por marujita849 » Jue Mar 21, 2013 11:41 am
¿Qué relación existe entre Eva y la Virgen María en la obra de la redención?
Eva (“la mujer”), cómo María (“la Mujer”), son vírgenes y madres. Así como «la mujer» (Eva), la “madre de los vivientes” está íntimamente involucrada en los acontecimientos que condujeron al pecado original, María es la “Mujer” y “ madre de los vivientes y de la vida misma” que está íntimamente involucrada en los acontecimientos que condujeron a la Redención. María, es la madre de Jesucristo, el Redentor. Ella es la nueva Eva.
Eva, todavía virgen, se hizo desobediente y llegó a ser, para sí misma y para todo el género humano, causa de muerte. María, virgen obediente, se convierte para sí misma y para todo el género humano. En general, la teología católica sostiene que la cooperación de María a la redención es una verdadera cooperación formal, sea por haber consentido libremente a la encarnación redentora, engendrando y nutriendo a Jesús, víctima del sacrificio redentor, sea porque durante su vida unió su fe, obediencia y caridad, y sus dolores, especialmente al pie de la cruz, a los de su divino Hijo, anhelando unirse a él para la redención de los hombres.
Según el Vaticano II la cooperación de María a la redención es un hecho previsto y predestinado desde la eternidad en el plan salvífico de Dios. María, en el designio divino, representa al pie de la cruz a la humanidad redimida que, necesitada de salvación, puede dar una contribución al desarrollo de la obra salvífica. , María es también destinataria de la salvación. Es la primera redimida, rescatada por Cristo «del modo más sublime» en su concepción inmaculada bula Ineffabilis Deus, d y llena de la gracia del Espíritu Santo.
¿Por qué se dice que la Iglesia en María ya alcanzó la perfección?
“María es aquella que ha sido rescatada de la forma más perfecta”. (Rahner)
Porque la Virgen María es el símbolo personal de la Iglesia en quien contempla su realización más perfecta. Es Virgen y Madre de todos los creyentes. Es la criatura creada y formada por el Espíritu Santo conforme al proyecto de Dios, llena de gracia, llena de dones excepcionales que recibió del Señor para contribuir a la obra salvífica de su Hijo… Madre del Salvador no podía menos de tener un origen perfectamente santo, sin mancha alguna.