por G+J » Mar Oct 05, 2010 7:14 pm
¿Cuál es la importancia del Matrimonio como sacramento?
Pablo VI ha hablado de “la altísima vocación del hombre a la paternidad” (HV, 12),
y ha dicho que el matrimonio es una especificación de su vocación cristiana:
“Los esposos cristianos, pues, dóciles a su voz, deben recordar que su vocación cristiana, iniciada en el bautismo, se ha especificado y fortalecido ulteriormente con el sacramento del matrimonio” (HV, 25).
Refiriéndonos al sacramento del matrimonio podemos decir de él que:
* De algún modo “consagra” (destina) a los dos esposos a una tarea sobrenatural, de tal modo que vienen a ocupar una posición particular y permanente en la Iglesia.
* Les da las luces y dones que les son necesarios para cumplir santamente esta misión.
* Se convierte en los esposos en una especie de “título” que les da derecho o reclama en el corazón de los mismos la gracia que necesiten para cumplir bien esta misión (suponiendo que los esposos viven en estado de gracia).
Ésta es, pues, la misión fundamental para la cual son llamados los esposos: cooperar con el amor de Dios Creador de la vida. Los esposos, de alguna manera, son destinados por el sacramento del matrimonio para ser “ministros” de Dios Creador (de manera análoga a los sacerdotes que son consagrados por Dios para ser ministros de Dios Redentor).
Santo Tomás de Aquino (en la Suma Contra Gentiles) no dice que los esposos tengan un cometido físico, sino físico y espiritual. Esa es la tarea que se cumple a través de la educación de los hijos…
… “el hombre y la mujer se unen para engendrar los hijos y educarlos en el culto de Dios”. En el texto citado el culto de Dios no es simplemente la liturgia, sino el conocimiento y el amor de Dios.
La Iglesia engendra hijos de Dios “a través” de los esposos cristianos. Tal es su misión.
¿Qué consecuencias tiene la vocación al matrimonio?
1ª Exigimos para los futuros sacerdotes una larga preparación porque la misión que habrán de desempeñar es tarea difícil y reclama de ellos ser “expertos” en muchos asuntos. Pero ¿es menos difícil la tarea de los cónyuges? ¿es menos alta la vocación de los esposos?
El noviazgo es tiempo de aprendizaje:
* Teórico: aprender lo que es el matrimonio, qué significa ser padres, cómo se educa a los hijos, cómo se conocen los planes de Dios, cómo se hace el apostolado propio de los laicos en el mundo.
* Práctico: es decir, aprender a ser virtuosos.
2ª Entender la sabiduría de la Iglesia cuando nos habla del sentido de la sexualidad.
¿Por qué no entendemos cuando la Iglesia nos dice que el chico y la chica que se gustan y se quieren y que sienten deseos de expresar su cariño mediante un acto sexual no pueden hacerlo todavía? ¿[…] que aún no han sido “consagrados” para esa intimidad? ¿[…] que son inmaduros?
Por esto las relaciones prematrimoniales son indicio de que no se estima el amor entre el hombre y la mujer como corresponde.
3ª El significado de la esterilidad.
Es un duro sufrimiento para muchos matrimonios. ¿Esto los rebaja de su vocación? De ninguna manera. Su vocación sigue intacta. Los cónyuges estériles, como en cualquier otro matrimonio, están llamados a colaborar con Dios en el don de la vida, pero de un modo particular. Están llamados a hacerse “signos” del amor sin fronteras que es propio de Dios. En este caso sin las fronteras de la propia sangre.
Los esposos estériles ante todo están llamados a preguntarse con toda seriedad si no deben abrir el seno de su matrimonio a los hijos que no tienen padre (el extraordinario bien de la adopción)
Puede suceder que un matrimonio estéril se plantee seriamente esta vocación y vea con sinceridad que no los llama Dios a este acto (que ciertamente no es para todos); no queda, por esto, limitada su vocación pues en la Iglesia hay muchos espacios abiertos para su vocación a la vida y a la educación: el trabajo en la catequesis, en las obras de caridad, con los enfermos, con los ancianos, y tantas tareas más. Lo que no deben hacer es encerrarse en su dolor y volverse también espiritualmente estériles.
>> Reflexión: Si Dios mismo se atreve a confiar a nuestras pequeñas manos el extraordinario milagro de la vida (de su Vida)... ¿qué podemos hacer sino buscar Su gracia para capacitarnos en la misión?
Oremos para no poner límite a Sus designios, para responder con generosidad a Su llamada, para vivir la vocación conyugal en toda su grandeza, con humildad. ¡Que seamos dignos de tan hermoso Sacramento!