No se que escribir, no se que decir, también Nuestro Señor Jesucristo se entristeció con la muerte de Lázaro. ¡Hay! Pero si nosotros somos los infelices, porque morir en realidad es vivir «y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás» (San Juan 11,26).
Maria Santísima y San Jose intercedan por ti.
Que Dios te bendiga tralalita querida, me duele tu partida amiga.