por Jose Alberto G » Mié Ene 02, 2013 11:41 am
Hola.
Yo también tenía esas dudas. Al final, decidí tener cuidado de caer en cualquiera de los dos extremos: ser muy escrupuloso y evitar cualquier "capricho", y al mismo tiempo, ser caprichoso y faltar a la caridad.
No está mal un "capricho" de vez en cuando, pero cuando esos caprichos se convierten una costumbre y quedan por encima de la caridad, puede convertirse (o es) pecado. Es decir: si en dado momento conviene más que el dinero que voy a gastar en un capricho, lo de en cambio para una necesidad imperante de otra persona, lo correcto es lo segundo. No quiere decir que nunca nos compremos chocolates o similares, pero preguntémonos siempre: ¿glorifico más a Dios mediante la caridad o mediante la complacencia? Por lo general, al hacernos esta pregunta nos inclinaremos hacia lo primero: la caridad, sin ir en detrimento de un eventual disfrute de las cosas que Dios nos ha dado lícitamente.
Recordemos tres máximas:
-Somos administradores (no dueños) de lo que Dios nos ha dado.
-Debemos preferir a los demás antes que a nosotros mismos.
-Negarnos a nosotros mismos es un principio cristiano fundamental.
Saludos!
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen