercicio de la justicia, el vínculo de la confianza, las relaciones de amistad y afecto, donde la empresa puede influir también -a través de su ejemplo- a los hombres de fuera. Y de esta manera influir en su entorno y realizar su más alta tarea, aquella sugerida desde 1945 por el Pontífice Pío XII y que se puede aplicar a cualquier giro de manera análoga: "Antes de ser un molde para el metal, la empresa, ha de ser un molde para los hombres". El amor es el gran vínculo de todos los valores. Es el amor, la base del servicio, el que humaniza el (sic) comercio. Es el amor la suprema norma ética para la convivencia humana.
La carencia más evidente de nuestro final de siglo es el amor, por lo que para la transformación de la sociedad y para la disminución de la desigualdad, es la empresa, realizadora por excelencia, quien puede hacer visible el amor fraterno en este siglo venidero.
Como dice Teilhard "el mundo explotará si no aprende a amar. El porvenir de la tierra se haya ligado al trueque de las fuerzas de odio en fuerzas de amor". Y la empresa es un lugar idóneo donde este cambio se puede realizar."(8)
Preguntas de reflexión que debes responder en los foros del curso1. ¿Crees que el Capitalismo o el Comunismo, van a poder sacar este mundo adelante?
2. ¿Crees que cubren las con las necesidades del hombre?
3. ¿Crees que las Empresas son conscientes, por conciencia y no por competencia, de su responsabilidad social?
4. ¿Crees que una opción como el Misionerismo puede cambiar el mundo?
APLICACIONES DEL MISIONERISMO.Personal: Usar nuestros talentos para obrar el bien, asumiendo nuestro trabajo con gran responsabilidad. El trabajo me hace participar del poder creador de Dios y ayuda a servir a los demás.
Familiar: Hacer de la familia un lugar productivo en virtudes humanas. La familia es una iglesia en casa, *La Iglesia Domestica*. El lugar de mayor necesidad de aporte de mis manos. Mi familia tiene que funcionar mejor que mi empresa.
Empresa: Vivir la integridad de todos, buscar producir obras y cosas buenas en el entorno empresarial. La empresa buscara el bien de sus colaboradores, y estos buscaran el bien de la empresa, más allá de solo ver el sueldo o las utilidades.
Aspectos varios importantes:Los consultores del curso están a tu disposición aquí
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