En relación a la Gratitud
1. ¿Qué es la virtud de la gratitud?
La gratitud es la virtud que nos lleva a tomar conciencia de los dones que recibimos cada día, a valorar la generosidad del que nos los da y a mover nuestra voluntad para corresponder a estos dones, aprovecharlos, desarrollarlos y ponerlos al servicio de los demás.
2. ¿Cuáles son las consecuencias de vivir valorando lo que tenemos (cualidades personales, familia, amigos, trabajo, etc.) y no vivir enumerando o añorando lo que nos falta?
Las consecuencias de vivir valorando lo que tenemos es la humildad que nos lleva a reconocer lo que somos y lo que hemos recibido de manera gratuita, y a tomar conciencia del puesto que ocupamos frente a Dios y los hombres. La humildad nos ayuda a reconocer todo lo que hemos recibido. El humilde es una persona agradecida con Dios y con las demás personas. Amabilidad, bondad, cordialidad. Generosidad, disponibilidad, solidaridad. Nos hacen darnos a los demás. Magnanimidad. Alma grande que nos hace darnos a los demás. Tolerancia, porque el ser agradecidos también nos hace perdonar. La sencillez que permite disfrutarlo todo sin crearse exigencias y necesidades superfluas. Un corazón abierto a los demás para descubrir en todo momento sus dones y entrega.
3. ¿Has experimentado la necesidad de agradecer? ¿cómo lo has hecho?
Todos los días; a Dios, a mis padres, a mis compañeros de trabajo y/o quien me rodea. En oración, con besos, diciéndoselo
4. ¿Cuáles crees que son los principales obstáculos que nos impiden agradecer y sobre todo vivir con la actitud de agradecimiento con los demás?
El ambiente egoísta en que nos movemos nos lleva a sentirnos merecedores de todo, por ello nos sentimos con el derecho de exigir sin dar nada a cambio ni agradecer por lo que se nos da. El egoísmo que nos hace sentir que merecemos todo sin agradecimiento y que nos hace pensar sólo en nosotros y en nuestras “necesidades” sin dar atención a lo que estamos recibiendo. La soberbia. El soberbio espera recibir mientras que el humilde da y agradece. La falta de pureza de intención, que nos hace buscar el agradecimiento de los demás y no dar el nuestro. La dureza de corazón ante la grandeza de lo pequeño. Quien tiene un corazón duro no reconoce los dones que recibe ni el amor que se le demuestra. El materialismo y consumismo que nos impide disfrutar y agradecer lo que tenemos, y nos empuja a buscar siempre más. La ambición que nos lleva a no estar satisfechos, contentos o agradecidos con lo que tenemos.
En relación a la veracidad
1. ¿Qué es la virtud de la veracidad?
Es la virtud que inclina a decir siempre la verdad y de manifestarnos al exterior tal como somos interiormente.
2. ¿Qué significa cuando se dice que la verdad es objetiva?
La verdad objetiva deriva de la ley de Dios. Dios es la verdad. Todo lo que El enseña es verdadero. Lo que El enseña como bueno es lo bueno y lo que El enseña como malo es malo. Dios nos enseña lo que las cosas son en sí. Las cosas no son malas porque Dios las prohíbe, sino que Dios las prohíbe porque son malas para nosotros.
3. ¿Por qué hay que pensar, hablar y actuar siempre en la verdad?
Porque nos compromete en conocer la verdad escuchando a los padres, maestros, sacerdotes o las personas que nos pueden ayudar a ser mejores. Nos compromete a defender la verdad mediante el testimonio de vida. No decir mentiras a papás, maestros, amigos, ya que la mentira no trae consigo nada bueno y nos puede llevar a mentiras mayores. Hablar con la verdad aunque a veces cueste. Enmendar lo más pronto posible el daño causado por una mentira. No valerme de la mentira para salir de las dificultades o librarme de mis responsabilidades. No valerme de la mentira para que los demás piensen algo bueno de mí. Hablar y portarme de acuerdo con la verdad sin avergonzarme de lo que digan o piensen los demás. Reconocer sincera y humildemente cuando me he equivocado sin tratar de justificarme o culpar a otros. Llamar a las cosas por su nombre, reconociendo lo bueno como bueno, y lo malo como malo, sin tratar de adaptarlo a lo que me conviene ni aceptar que todo es relativo cuando sabemos que existen verdades objetivas e imperecederas. Saber guardar una confidencia. Percatarme de que al engañar a los demás me hago mayor daño a mí mismo. Reconocer sinceramente lo que soy desarrollando al máximo todas mis cualidades. Decir sólo cosas buenas de los demás, evitando a toda costa la maledicencia ni aceptando que se hable mal de otra persona en mi presencia.
Hablar sólo lo bueno que me consta, sin inventar cosas buenas o malas sobre los demás o de mí mismo. Hacer las cosas que digo, y no decir una cosa y hacer otra. Comportarme de la misma manera en todos lados y con todas las personas, evitando la simulación o la hipocresía. No hacer cosas aparentemente positivas solamente por imitar a otras personas y quedar bien con ellas buscando provecho propio. Tener cuidado de todo lo que digo. Ser siempre el mismo, así esté solo o acompañado. Ser fiel a mis convicciones siempre, sin importar con quién o en dónde estoy. Preparar sincera y profundamente mi confesión. Realizar con delicadeza y sinceridad conmigo mismo un examen de conciencia cada día para ver cuánto de positivo hubo y en qué cosas puedo aún mejorar.
4. ¿A quién daña la mentira: a quien la dice o a quien se dice? ¿Por qué? ¿Cuales son las principales causas por las que se miente y se evita decir la verdad?
A quien la dice, porque no es capaz de aceptar las cosas como son. Por ocultar las cosas, por no aceptar la realidad en que se vive y se crea una fantasía, por no querer ser reprendido.
5. ¿Existen las “mentiras piadosas”? ¿Debes guardar los secretos?
No existen porque siguen siendo mentira, y debo guardar secretos porque son prueba de confianza, de veracidad
6. Explica la frase evangélica: “La verdad os hará libres”.
Que seré autentico, siguiendo a Jesús que es la verdad, y encontrando así la felicidad
7. ¿Algún cometario o sugerencia?
Me encanta el curso