1. ¿Cuáles son los 3 pasos de la estrategia vocacional?
Los tres pasos de la estrategia vocacional son:
Contactar: si queremos vocaciones, necesitamos hacer muchos contactos. Tenemos que propiciar encuentros, hacer contactos, conocer y entusiasmar a las chicas/ chicos mediante retiros, charlas y el testimonio personal. Hacer la mayor cantidad de contactos posibles sabiendo que es Dios quien elige. Uno debe estar alerta en todo tiempo y lugar.
Cultivar: una vez hechos los contactos, se deben cultivar. Llevar a retiros, hablar con ellos, es decir, hacer el verdadero seguimiento.
Concretar: dar los pasos para que la chica/ chico se abra al llamado de Dios. Prepararla/o para que pueda escuchar y responder en lo concreto a la llamada de Dios.
Todas estas estrategias deben ir acompañadas de la oración para que no se vuelvan actos mecánicos
2. ¿Cómo hacer más contactos vocacionales?
Comenzar por los nuestros, los conocidos: entre familias y amigos.
Con actividades en la parroquia y/o diócesis: peregrinaciones, misiones urbanas, Jornadas de la Juventud, catequesis...
En Audiencias con el Papa en Roma.
En encuentros fortuitos: medios públicos, visita médica, etc.
Se puede decir que no existe un momento o un lugar adecuado para los contactos. El que se siente promotor vocacional, lo es full time.
3. ¿Qué medios hay para cultivar esos contactos?
Existen medios concretos para cultivar los contactos: Entre ellos se encuentra:
Vida sacramental, catequesis e acompañamiento.
Saltos de cualidad: en la dedicación y en la vida espiritual
Ejercicios Espirituales: en la oración se facilita el diálogo entre Dios y los jóvenes. La Palabra debe ser escuchada en todo encuentro vocacional. Es la oración ese diálogo que puede llevarnos a vivir una vocación, y de modo especial la oración centrada en la escucha de la Palabra.
Retiros de silencio.
Adoración eucarística
Hacer conocer la propia vida consagrada en charlas particulares o en grupo.
Charlas vocacionales: Cuando los jóvenes han abierto a la fe su proyecto necesitan charlas de orientación vocacional básica: saber qué es la vocación, cuáles son sus niveles, las exigencias.
Apostolado, donde se darán cuenta de la necesidad que los hombres tienen de Dios.
Cultivo de la familia para que entienda cada día mejor la posible vocación de la hija y puedan también empeñarse en cultivar, respetar y apoyar esa vocación.
4. ¿Qué ayuda para concretar esos contactos a final del año?
Discernimiento:
Prepararles progresivamente para que asuman responsabilidades personales, confiar tareas adecuadas a sus capacidades y a su edad, favorecer una educación progresiva para las pequeñas elecciones cotidianas de frente a los valores (gratuidad, constancia, sobriedad, honestidad)
Ayudarlos a la integración del propio yo (pasado, mente - corazón - voluntad, libertad interior).
Actitudes:
Invitarlos a vivir el misterio (acto de fe)
Incentivarlos a que den una respuesta cabal y no a medias.
Debemos hacer todo lo posible para ayudarlos a alcanzar la Madurez vocacional. En una palabra, debemos arbitrar los medios necesarios para ayudar al joven a descubrir la voluntad de Dios en su vida y dar la respuesta que Dios espera de él desde toda la eternidad.