1.
¿De qué trata la declaración apostólica Ad Gentes? El Concilio Vaticano II ha dedicado un documento exclusivamente a la misión ad gentes. No podía ser de otro modo, ya que como ha explicado el Papa Benedicto XVI respecto a la naturaleza misma de la Iglesia:
"La Iglesia existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas."
"También en nuestro tiempo el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia, un dinamismo espiritual y pastoral que ha encontrado su expresión más universal y su impulso más autorizado en el Concilio Ecuménico Vaticano II. Este renovado dinamismo de evangelización produce un influjo beneficioso sobre las dos «ramas» especificas que se desarrollan a partir de ella, es decir, por una parte, la missio ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana."(67)
De esta manera, el decreto establece las pautas, normas, deberes y derechos de los cristianos respecto a su actividad misionera.
2.
¿Por qué es importante la actividad misionera de la Iglesia? Entre algunos puntos del decreto que es oportuno analizar en más detalles está el recordarnos que a todos los cristianos sin excepción "incumbe el deber de propagar la fe según su condición"(70) , deber que tienen que cumplir primero los obispos, presididos por el Papa, con la oración y cooperación de toda la Iglesia, y que es único e idéntico en todas partes y en todas las condiciones, aunque no se realice del mismo modo según las circunstancias (71).
3.
¿Que existan elementos de verdad en otras religiones implica que tengan algún valor salvífico o que la Iglesia ya no sea necesaria para la salvación? Nos recuerda también la importancia del cumplimiento de este deber, ya que es la Iglesia la que contiene "en sí la totalidad o la plenitud de los medios de salvación"(72) . De esta manera, sin dejar de reconocer los elementos verdaderos que pueden encontrarse en otras religiones, desconoce su valor salvífico en cuanto a tales. Se trataba de una de las cuestiones que más habían influido en las crisis de las misiones, y por lo cual el Concilio afirma que ello no disminuye la absoluta necesidad de la Iglesia y de su misión (tanto respecto a los individuos como respecto a las religiones). Todo cristiano debe tener claro que Iglesia no es superflua sino radicalmente necesaria.
4.
¿A quienes corresponde trabajar para que los hombres se vuelvan capaces de restablecer rectamente el orden de los bienes temporales y de ordenarlos hacia Dios por Jesucristo?toda la Iglesia es misionera, todos los miembros del pueblo de Dios debemos asumir nuestra propia responsabilidad..(CLERO, RELIGIOSOS Y FIELES LAICOS).
5.
¿Cómo invita el Concilio a enfrentar los problemas actuales junto con los errores gravísimos que se difunden?El Concilio invita a los laicos a enfrentar los diversos problemas de la actualidad, junto con los errores gravísimos que se presenten, aclarando, defendiendo y aplicando convenientemente los principios cristianos. Esta restauración del orden temporal que se refiere a los bienes de la vida y de la familia, la cultura, la economía, las artes y profesiones, las instituciones de la comunidad política (78), las relaciones internacionales, etc., la declara el Concilio por tanto una obligación:
"Es obligación de toda la Iglesia el trabajar para que los hombres se vuelvan capaces de restablecer rectamente el orden de los bienes temporales y de ordenarlos hacia Dios por Jesucristo"