por lauradave24 » Jue Nov 04, 2010 7:34 am
1. ¿Cuáles son los 3 pasos de la estrategia vocacional?
Los tres pasos de la Estrategia Vocacional son:
a) Contactar: Es decir, buscar los medios para hacer muchos contactos y, de esa manera, poder incentivar a la Vocación.
b) Encontrar: Distintos son los lugares en donde se pueden encontrar a las chicas, entre ellos está la catequesis, entre la familia y amigos, en las distintas actividades realizadas en la/s Parroquia/s a la/s que pertenece/n.
c) Concretar: Poder dar los pasos correctos para que esta chica pueda responder favorablemente al llamado de Dios, a través de la Dirección Espiritual, de los retiros espirituales... Es decir, de un acompañamiento y seguimiento desde cerca y personalizado.
2. ¿Cómo hacer más contactos vocacionales?
Buscando por todas partes a aquellas chicas que están llamadas a responder al llamado de Dios para la Vocación, pudiendo entusiasmarlas, darles charlas y darles testimonios en retiros espirituales, en las distintas actividades de la pastoral juvenil, etc.
3. ¿Qué medios hay para cultivar esos contactos?
Ambiente: llevando una buena y profunda vida sacramental, participando de la catequesis y dándole acompañamiento.
Saltos de cualidad
Ejercicios Espirituales: Incentivar a la oración, que es el medio por el que llegamos a Dios y podemos entablar un diálogo con Él, permitiéndole que nos hable, y, así, nos indique el camino.
Retiros de silencio
Adoración eucarística: Visitar el Sagrario, dejándonos iluminar por esa adoración.
Hacer conocer la propia vida consagrada en charlas particulares o en grupo.
Charlas vocacionales: Enseñar y explicar de qué se trata la vocación, qué es la vocación, a quiénes está dirigida, etc.
Apostolado, donde se darán cuenta de la necesidad que los hombres tienen de Dios.
Cultivo de la familia: acompañar también a la familia, para la aceptación de la vocación de su hija.
4. ¿Qué ayuda para concretar esos contactos a final del año?
Principalmente el acompañamiento de un Director Espiritual. Ese acompañamiento debe permitirle a la futura sierva de Dios a redescubrirse no sólo en la fe, sino también en su persona, para que haga conexiones en cuanto a su pasado, a su mente, a su voluntad, a su corazón, para que pueda tener libertad interior. Es indispensable la guía espiritual para poder asumir el compromiso de amor que implica la vocación y el seguir a Jesús en la vida religiosa, teniendo en cuenta a todo lo que se renuncia y, así, poder decirle que SÍ a Dios con alegría.