por JORGEJARAMILLO » Lun Dic 13, 2010 9:50 pm
Orientaciones operativas en la pastoral vocacional:
a) Para toda la provincia o delegación
El problema de las vocaciones no tiene que ver sólo con una categoría de religioso/a, los pastoralistas de jóvenes. El problema pertenece a toda la Provincia, desde el más anciano hasta el último novicio. Todas tienen que preocuparse de la animación vocacional.
La experiencia de Dios recibida como un don y vivida en nuestro propio carisma, capaz de llenar la vida entera, tiene que ser comunicada con fuerza a los demás. Esta preocupación debe comenzar con el ejercicio continuo de saber apreciar lo positivo de nuestros hermanos y hermanas, de nuestras obras apostólicas, de nuestra historia congregacional, de nuestras comunidades.
En él se pueden recoger algunas recomendaciones. Por ejemplo: 1. Reconoce tu importancia: Eres una persona importante para él o ella; de alguna manera ha visto en ti los ideales vocacionales si te ha elegido como confidente. 2. Manténte en contacto: Charlas periódicas, llamadas, e-mails; lo importante es que le prestes atención y que él lo advierta. 3. Ponle en contacto con otras personas que viven la vocación: que vaya a comer a tu comunidad, invítale a una celebración litúrgica, proporciónale buenas lecturas sobre la congregación, la oración, Jesús; ofrécele asistir a una ceremonia de votos o celebración especial. 4. Háblale de tus propias ideas y experiencias: ¿qué te entusiasma e ilusiona en tu vocación? Tus gozos y desafíos que has encontrado. 5. Apoya su desarrollo espiritual: anímale a permanecer cerca de Dios a través de los sacramentos y la oración. Ayúdale a encontrar un método de oración, ofrécele un acompañamiento espiritual o sugiere a otra persona; invítale a un retiro. 6. Se paciente: dale tiempo suficiente para que llegue a una decisión libre y ponderada. 7. Ora. 8. Preséntale al encargado de pastoral vocacional.
b) Para el Superior Provincial o el equipo de gobierno.
Lo que la Provincia está llamada a vivir y a asumir como tarea en la Pastoral vocacional compete muy directamente al equipo de gobierno. El superior provincial es, en cierto modo, el principal animador vocacional. Los logros en este campo dependerán en gran medida del grado de esfuerzo, de entusiasmo y de prioridad real que él y su equipo de gobierno concedan al sector de la pastoral juvenil y vocacional. El tendrá que asignar personas a esta tarea y las tendrá que apoyar. Tendrá que priorizar equipos, comunidades y obras y esto sólo se puede hacer desde el gobierno de la provincia. No olvidemos que la visibilidad y transparencia de nuestra vida como religiosos para que resulte atractiva para muchas jóvenes, exige no sólo “hacer pastoral” sino renovar profundamente nuestro modo de orar, de vivir en común y de trabajar. La renovación espiritual del cuerpo de la provincia también compete al gobierno.
c) Delegado de vocaciones full-time
Siendo fundamentales las orientaciones anteriores, de hecho, es necesario que la fase de acompañamiento vocacional sea asumida por personas concretas (el delegado y su equipo), que en nombre de toda la provincia, ejercen este ministerio, que es un verdadero y propio inicio de formación.
-Estas personas deben ser bien aceptadas y estimadas por nuestras comunidades a las que deben, en primer lugar, aportar animación y sensibilización.
-Deben estar bien respaldadas por las comunidades de formación.
-Deben coordinarse bien con los equipos y centros de pastoral juvenil.
-Deben tener libertad de movimiento para realizar iniciativas y experiencias nuevas, especialmente en lo que se refiere a encuentros y formas de convivencia entre las candidatos.
-Deben contar con un presupuesto económico y medios necesarios.
d) Proyecto apostólico y de pastoral juvenil
El proyecto apostólico debería ser concebido a partir de nuestra identidad que se expresa en una imagen adecuada de personas que han elegido a Dios y a Jesucristo de modo pleno y definitivo, que se han unido a El y que por El proponen servicios específicos, amantes de la Iglesia y disponibles para ir donde la obediencia los envíe para atender la mayor necesidad del Reino de Dios.
Me quiero detener más en la renovación de la pastoral juvenil. Es vital tener un proyecto renovado, con objetivos y medios realistas que puedan ser evaluados. Pero antes de apuntar líneas nuevas de Pastoral es preciso activar líneas espirituales de renovación:
• Cuidar que nuestra imagen transparente la experiencia de Dios, el gozo de servirle y de vivir unidos como hermanos, la atención benévola y desinteresada a las personas, más allá del hecho de mostrar que somos personas muy ocupadas, organizadas y eficaces.
• En la pastoral juvenil resaltar el objetivo de suscitar el encuentro con Jesucristo. Para ello, el camino de los ejercicios espirituales, retiros... es un medio muy idóneo ya que forman al trabajador para el Reino, presentan de un modo específico la persona de Jesús y tienen como punto central la elección.
• Coordinar bien la Pastoral juvenil y la vocacional. Tejer los procesos pastorales y personales para que haya continuidad, progresión y crecimiento. Muchos de nuestros jóvenes se quedan por el camino después de muchas experiencias puntuales que suenan más a fuegos artificiales que a etapas de un proceso ligado de crecimiento en la fe.
• Reconquistar espacios de contacto con l@s jóvenes, con l@ adolescentes y l@s niños/as. ¿Tenemos plataformas de contacto con niños/as y jóvenes? Si no podemos abarcar todo el proceso, ¿dónde poner la prioridad, en las niños de doce años que viven una fase ideal para la identificación religiosa o en los universitarios/as que acaban la carrera y que se plantean el sentido que quieren dar a sus vidas? Hay que saber plantar la semilla, tener paciencia, ayudar a madurar, antes que recoger los frutos.
• Todos los pastoralistas, laicos y religiosos, deben habituarse a practicar una evaluación objetiva de los métodos, del proyecto y de los frutos de la propia actividad, tanto en el conjunto como en cada etapa, para poder elegir aquello que da más fruto y para no continuar con iniciativas que, aunque buenas en sí, no son oportunas o son dispersadoras de energías.
• Conceder prioridad en la formación de los grupos al acompañamiento personal.
• Cuidar el crecimiento armónico y completo de los jóvenes, uniendo servicio y reflexión, oración y acción.
• Elaborar un proyecto de pastoral vocacional que recoja los pasos que seguiremos en la animación vocacional, el acompañamiento y el discernimiento. El primer aspecto va dirigido a comunidades, obras, grupos y jóvenes; el segundo y tercero se centra en los candidatos que han manifestado de alguna manera, su deseo de seguir más de cerca al Señor.
• Integrar en el proyecto de pastoral juvenil y vocacional el objetivo y los medios de conocer nuestros fundadores, la historia y espiritualidad de nuestra congregación, y las personas, comunidades y obras actuales.
e) Cuidar todas las posibles fuentes de vocaciones
Es verdad que proporciona mayor esperanza y es signo más claro de autenticidad que las vocaciones procedan de nuestras propias fuentes pastorales y de nuestras obras; sin embargo, la experiencia nos muestra que muchas vocaciones actuales provienen de “otros lugares”, a veces orientados por otros religiosos y religiosas. No parece inútil “ampliar la mirada” a otros perfiles posibles de candidatos y estar abiertos a ellos, así como cuidar los lazos positivos con otros institutos religiosos, parroquias, movimientos y asociaciones.
f) La familia
Si es necesario atender siempre el contexto, el marco vital y las relaciones familiares del joven, tenemos que procurar con mucha seriedad la relación con los padres de los jóvenes con los que tratamos, como parte integrante de nuestro proyecto pastoral. La pastoral familiar reclama ser llevada a cabo no de manera episódica, sino con dedicación y con método. Trabajar con los padres de los alumnos/as de nuestros colegios, de nuestras parroquias o de los grupos juveniles producirá frutos vocacionales en el futuro. Algunos religiosos tienen una oración mensual por las vocaciones con los padres y colaboradores de sus obras; otros incluyen a algunos de esos padres más cercanos a nosotros en el mismo equipo de pastoral vocacional.
g) Materiales vocacionales
Aquí la amplitud puede ser grande. Se trata de elaborar según nuestra espiritualidad y carisma, unos materiales que ayuden a conocernos y que guíen en los procesos de discernimiento vocacional. La variedad puede ir desde materiales del tipo de comics infantiles sobre personas significativas de la congregación, para ninos/as, pasando por ediciones de formato más juvenil, hasta biografías pequeñas y sencillas para jóvenes. Materiales audiovisuales, en particular, los DVD, videos, materiales informáticos, para usar en grupos, sobre la historia y misión actual de la congregación o sobre temas específicos como la vocación.
La elaboración anual de posters, trípticos, calendarios, etc. con un tema común de fondo, se hace en algunas congregaciones con la intención de dedicar una Semana especial para dar a conocer el propio carisma. Todos los miembros de la congregación y las obras apostólicas, adaptan esta semana a la realidad de su misión, adoptando medios litúrgicos, culturales, de ambientación con carteles, peregrinaciones a lugares especiales de la congregación, actividades de relación y conocimiento entre los jóvenes de diversas obras, visitándolas, etc. Algunos profesores colaboran con su creatividad produciendo materiales en relación con la propia asignatura, sobre el fundador y la congregación, con el fin de ser usados en el aula.
Esto pide unos presupuestos económicos dado que contamos con expertos y empresas técnicas en la elaboración de estos medios.
Los materiales también tienen que abarcar la creación de fichas de discernimiento vocacional que sean fáciles para ayudar a un pastoralista en el acompañamiento vocacional de una joven. Igualmente deberíamos incluir y facilitar una bibliografía selecta de libros o folletos sobre la oración, la persona de Jesús, el fundador y la historia de la congregación, la vocación religiosa, etc. El objetivo es facilitar a las pastoralistas su trabajo para que aconsejen un libro u otro según la persona a la que acompañan.
Como decía al inicio de este apartado, la variedad de materiales es grande. No podemos recogerlos todos aquí. Aunque los materiales son necesarios, no son lo más importante; antes está el mensajero que los lleva, la calidad de su vida religiosa, el amor y fidelidad total al Señor de su vida y el deseo de servir a su Iglesia con todo el corazón.
TEOLOGÍA DE LA VOCACIÓN
A) Dios Padre es el origen de nuestra vocación
B) Jesús, el formador, llama al seguimiento
C) La Eucaristía es el alimento y el motivo de entrega para la misión
D) El Espíritu Santo, Consolador y amigo; guía y memoria en la caminada vocacional, nos llama a dar testimonio.
E) DESDE LA TRINIDAD A LA IGLESIA
La historia de cada hombre es parte de otra gran historia
F) MARÍA
3. Espíritu Santo: es quien derrama sus dones sobre la Iglesia: La vocación es un don para el servicio a la comunidad.
María: Es imagen de elección divina, es el modelo de correspondencia libre y amorosa, abierta a las sorpresas de Dios, sin escatimar el sacrificio, presente y activa en la vida de la Iglesia.
Cristo: con sus palabras y testimonio seduce, atrae, convoca al vocacionado.