Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Espiritualidad (Vida y escritos de Santos) Se publicarán vidas y obras de santos para el diálogo y sobre todo para el aprendizaje espiritual en nuestro camino a la santidad. Leemos las Sagradas Escrituras a través de los santos, contamos con la santidad de estos hombres como autoridad. ¡Qué poco que se leen las obras de los santos! Este foro será una gran oportunidad para estimular la lectura de los escritos de los hombres más grandes que han vivido en este destierro

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Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor Angy_29 » Mar Jul 24, 2012 8:03 pm

Buenas noches estimados hermanos.
¿Podrían colocar en este tema citas de los escritos de los santos en el que hablen del sufrimiento espiritual y corporal?
Les agradezco mucho de antemano.
Yo también buscaré.
Dios les colme de bendiciones.
"Oh mi Amado de tu fuente, déjame seguir bebiendo"

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Angy_29
 
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor Angy_29 » Mar Jul 24, 2012 8:14 pm

Inicio con el ejemplo de ejemplos en el sufrimiento.
Nuestro Señor Jesucristo.
Encontré un texto para meditar.

Misterio de "La Oración de Cristo en el Getsemaní" para meditar en el Santo Rosario.


Gracias de la Agonía de Jesús, descended a mi alma y hacedla verdaderamente contrita y conforme con la voluntad de Dios.

Señor, Dios nuestro, por un designio misterioso de tu providencia completas los que falta a la pasión con las infinitas penas de la vida de sus miembros; concédenos que, a imitación de la Virgen Madre Dolorosa, permanezcamos nosotros junto a los hermanos que sufren para darles consuelo y amor.

1. Así llegó Jesús con ellos a una finca llamada Getsemaní y les dijo: sentaos aquí mientras yo voy allá a orar; y comenzó a entristecerse y angustiarse. (Mt. 26; 36, 37).
2. Y exclamó: siento en mi alma angustias de muerte. Aguardad aquí y velad conmigo. (Mt. 26, 38).
3. Adelantándose unos pasos y cayendo rostro en tierra, pedía a Dios que, a ser posible, hiciera que no sonase para El aquella hora. (Mc. 14, 35).
4. Padre, si quieres, aparta de Mí este cáliz. Pero no se haga mi voluntad sino la tuya. (Lc. 22, 42).
5. Se le apareció entonces un Angel del Cielo infundiéndole valor. (Lc. 22, 43).
6. Y, poseído de angustia mortal, oraba con mayor intensidad. (Lc. 22, 44).
7. Y sudó como gruesas gotas de sangre, que iban corriendo hasta la tierra. (Lc. 22, 44).
8. Y volviendo a sus discípulos, los encontró durmiendo; dijo a Pedro: ¿Con que no habéis sido capaces de estar una hora en vela conmigo?. (Mt. 26, 40).
9. Velad y orad para no caer en la tentación. (Mt. 26, 41).
10. Cierto que la voluntad está pronta, pero el cuerpo es débil. (Mt. 26, 41).

“La noche de Getsemaní es inagotable. Cada uno ha de llevarse de lo que su corazón pueda abarcar. Nosotros nos ceñiremos a lo dicho en la Escritura: “Comenzó a entristecerse y angustiarse” (Mt. 26; 36, 37) y “sudó como gruesas gotas de sangre, que iban corriendo hasta la tierra” (Lc. 22, 44). Es el horror que siente el Salvador ante el pecado. No solo ante el dolor y la muerte como tales, sino ante el hecho de que deban existir como expiación por el pecado. Este debía tomarlo sobre sí y hacerse responsable de él. Lo tremendo que tuvo que ser esto lo expresan las otras palabras que pronuncia rezando: “Padre, si quieres, aparta de Mí este cáliz.” (Mc 14, 36). Lo que va a suceder atenta contra todo su ser; no sólo como la muerte contra la voluntad de vivir; sino como el pecado contra Dios. La frase de Jesús termina así: “Pero no se haga mi voluntad sino la tuya.” (Lc. 22, 42). Lo peor del pecado es su ocultamiento. Siempre tiende a aparecer como algo natural que no puede evitarse, como algo en que se manifiesta la fuerza de la vida, o la seriedad de la misma, o su carácter trágico, o algo semejante. Cuando vivimos lo que Cristo experimenta aquí, se nos abren los ojos. Es un momento importante en la vida de un cristiano cuando, por primera vez, siente horror ante la realidad del pecado. En todas partes nos encontramos con la angustia de los seres humanos; pero ellos no saben qué es lo que les angustia más profundamente. Es el pecado, a cuyo hechizo está sometido todo ser. En la angustia de Cristo queda patente su verdadero y horrible significado. Es aquello que provoca en este momento el horror del Hijo de Dios. Cada uno de nosotros debe reconocer con la máxima seriedad que son sus pecados lo que aquí se revela en todo su espanto.”
Guardini, Romano, Orar con... El Rosario de Nuestra Señora, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2008, p. 119.


El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42 par.). Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén. Y cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre se muestra en los misterios siguientes, en los que, con la flagelación, la coronación de espinas, la subida al Calvario y la muerte en cruz, se ve sumido en la mayor ignominia: Ecce homo! (RVM, 22)

“Hay en el designio de Dios más zonas de misterio que de evidencia… Es entonces cuando el hombre acepta el misterio, le da un lugar en su corazón. Es el momento en que el hombre se abandona al misterio, no con la resignación de alguien que capitula frente a un enigma, a un absurdo, sino más bien con la disponibilidad de quien se abre para ser habitado por algo -¡por Alguien!- más grande que el propio corazón. Esa aceptación se cumple en definitiva por la fe, que es la adhesión de todo el ser al misterio que se revela.
Martínez Puche, José A., El Rosario de Juan Pablo II, Edibesa, Madrid, 2003, p. 26.

Señor, que por los méritos de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, a imitación suya, nos concedas la gracia de ofrecerte todos nuestro sufrimientos, por amor, y sólo amor. Dános la fortaleza necesaria para soportar sin renegar de tí, más al contrario que los dolores físicos y espirituales que padecemos, suba como incienso ante tí; de ésta manera, lograremos el anhelo del corazón de verte un día en la morada eterna, a los ojos, contemplándote con todo nuestro amor. Amén.
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor maria1r » Jue Jul 26, 2012 10:30 am

Santa Rosa de Lima

De los escritos de santa Rosa de Lima.

El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:
"¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al
colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acre-
centamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la
medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es
la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz
no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"
Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu pode-
roso de ponerme en medio de la plaza para gritar con
grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cual-
quier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
"Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de
Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os
aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones;
hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conse-
guir la participación íntima de la divina naturaleza, la
gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del
alma."
Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente
a predicar la hermosura de la divina gracia, me angus-
tiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no
podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que
se había de romper la prisión y, libre y sola, con más
agilidad se había de ir por el mundo, dando voces:
"¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la
gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas ri-
quezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y
delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes
y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos
por el mundo en busca de molestias, enfermedades y
tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro
último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se que-
jaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte,
si conocieran las balanzas donde se pesan para repartir-
los entre los hombres."
maria1r
 
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor Angy_29 » Jue Jul 26, 2012 11:01 am

¡Gracias María!, no he tenido el gusto de leer a ésta Santa, qué bueno que la pones.
maria1r escribió:fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"

Que Dios nos conceda la gracia de amar el sufrimiento a ejemplo de éstos santos.
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor tralalá » Lun Jul 30, 2012 8:49 pm

Vino el GENERAL ERROR y me robo el mensaje.
Todo sea para la mayor honra y gloria de DIOS por
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor tralalá » Vie Sep 07, 2012 11:48 am

Entrada al Convento de Colonia
El 15 de abril de 1934, Edith, toma el hábito carmelitano y cambia su nombre a Teresa Benedicta de la Cruz. Son muchos quienes traducen su nombre como Teresa “bendecida por la cruz”. Ella no ha tomado su nombre a la ligera; ha entendido bien que abrazar la vida religiosa no tiene otro fin que la entrega generosa del alma en la cruz, en unión con el Crucificado, para el bien de las almas.

Ella escribe: “Mira hacia el Crucificado. Si estás unida a él, como una novia en el fiel cumplimiento de tus santos votos, es tu sangre y Su sangre preciosa las que se derraman. Unida a él, eres como el omnipresente. Con la fuerza de la Cruz, puede estar en todos los lugares de aflicción.”

Y también: “Hay una vocación a sufrir con Cristo y por lo tanto a colaborar en su obra de redención. Si estamos unidos al Señor, entonces somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Todo sufrimiento llevado en unión con el Señor es un sufrimiento que da fruto porque forma parte de la gran obra de redención.”

http://www.laplataocd.com.ar/edithstein.htm
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor Rafael de Maria » Sab Sep 08, 2012 3:19 pm

Lo puse en otro post del subforo, pero también encaja aquí.


Esta santidad divina –decía Santa Margarita María – pesaba y se imprimía tan fuertemente sobre que me ponía incapaz de hacer oración y de sufrir el dolor interior que sentía. Y sentía tal desesperación y tan gran dolor de parecer delante de mi Dios, que, si el mismo poder que me hacía sufrir no me hubiera sostenido , habría mil veces querido abismarme, destruirme, aniquilarme, si estuviera en mi mano. Y, a pesar de eso, no podía retirarme de esta divina presencia que por todas partes me perseguía como como a una criminal, pronta a recibir mi condenación, pero con tal sumisión al divino querer de mi Dios, que estaba siempre dispuesta a recibir todos los dolores y penas que El tuviese a bien enviarme con el mismo contento que recibiría la suavidad de su amor”

En diciembre de 1805 se dignó el Señor anunciar a su fiel sierva sor María Josefa Kumi (1763-1817), religiosa dominica, estigamatizada del convento de Wessen (Suiza), los muchos padecimientos que le tenía reservados en expiación por los pecados del mundo: “Sufrirás-le dijo- tal amargura y tristeza, que llegarás a creer que padeces las penas del infierno, pues me ocultaré del todo, retirando de tu alma cuanto me pertenece”. “Tus sufrimientos- le añadió otra vez- llegarán a tal extremo, que te parecerá casi nada cuanto hasta ahora has sufrido. Sentirás hasta las torturas del remordimiento de ciertos crímenes, y así te acusarás de esos supuestos pecados como si realmente los hubieras cometido. Entonces atente al juicio de tu confesor y no le ocultes nada, pues tendrá luz y gracia para alumbrarte”.

“Tengo algunos días-decía en octubre de 1872 sor Bárbara de Santo Domingo- de mucho sufrimiento en mi espíritu, pero en particular el miércoles por la tarde se aumenta, pasando todo el jueves y el viernes en unas angustias tan grandes, que algunas veces, si mi Dios no me fortaleciera, me parece imposible poderlas sufrir…Este Dios bondadoso, que en ocasiones tanto se me comunica, llenando mi alma de celestiales consuelos, que parece tiene todas sus delicias en venir a esta su vil criatura, como si fuera sola en el mundo: este Dios se oculta tanto a mi alma…, que parece no hay Dios para mi… Yo me acuerdo mucho del desamparo que mi Dios experimentó en la cruz y en el huerto de los Olivos, y, cuando lo pienso, parece que se aumenta en mí la angustia y demás penas interiores; pero todo esto recrea mi alma, pues en el padecer y sufrir encuentro mis mayores delicias. Parece que, estando como llevo dicho, no debiera tener ninguna de las visitas amorosas de mi Dios, pero no es así; pues, como este Señor es tan bondadoso, no lo lleva todo a rigor, sino entre lo amargo da lo dulce”.

“No se puede comprender-añade a los pocos días- cómo puede una criatura gozar del modo que yo gozo en padecer y que, mientras mas fuertes son los trabajos, mas contento y alegría tengo en ellos. Y esto es muy cierto; encuentro mas contento y gozo cuando Dios me llena de aflicciones que cuando me recrea con dulces consolaciones… Cuando tengo poco que sufrir, estoy como el pez fuera del agua, sin poder vivir”-


"Cuestiones místicas. J.G Arintero, Apéndice, pag 630"
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Re: Escritos de los santos sobre el sufrimiento

Notapor Angy_29 » Dom Nov 18, 2012 9:15 pm

"En las horas de lucha acordémonos de Jesús, que está con nosotros y sufre con nosotros y por nosotros; recurramos a Él y seremos siempre confortados, así alcanzaremos y cantaremos siempre victoria delante de Dios"

"Sé que sufrís mucho; pero ¿no es el sufrimiento el que nos hace subir al Calvario y de éste al Tabor? Arriba, pues. ¡Animo! Y Jesús estará contento de vos"

"Considérate afortunadísima por haber sido hecha digna de participar en los dolores del Hombre Dios"

"Las tribulaciones, las cruces son siempre la herencia y la porción de las almas elegidas"

Escritos del Padre Pío, sobre el sufrimiento.
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