por Liliana Apolonio » Vie Nov 16, 2012 7:17 pm
1. ¿Cual fue el primer documento aprobado por el Concilio?
La constitución Sacrosanctum Concilium fue el primer documento aprobado por el Concilio , el 4 de diciembre de 1963, por una abrumadora mayoría de 2158 votos a favor y 4 en contra
2. ¿Cual es la finalidad de la Constitución para la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium?
Este sacrosanto Concilio se propone acrecentar de día en día entre los fieles la vida cristiana, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover todo aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia. Por eso cree que le corresponde de un modo particular proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia.
3. ¿Qué importancia tiene la liturgia en la vida de la Iglesia y del cristiano?
La Liturgia, por cuyo medio "se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. La Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya un solo rebaño y un solo pastor.
4. ¿Cuantos capítulos componen la Constitución dogmática de la Divina Revelación Dei Verbum?
Está compuesto por un Proemio, seis capítulos y un epílogo
• CAPÍTULO I :LA REVELACIÓN EN SÍ MISMA
Naturaleza y objeto de la revelación
Preparación de revelación evangélica
En Cristo culmina la revelación
La revelación hay que recibirla con fe
Las verdades reveladas
• CAPÍTULO II : TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA
Los Apóstoles y sus sucesores, heraldos del Evangelio
La Sagrada Tradición
Mutua relación entre la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura
Relación de una y otra con toda la Iglesia y con el Magisterio
• CAPÍTULO III :INSPIRACIÓN DIVINA DE LA SAGRADA ESCRITURAY SU INTERPRETACIÓN
Se establece el hecho de la inspiración y de la verdad de la Sagrada Escritura
Cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura
Condescendencia de Dios
• . CAPÍTULO IV EL ANTIGUO TESTAMENTO
La historia de la salvación consignadaen los libros del Antiguo Testamento
Importancia del Antiguo Testamento para los cristianos
Unidad de ambos Testamentos
• CAPÍTULO V EL NUEVO TESTAMENTO
Excelencia del Nuevo Testamento
• Origen apostólico de los Evangelios
Carácter histórico de los Evangelios
Los restantes escritos del Nuevo Testamento
• CAPÍTULO VI LA SAGRADA ESCRITURA EN LA VIDA DE LA IGLESIA
La Iglesia venera las Sagradas Escrituras
Se recomiendan las traducciones bien cuidadas
Deber de los católicos doctos
Importancia de la Sagrada Escritura para la Teología
Se recomienda la lectura asidua de la Sagrada Escritura
5. ¿Estaría de acuerdo a lo enseñado por la Dei Verbum una visión de las Escrituras donde se pusiera en duda la historicidad de los evangelios, o se dudara del carácter real de los hechos milagrosos narrados, como la resurrección de Cristo o sus milagros?
Considerando que, la Dei Verbum nos introduce en forma sistemática en la revelación en sí misma, en su naturaleza, en la historia de la salvación , partiendo del Antiguo Testamento y culminando con la misma Historia de Nuestro Señor narrada por los Apóstoles, negar o dudar de su carácter real, sería desconocer la validez de aquellos que compartieron su vida con Jesús y quienes dieron testimonio de Él y de quienes a través de sus discípulos creyeron también en Él.
6. ¿Cuáles sacramentos invita el Concilio a celebrarlos principalmente dentro de la celebración eucarística y cual no?
Confirmación y Matrimonio
Para el Bautismo son celebraciones con ritos propios de este sacramento
7. ¿Que enseña el Concilio sobre el uso de las lenguas vernáculas, la música sagrada y la liturgia de las horas?
En las Misas celebradas con asistencia del pueblo puede darse el lugar debido a la lengua vernácula, principalmente en las lecturas y en la «oración común» y, según las circunstancias del lugar, también en las partes que corresponden al pueblo.
Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular
La traducción del texto latino a la lengua vernácula, que ha de usarse en la Liturgia, debe ser aprobada por la competente autoridad eclesiástica territorial
Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde.
Si en algún sitio parece oportuno el uso más amplio de la lengua vernácula, cúmplase lo prescrito en el artículo 40 de esta Constitución.
En ciertos lugares y circunstancias, urge una adaptación más profunda de la Liturgia, lo cual implica mayores dificultades La competente autoridad eclesiástica territorial considerará con solicitud y prudencia los elementos que se pueden tomar de las tradiciones y genio de cada pueblo para incorporarlos al culto divino.
Para que la adaptación se realice con la necesaria cautela, si es preciso, la Sede Apostólica concederá a la misma autoridad eclesiástica territorial la facultad de permitir y dirigir las experiencias previas necesarias en algunos grupos preparados para ello y por un tiempo determinado.
LITURGIA DE LAS HORAS
En la reforma del Oficio guárdense estas normas:
a) Laudes, como oración matutina, y Vísperas, como oración verpertina, que, según la venerable tradición de toda la Iglesia, son el doble quicio sobre el que gira el Oficio cotidiano, se deben considerar y celebrar como las Horas principales.
b) Las Completas tengan una forma que responda al final del día.
c) La hora llamada Maitines, aunque en el coro conserve el carácter de alabanza nocturna, compóngase de manera que pueda rezarse a cualquier hora del día y tenga menos salmos y lecturas más largas.
d) Suprímase la Hora de Prima.
e) En el coro consérvense las Horas menores, Tercia, Sexta y Nona. Fuera del coro se puede decir una de las tres, la que más se acomode al momento del día.
La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne.
La música sacra, por consiguiente, será tanto más santa cuanto más íntimamente esté unida a la acción litúrgica, ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o fomentando la unanimidad, ya sea enriqueciendo la mayor solemnidad los ritos sagrados
Por tanto, el sacrosanto Concilio, manteniendo las normas y preceptos de la tradición y disciplinas eclesiásticas y atendiendo a la finalidad de la música sacra, que es gloria de Dios y la santificación de los fieles.
. Consérvese y cultívese con sumo cuidado el tesoro de la música sacra.
Foméntense diligentemente las "Scholae cantorum", sobre todo en las iglesias catedrales. Los Obispos y
Dése mucha importancia a la enseñanza y a la práctica musical en los seminarios, en los noviciados de religiosos de ambos sexos y en las casas de estudios, así como también en los demás institutos y escuelas católicas; para que se pueda impartir esta enseñanza, fórmense con esmero profesores encargados de la música sacra.
. Foméntese con empeño el canto religioso popular, de modo que en los ejercicios piadosos y sagrados y en las mismas acciones litúrgicas, de acuerdo con las normas y prescripciones de las rúbricas, resuenen las voces de los fieles.
. Como en ciertas regiones, principalmente en las misiones, hay pueblos con tradición musical propia que tiene mucha importancia en su vida religiosa y social, dése a este música la debida estima y el lugar correspondiente no sólo al formar su sentido religioso,
Por esta razón, en la formación musical de los misioneros procúrese cuidadosamente que, dentro de lo posible, puedan promover la música tradicional de su pueblo, tanto en las escuelas como en las acciones sagradas.
Los compositores verdaderamente cristianos deben sentirse llamados a cultivar la música sacra y a acrecentar su tesoro.
Compongan obras que presenten las características de verdadera música sacra y que no sólo puedan ser cantadas por las mayores sino que también estén al alcance de los coros más modestos y fomenten la participación activa de toda la asamblea de los fieles.
Los textos destinados al canto sagrado deben estar de acuerdo con la doctrina católica; más aún: deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas.