por pattypj » Mié Mar 19, 2014 8:56 pm
Participación en el foro
1.-¿Qué elementos corresponderían a la felicidad según el autor Julián Marías?
Primer contacto, casi fisiognómico, visual o auditivo, con la felicidad tal como la encontramos en el uso normal de la palabra cuando la sentimos por un momento, o nos quejamos de no tenerla o haberla perdido, o la descubrimos en alguien. Felicidad es mi felicidad, no sólo en el sentido de que tiene que poseer un carácter individual, particular, diferenciado, sino sobre todo en que tiene que tener conexión con el quién proyectivo que es cada uno de nosotros. La felicidad es de ese alguien que soy yo; más aún, que pretendo ser, que intento ser, que necesito ser.
2..-¿El cristianismo presenta algún tipo de felicidad con características propias?
El cristianismo ha transferido el concepto de felicidad primariamente a la salvación, y esa transferencia tiene un carácter muy interesante y que plantea problemas teológicos. En la concepción cristiana más admitida, el destino personal del hombre depende del último momento; es decir, una vida enormemente pecaminosa puede desembocar en la salvación mediante el arrepentimiento. A la inversa, una vida llena de virtudes puede terminar con un pecado mortal sin arrepentimiento, y conducir a la condenación, a la definitiva infelicidad. Es un extraño actualismo en que se hace pender el destino del hombre de un momento, de un instante (la justificación de esto no está clara para muchos, lo que tiene no pocas consecuencias).
3.-Hay ciertos autores que presentan el cristianismo como una religión que no busca la felicidad, ¿según el autor esto sería así?
Los esquemas que componen la teoría general o analítica de la vida humana no tienen verdadero valor de realidad más que cuando se llenan de contenido; por lo pronto, el que corresponde a la antropología, a lo que llamo «la estructura empírica»; pero sobre todo lo que corresponde a cada vida singular y única. A la felicidad le pertenece esto en grado máximo, no hay nada que requiera más la unicidad de la persona. Desde esta perspectiva hay que plantear el problema. Se preguntará si esto es posible, pues desde Aristóteles se ha dicho que la ciencia lo es de lo universal, y nos encontramos con la necesidad de saber qué es algo absolutamente singular.
4.-¿No es acaso el cristianismo una religión por la que se busca, trámite una relación personal con Cristo, una vivencia de la felicidad interior, personal, en la que toda la vida tiene ese tinte coloreado de la felicidad particular del vivir cerca de Dios?
La vida, en la medida en que es humana, es mía, irreductible a ninguna otra. Y veremos cómo la felicidad afecta al núcleo último de la vida. No se puede uno contentar con sus determinaciones sociales, psicológicas, circunstanciales; todo esto pueden ser los alrededores, los aledaños de la felicidad, o las formas en que se puede o no se puede realizar. En ciertas circunstancias es más o menos probable, pero su último sentido es siempre rigurosamente personal