por armelio parga lira » Sab Dic 04, 2010 7:47 pm
Lección 7 y 8 El Orden y la Obediencia
Ejercicio y tarea (para publicar en los foros del curso)
En relación al Orden
1. ¿Por qué esta virtud es un principio de orden natural que colabora al bien de todos? Porque es la recta disposición de las cosas y es la virtud que nos lleva a poner cada cosa en su lugar, a distribuir correctamente el tiempo y nuestras actividades.
2. Para poder actuar de un modo ordenado hace falta cierta estructura mental ordenada que se reflejará en todos los aspectos de nuestras vidas. Menciona estos aspectos o campos y explica brevemente cada uno de ellos...
Orden en las ideas y en los valores.- Para que nuestras decisiones sean las correctas, tendremos que saber qué es lo más importante para elegir bien. Si no tenemos una prioridad, nuestra cabeza será un caos y nos conduciremos como una hoja al viento. Primeramente debemos conocer lo que enseña la religión católica para poder defenderla y cumplir con el mandato de Dios: “Me amarás con tu mente”. Si somos católicos no podemos ser liberales, masones, racionalistas, relativistas, hedonistas, agnósticos, socialistas o comunistas porque sus principios se contradicen con la doctrina de la Iglesia. Lo malo en todas ellas es que se oponen al orden natural dado por Dios en la Creación.
El orden en la relación con las personas comienza con la familia. El padre y la madre serán los primeros responsables de la educación de los hijos. Por eso Dios les ha dado la autoridad para poder mandar sobre ellos y a los hijos la obligación moral de obedecerles. Los niños tienen el derecho de saber y de ser enseñados y esta obligación corresponde primero a los padres y después a todos los adultos que los rodean, porque todos los adultos forman o deforman. El deber de los padres es “educar”, “dirigir” por el buen camino a los hijos, explicar con razones claras y objetivas, dar argumentos de peso para las obligaciones, señalarles la diferencia entre viajar por la ruta y andar por la banquina, Enseñarles a mirar las consecuencias de sus actos con luces largas y no con luces bajas.
El orden en el ámbito del trabajo.- Cada uno debe ocupar el lugar que le corresponde y comportarse como corresponde a su cargo, a su posición o a su deber de estado. El erosionar las jerarquías, confundir los roles o contar nuestras intimidades a todos, exponiendo muchas veces la de otros, ya es un grave desorden. La autoridad bien ejercida siempre implica pagar el precio de una cuota de soledad, porque es necesario asumir la responsabilidad de muchas decisiones y dar el ejemplo a otros.
En el orden de la sociedad es la función propia del Estado, quien debe velar para que se respete el orden natural establecido por Dios a todos los ciudadanos. Desde el derecho a nacer, a poder formar una familia y mantenerla dignamente, a tener un trabajo y sueldo digno que nos permita vivir, a tener la seguridad jurídica y poder transitar tranquilamente por las calles sin temor a que nos roben o nos maten, etc. Es función propia del Estado el asegurar el orden y el impedir la anarquía dentro de la sociedad. La razón de ser del Estado es la de ser el activo promotor del Bien común, que es el bien de todos, y no de algunos.
El orden en las cosas materiales tiene varias finalidades: guardar bien las cosas para que no se estropeen y se conserven bien. Para poder encontrarlas cuando las necesitamos y, (como siempre nos está mandado), por pensar en el otro, para que también las encuentre en buen estado cuando las necesite. Para ser ordenados no sólo hace falta poner las cosas en su lugar sino que hay que utilizar bien las cosas.
Como todos los hábitos serán mejor empezar en la niñez, o cuanto antes, ya que un niño de 3 años tiene capacidad para comprender que cada cosa debe tener su lugar. Desde la infancia el orden se inculcará con los horarios, las comidas, los hábitos de higiene, las diversiones medidas y sus propias cosas personales.
3. ¿Cómo vives tú concretamente el orden en los campos antes explicados? Port lo general si trato de emplear los consejos aquí aportados en cada uno de los campos de la vida.
4. ¿Algún comentario o sugerencia? No
En Relación a la Obediencia
1. ¿Qué es la autoridad? Representa la voluntad de Dios que tiene derechos de autor por ser Quien nos hizo y por quién existimos. La autoridad es el poder que tiene una persona sobre otra que le está subordinada. Hay una razón de orden natural y otra de orden sobrenatural que exigen que uno mande y otro obedezca. ¿Qué autoridad tienes y cómo la vives?
2. ¿Por qué tenemos que obedecer? Porque Dios quiso que, para nuestro bien y para dominar nuestras ansias de autonomía y rebeldía heredadas de Adán y Eva, nos acostumbráramos a tener siempre una voluntad ajena por encima de la nuestra, obligándonos a obedecer desde pequeños.
3. ¿Cuándo será correcto obedecer? La obediencia será correcta siempre y cuando las órdenes no traspasen el campo que les corresponde en donde será legítimo ante Dios desobedecer.
4. ¿Por qué y de qué manera la revolución anticristiana para destruir la familia atacó la subordinación, querida por Dios, de la mujer al varón? La revolución anticristiana, para destruir a la familia ha puesto su objetivo subversivo en la mujer, quien estaba, desde el Génesis, subordinada al varón, creada por Dios como su “ayuda y compañera, guardiana de la vida física y espiritual. La mujer es la portadora de la vida, es la que es capaz de engendrar las generaciones futuras. Enseña a venerar “las canas” de los abuelos. Ella es la que une, la que liga, es la portadora del símbolo religioso, “re-ligio” (reunir la creatura con el Creador a través de la educación) la que transmite la religión en la familia porque no sólo concibe un hijo sino que está llamada a transmitirle el sentido profundo de su vida, su razón de ser. Y para eso tiene que tener las respuestas. Es la que trasmite el sentido del amor a la tierra. La mujer es la que “arraiga” al varón, el que la hace “echar raíces” para establecer el “hogar” donde criar a los hijos que ella le da, si no naturalmente el varón tiende a dar vueltas de un lugar a otro.
Aquellas a las que Dios no les da hijos biológicos están igualmente llamadas a proyectar su “se madres” en la educación y maternidad espiritual. Porque ella tiene un natural sentido de justicia y no le es indiferente la necesidad del otro.
El diablo, que odia la vida, sabia donde apuntaba, y ha logrado que el común de las mujeres no quiera tener hijos ni sientan que tener un hijo o desarrollar su maternidad espiritual sea lo más grande que puedan hacer en la vida. Nuestro mundo es seco y violento por la ausencia de la maternidad espiritual, por la ausencia de la mujer en el orden social ocupándose del otro. Hoy la mujer (que no es femenina) está “en todos lados” pero ocupada de sí misma, realizándose “a lo varón”, porque es lo que la revolución nos impuso. Hoy, al inicio del siglo XXI, la revolución impuso venderle a la mujer la idea de que (por los abusos reales del poder masculino) debe rebelarse contra el varón, dando un portazo al hogar. Ser autónoma, independiente, autosuficiente, manejando libremente su propio cuerpo a través de la liberación sexual e incluso tener el manejo de la reproducción. Venderle que la maternidad era lo peor que le podía pasar. Como siglos atrás en el Paraíso, Satán le susurró al oído que hasta podría elegir si quisiese un varón para engendrar un hijo. Si no, lo haría comprando el semen y llevándolo a una fría y esterilizada probeta de laboratorio. la revolución primero logró que todo lo que es propio de la naturaleza femenina: la virginidad, la maternidad, la esposa, la educación de los hijos, la presencia en el hogar, sea socialmente desprestigiado, des jerarquizado y despreciado...
Por todo lo cual es lógica y entendible la reacción en contra de la mujer en una sociedad en donde no tiene lugar su femineidad. Por lo contrario la revolución después le impone la inserción en la sociedad al exclusivo “modo masculino” (ejecutivo, empresario, profesional siempre exitoso). Le presenta la fama, el poder como un logro. Puede y está demostrado que puede hacerlo, y muy bien, pero no por eso se “realiza” como mujer.
Nadie duda que la mujer tenga la capacidad más que suficiente para ser una excelente arquitecta, médica, o para desarrollar una brillante carrera científica. Sólo que el trágico final de tanta autonomía e independencia de la mujer es una pendiente que termina yendo en contra del orden natural. Y como dijo Jean Marie Vaissière “desde que las mujeres hacen lo que los hombres hacían... ya nadie hace lo que sólo ellas sabían hacer, y se ve la educación de los hombres corromper”...
5. ¿Algún comentario o sugerencia? No
Para reflexión personal
En relación al Orden
1. ¿Soy amante de la sencillez? Si ¿O tiendo a la complicación? No
2. ¿Me gusta ser ordenado en mis cosas? Si ¿Aún no he logrado mi descuido y mi incuria? Si
3. ¿Tengo el sentido del orden interior? Si ¿Jerarquizando los valores, he puesto a Dios como principio y eje de mi existencia? Si ¿Mi vida espiritual, mi trabajo se rigen en principios claves? Si ¿O estoy a merced del sentimentalismo? No
4. ¿Estoy acostumbrado a ser ordenado en mis cosas externas? Si ¿Qué me mueve a ello, la pobreza, el amor e imitación de Cristo, la abnegación, la vanidad? La pobreza, el amor e imitación de Cristo.
5. ¿Me esfuerzo por esquematizar mis ideas? Si ¿Dejo las cosas de un día para otro? No ¿Cambio constantemente mis horarios deliberadamente? No ¿Tengo espíritu de previsión o vivo según lo que salga al momento? Preveo.
En Relación a la Obediencia
1. ¿Creo que la obediencia destruye mi personalidad? No ¿La veo como medio para identificarme con Cristo? Si ¿Es sobrenatural, unida a la de Cristo o solo a la mía? Sobrenatural
2. ¿Considero los mandamientos de Dios como un camino hacia mi realización? Si ¿Cómo una manifestación del amor delicado de Dios que busca protegerme de las tendencias negativas de mi naturaleza? Si ¿Con este mismo espíritu considero las disposiciones y leyes de la Iglesia? Si
3. ¿Veo en el cumplimiento de mis deberes de estado la manifestación precisa de la voluntad de Dios sobre mí? Si
4. ¿Me parece imposible prescindir de mi propio juicio? No Cuando obedezco ¿cómo obedezco? Con gusto y alegría. ¿Me someto a una disciplina porque no puedo hacer otra cosa? No ¿Obedezco según me parece? No
5. ¿Cuándo se me trata con energía, cuando no se me toma en cuenta, cuando me disgusta lo que se me pide, ¿Sé ofrecer a Dios una vivencia real de mi compromiso como católico de obediencia? Si
6. ¿Cuestiono la obediencia al Papa y a los obispos en comunión con él? No ¿O ésta da firmeza y seguridad a mi vida? Si
7. ¿Enseño a mis hijos a vivir la obediencia? Si ¿Qué medios utilizo? La orientación y el testimonio.
8. ¿Procuro siempre las leyes y disposiciones legítimas de la autoridad civil? Si ¿Soy un ciudadano ejemplar por un profundo sentido de obediencia a Dios? Si.