En el capítulo 7 de la primera Carta a los Corintios encontramos lo siguiente:
- El destino eterno del hombre no es el "mundo", sino el "Reino de Dios". Por lo tanto el hombre no debe apegarse demasiado a los bienes del mundo perecedero.
- El que elige el matrimonio "hace bien" y el que escoge la "vierginidad " hace mejor.
- El cristiano debe vivir el matrimonio desde el punto de vista de su vocación definitiva que es la resurrección futura y así "agradar al Senor" y "precuparse de las cosas del Senor".
- Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo aun cuando somos objeto de la concupiscencia de la carne.
- En el matrimonio también tenemos el "don" de Dios, es decir, la gracia que hace que nuestro cuerpo se convierta en el templo del Espiritu Santo y con esta vocación no se "deshonra" este templo.
- " El marido debe otrorgar lo que es debido a la mujer, y la mujer al marido. La mujer no es duena de su propio cuerpo, es el marido e igualmente el marido no es dueno de su propio cuerpo, lo es la mujer"
- "No os defraudéis uno al otro a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración."
En resumen Pablo interpreta las ensenanzas de Cristo sobre la virginidad y el matrimonio, conservando el realismo propio de un Pastor.