PASEO HISTORICO POR EL LUGAR DEL SANTO SEPULCRODe cantera a jardín
30/33 d.C.Alrededor del año 33, Jesús de Nazaret fue condenado a muerte, crucificado en el monte Gólgota y sepultado en una tumba excavada en un jardín cercano. Después de tres días resucitó de los muertos. Desde este momento, el Sepulcro de la Resurrección se convirtió en el centro de la fe de toda la cristiandad.
AElia Capitolina
130 dC.En el 132 d.C., el emperador Adriano fundó la ciudad Elia Capitolina. Las memorias judaicas y cristianas fueron borradas. El lugar del Gólgota y el Sepulcro desaparecieron bajo la mole del nuevo templo dedicado a Venus Afrodita.
La época de Constantino
335 d.C.Destruidos todos los templos paganos por voluntad de Constantino, la tumba venerada salió de nuevo a la luz y en el 335 d.C. se inauguró el grandioso complejo del Santo Sepulcro, que culmina en el Anastasis.
La invasión persiana
614 d.C.Con la invasión persiana de Palestina se verifica la primera destrucción del complejo constantino del Santo Sepulcro. La reliquia de la Verdadera Cruz, robada durante las incursiones persianas, fue reportada a Jerusalén por Heraclio.
La destrucción de Al Hakim
1009 d.C.La locura destructiva del Califa al Hakim causó la demolición casi completa de la Basílica constantina, que no pudo volver a construirse con la misma articulación. La restauración de la iglesia fue inaugurada por el emperador bizantino Constantino Monomaco en 1048.
La transformación cruzada
1099 d.C.Liberar el Santo Sepulcro de Cristo de los infieles: este era el lema que sostenían los cruzados en su misión. En el 1099, Jerusalén fue conquistada y el Santo Sepulcro volvió a ser el corazón de toda la cristiandad, lugar donde acudir para recibir el perdón de los pecados.
Un período difícil
1187 d.C.Primero Saladino en 1187, después la invasión de los Corasmios en 1224 y por último, los Mamelucos: Jerusalén quedó en manos del islam. Es un período de sucesos alternados donde el Santo Sepulcro fue dividido en espacios dedicados a las diferentes comunidades religiosas católicas y ortodoxas.
Los Franciscanos en el Santo Sepulcro
1342 d.C.La custodia del Santo Sepulcro y de los demás Lugares Santos fue encomendada a la orden fundada por San Francisco de Asís, con el Sello de Papa Clemente VI. A partir de este momento se estableció en el interior de la Basílica venerada una comunidad franciscana.
Bajo el dominio Turco
1517 d.C. El período de la dominación otomana estuvo marcado por la alternancia de favores que los Sultanes concedían sobre todo a las dos comunidades Latina y Griega. Los franciscanos, sostenidos por las potencias europeas, pudieron construir el nuevo Edículo del Sepulcro en 1555 y restaurar la cúpula del Anastasis en 1719.
La época del Mandato británico
1922 d.C.La iglesia del Santo Sepulcro durante el Mandato británico sobre Palestina estuvo constantemente monitoreada por el miedo al derrumbe de las viejas estructuras que, también a causa del terremoto de 1927, fueron aseguradas con andamios pesados y puntales.
Desde 1948 hasta hoy
1948 d.C. Las últimas décadas de la historia del Santo Sepulcro están felizmente marcadas por los acuerdos realizados entre las tres Comunidades para la restauración de la Basílica y por los numerosos peregrinos que, incansablemente, vienen desde todas las partes del mundo para rezar en los lugares santos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Si, por un lado, el siglo pasado fue para el Santo Sepulcro una sucesión de dificultades relacionadas con los sucesos políticos del país, por otro lado, fue el siglo que permitió mayores acuerdos comunes entre las Comunidades del Status Quo.
Durante la regencia del reino Hashemita de Jordania, cristianos y musulmanes pudieron acceder libremente a la ciudad santa y a la basílica, a diferencia de los hebreos, siendo la Ciudad Vieja completamente situada en el interior de los territorios jordanos. Una visita de excelencia fue la del rey de Jordania Abdullah el 27 de mayo de 1948.
Durante algunas obras de restauración en el techo, un miércoles 23 de noviembre de 1949 a las 20 horas, un incendio dañó la cobertura de la gran cúpula, pero el gobierno de Amman se puso en marcha de inmediato para las reparaciones.
En 1959 tuvo lugar un cambio decisivo cuando las tratativas entre los representantes de las tres comunidades Griego Ortodoxa, Latina y Armenia llegaron al acuerdo para el gran proyecto de restauración de la basílica.
En 1960 iniciaron las obras y también fue la ocasión para verificar el estado del depósito arqueológico en las trincheras y las muestras útiles, que fue realizado por el padre franciscano y arqueólogo del Studium Biblicum Franciscanum, Virgilio Corbo.
Durante más de veinte años, padre Corbo participó en el descubrimiento de importantes mosaicos, materiales que la investigación del edificio restituía sobre la historia y en su atenta interpretación, publicó su trabajo en 1982, “El Santo Sepulcro de Jerusalén” con la documentación completa de las investigaciones arqueológicas.
La primera visita papal en toda la historia de los lugares santos tuvo lugar en enero de 1964, cuando Paolo VI rezó ante de la Tumba vacía. Muchos años después, en ocasión del año jubileo del 2000, el beato Juan Pablo II la visitó dos veces en el mismo día, y nueve años más tarde la comunidad cristiana local pudo disfrutar de la visita del nuevo pontífice Benedicto XVI.
Después de la guerra llamada de los seis días, desde 1967 también la basílica del Santo Sepulcro pasó bajo el control israelino y, todavía hoy, guardias israelinas supervisan el desarrollo tranquilo de las prácticas de apertura y cierre de la basílica y el flujo de peregrinos sobre todo, durante el periodo pascual.
El diálogo continuado entre las tres Comunidades para las actividades de los espacios comunes de la basílica ha traído nuevas e importantes inauguraciones, como la de la cúpula que se encuentra sobre el Edículo, descubierta a la mirada conmovida de fieles, peregrinos y religiosos el 2 de enero de 1997 y, la más reciente, de los espacios indispensables acondicionados como servicios higiénicos.
Las tratativas entre los representantes de las Comunidades no se detienen y todavía están examinando los acuerdos para la restauración del Santo Edículo y para una nueva pavimentación de los espacios comunes.
http://www.santosepulcro.custodia.org/d ... sp?id=4326ALGO MAS DE HISTORIA SOBRE EL LUGAR DONDE ACTUALMENTE SE EMPLAZA EL SANTO SEPULCRO, LA BASILICA DE LA RESURRECCION.
GólgotaGólgota es el nombre con que Mateo, Marcos y Juan designan el lugar de la crucifixión de Jesús (27,33;15,22;19,17). Los cuatro evangelistas apuntan el nombre griego del lugar («topos kraniou» o «kranion» (Lucas): Mt 27,33; Mc 15,22; Lc 23,33; Jn 19,17). El nombre viene del arameo «gulgolta», «calavera», «calva», «cabeza». El nombre, según los exegetas no se refiere al cráneo de Adán que se suponía enterrado allí (Orígenes), ni por ser un lugar de ejecución de los condenados (Jerónimo), sino por la forma topográfica de colina, calavera o calva. Desde el año 333 (peregrino de Burdeos) comienza a llamarse colina de Gólgota o monte Calvario. Los evangelistas nos transmiten suficientes datos sobre la topografía donde se sitúan tanto el calvario como el sepulcro.
1) El Calvario: El Gólgota extramuros de la ciudad, aunque cerca de ella y a orillas de un camino muy frecuentado (Mt 27,39-44; Mc 15,29-32; Lc 23,35-38; Jn 19,20; Heb 13,12).
2) El sepulcro: El cuerpo de Jesús es colocado en un lugar cercano: «un sepulcro nuevo» (Mt 27,60; Jn 19,41), «excavado en la roca» (Mt 27,60; Mc 15,46; Lc 23,53), «nadie había sido enterrado allí» (Lc 23,53; Jn 19,41). Juan sitúa el sepulcro en un huerto o jardín (19,41).
Toda la parte norte, desde hacía mucho, estaba llena de jardines (o más exactamente de huertos), ya antes de la construcción de la tercera muralla septentrional por Agripa 1 (41-44 d. de Cristo); los huertos quedaron dentro de la muralla. Esto es lo que indica el mismo nombre de la puerta que formaba el punto de arranque de la segunda muralla: Puerta de los Jardines (Gennath). Cfr. J. JEREMÍAS, «Jerusalén en tiempos de Jesús» (p. 58).
3) Identificación del Gólgota: La tinta no cesa de correr para identificar el lugar de la crucifixión y del sepulcro. «La historia de la tradición acerca del emplazamiento del Gólgota y el lugar que ocupa hoy día la iglesia del Santo Sepulcro con firman los datos facilitados por los evangelios, de tal manera que la tradición asentada por Constantino merece confianza. No se puede obtener una certeza suprema, porque no es posible determinar con seguridad el trazado de la segunda muralla septentrional fuera de la cual tuvo que estar situado el Gólgota» (M. VÓLKEL, en «Diccionario exegético del Nuevo Testamento, col. 776). «De su situación sólo sabemos con certeza que estaba en la primera muralla septentrional; lo demás es apasionadamente discutido por los sabios cristianos que investigan sobre la topografía antigua de Jerusalén. En efecto, de la situación de la Puerta de los Jardines, es decir, del punto de partida de la segunda muralla norte depende en parte la localización de la colina del Gólgota, y, por consiguiente, la autenticidad del emplazamiento de la actual iglesia del Santo Sepulcro» (J. JEREMÍAS, ob. cit., p. 59).
a) Los testimonios históricos: Los testimonios de Eusebio de Cesarea y de Jerónimo son los primeros en localizar los dos lugares de la muerte y sepulcro de Jesús en las pendientes orientales del Ghareb, la colina occidental de la ciudad. Estos dos autores recuerdan la orden del emperador Adriano mandando construir (117-138) en esta zona edificios para el culto pagano (Zeus, Venus...) en el marco de la nueva ciudad Aelia Capitolina. «La profanación de Adriano supone igualmente, tanto sobre el Calvario como sobre la tumba de Jesús, un lugar de culto judeocristiano que debe relacionarse con la literatura apócrifa de la comunidad judeocristiana referente al ciclo de Adán y de Eva. Esta literatura establece un precioso lazo histórico entre la muerte y sepultura de Jesús, la edificación de un lugar de culto pagano y la decisión de construir el nuevo conjunto arquitectónico de la época constantiniana» (M. PiccIRILLO, Le Monde de la Bible, 33-mars-avril, 1984, p. 19). En efecto, entre los años 325 y 337, el arquitecto Zenobio, por orden del emperador Constantino, construye una serie de edificios destinados a recordar la muerte y resurrección de Jesús (=Anastasis, en forma de mausoleo envolviendo la tumba -atrio interior- un espaciosa basílica de cinco naves llamada Martyrium y un atrio exterior.
Este complejo constantiniano es destruido el 4 de mayo del 614 por los Persas de Cosroes. En el siglo VII Modesto Obispo de Jerusalén reconstruye la Anastasis, que el sultán Hakim destruye sistemáticamente (18 octubre 1009). De nuevo se restaura (1048) por el emperador Constantino Monómaco. Cuando los Cruzados llegan a Jerusalén deciden construir una iglesia adosada a la Anastasis. Comenzada en 1131, la basílica del Santo Sepulcro es consagrada el 15 de julio de 1149. Los edificios, pues, que el peregrino puede visitar hoy día representan dos construcciones principales: la Anastasis que es una restauración del siglo XI, sobre los vestigios del plano constantiniano, y la basílica, obra de los Cruzados. Estos edificios han sufrido luego innumerables terremotos, incendios, guerras (1948).
b) El testimonio de la arqueología: Siguiendo las aportaciones del arqueólogo español Florentino Díez Fernández, así está el estado de la investigación: Como dice S. Schick «la cuestión de la autenticidad del Calvario no podrá solucionarse con controversias, sino con excavaciones». Cuando se escribe esto ya se habían indicado 16 localizaciones diferentes del Gólgota. Pero durante los veinte años últimos los resultados han sido bastante positivos, aunque no los esperados. Para V. Corbo, que excavó en la parte de los católicos, parece todo clarificado: «El evangelio y la tradición de la Iglesia, y hoy la investigación arqueológica confirman que los edificios constantinianos se levantan en el verdadero emplazamiento del Calvario». El mismo optimismo se desprende de los escritos del arquitecto Ch. Coüasnon. «Por nuestra parte (F. Díez Fernández), pensamos que los elementos aportados y los argumentos propuestos no fundamentan semejante optimismo. La cuestión de la autenticidad queda flotando y nuestro deber es formularla todavía puesto que la dificultad en el campo científico permanece»: «¿Es realmente el Calvario?» o más bien: «¿El complejo constantiniano se levantó realmente sobre la tumba de Cristo y sobre el Calvario?». No sería difícil llegar a conclusiones aceptables fiándose de los testimonios de la tradición. Pero semejante aceptación no lo resuelve todo: falta el eslabón que enlazaría la tradición de la primera comunidad cristiana de Jerusalén y las construcciones del foro romano de Aelia Capitolina, y más precisamente del Capitolio romano y del suntuoso complejo constantiniano que le suplantó.
Una de las dificultades más graves contra la autenticidad del Calvario tradicional era el trazado del 2° Muro o Muro Norte de Jerusalén en tiempos de Jesús, tal como lo escribe Flavio Josefo. Se sabe, tanto por los evangelios como por Pablo, que el lugar de la crucifixión estaba fuera de las murallas, según exigía la Ley judía. Las excavaciones realizadas por Miss. K. Kenyon y la Dra. U. Lux en el subsuelo de la iglesia luterana y en el del Santo Sepulcro por V. Corbo y otros confirman que la zona estaba fuera de la ciudad, pues algunas tumbas halladas pertenecen al siglo primero. Florentino Díez Fernández -concluye: Los trabajos realizados por los Señores Corbo, Coüasnon, Economopoulos, etc., permiten solucionar gran número de cuestiones sobre los edificios y restauraciones bizantina y cruzada, pero muchas menos sobre el período de Aelia, y ninguna sobre el período anterior. El problema fundamental desde el punto de vista cristiano permanece inalterable.
Según una antigua tradición Adán, padre del genero humano, fue enterrado en la gruta de los tesoros, que estaba al este del Gólgota, bajo el lugar donde debía morir el segundo Adán, Cristo. Del hallazgo de esta gruta pueden extraerse dos conclusiones importantes:
1) En el período bizantino no se conocía la gruta oriental, con la que se relaciona la tradición antigua.
2) Si durante los períodos romano y bizantino, la gruta fue inaccesible a los peregrinos, luego ignorada por la comunidad cristiana, las leyendas relativas a Adán solamente pudieron nacer antes del 134, en el seno de comunidades primitivas, cuando los cristianos podían acercarse al lugar. Es evidente que el espíritu y el origen de semejantes leyendas llevan la impronta de una comunidad de origen judío. Es evidente, pues, que si los romanos convirtieron la gruta en lugar de culto, es porque ya tenía una tradición cultural, la de las primeras comunidades cristianas. Y si los judeocristianos leyeron la leyenda de Adán en esta gruta antes del 134 es porque el lugar era venerado en el origen de la comunidad. Una dificultad permanece: ¿Hasta dónde llegó la exploración de la cantera? ¿Hasta antes o hasta después de la fecha de la Crucifixión? La respuesta puede afectar a la conclusión establecida y ha de ser objeto de un estudio más completo. -i crucifixión; cruz.
BIBL. — V. CoRRo, 11 Santo Sepolcro di Cerusalemme, 1-111, Jerusalén, 1981-1982; M. PICCIRILLO, Les temoignages a travers les Siécles, en «Le Monde de la Bible», mars-avril, 1984, 18-27; FLORENTINO DÍEZ FERNÁNDEZ, La recherche archeologique, en «Le Monde de la Bible», mars-avril, 1984, 28-36. Le Saint Sepulcre (les fouilles de 1961-1977), en «Le monde de la Bible», jan-fev, 1978, 44-45; M. VORKEL, «Gólgota», en DENT, vol. 1., Salamanca, 1996.
Carlos de Villapadierna
http://www.mercaba.org/DJN/G/golgota.htm