por chucus » Sab Abr 05, 2014 11:49 pm
1.-Podríamos decir que nuestra sociedad es feliz? ¿Qué índices en nuestra cultura nos muestran esta situación?
No nuestra sociedad no es feliz.
La llamada sociedad del bienestar, habla de una sociedad que se empeña en una lucha obstinada por conquistar la propia fortuna. Una sociedad volcada en la búsqueda del placer.
Habla de un mundo en busca de una pasión por la felicidad desconocida hasta el presente, y una generalizada insatisfacción .
Los índices que muestran esta situación son:
Los suicidios, los divorcios, las enfermedades psíquicas, el recurso indiscriminado al sexo con todas las variantes antinaturales y de promiscuidad y a la droga.
Todas estas manifestaciones son un escape a la propia desdicha, o un sustituto de la felicidad inalcanzada.
2.-El autor del artículo habla de una “paradoja”, ¿a qué se refiere?
La conquista humana de la felicidad entraña una notable paradoja: cuanto más se empeña uno en conseguirla, transformándola en objeto explícito e inmediato de afanosa búsqueda, más parece alejarse de nuestras manos y convertirse en términos de nostalgia siempre insatisfecha.
Ni la felicidad , ni la dicha, ni el gozo, el placer o cualquiera de esas realidades que gratifican nuestra existencia, pueden convertirse en el objetivo expreso de una persona. Es decir, que ni la felicidad ni ninguno de sus hermanos menores, como la alegría o el deleite, pueden buscarse por sí mismos, sino que han de sobrevenir, siempre, como algo añadido, como una consecuencia.
Cuanto más se busca el placer en sí, más se pierde. El principio del placer es en realidad autodestructor.
En la medida en que el individuo empieza a buscar la felicidad o a esforzarse por conseguirla, exactamente en la misma medida no puede alcanzarla. Cuanto más se esfuerza por lograrla, tanto menos la consigue.
Una de las corrientes mas significativas del pensamiento contemporáneo han propuesto como ideal de vida:, el egoísmo racional. Pero la puerta hacia la felicidad no se abre hacia dentro; la felicidad, se abre hacia fuera, hacia los otros.
3.- ¿Podemos deshacer esta paradoja? ¿En que manera el autor sugiere lograrlo?
Si , si nos obsesionamos por alcanzar la dicha, en cualquiera de sus manifestaciones, jamás la conseguiremos.
Basta con dejar de perseguir expresamente la propia felicidad par que ésta llame con insistencia a nuestras puertas; sería suficiente con no obstinarse en ser feliz, con olvidarse de la propia dicha, para efectivamente lograrla.
4.- ¿En que sentido el autor propone el “amor” como un medio adecuado para lograr la felicidad?
El único apto para asegurar la perfección y la consecuente felicidad, es el amor, el acto supremo de la libertad., la actividad humana por la que una persona elige y realiza el bien de otro en cuanto a otro