JUEVES 19 DE MARZO
SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
-Solemnidad-
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lc 12, 42) Celebremos con alegría la fiesta de san José, el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia. ┼ 1479
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del segundo libro de Samuel: 7, 4-5.12-14.16 En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Del salmo 88 R/. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
Él me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13.16-18.22 Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe. En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos. Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. ACLAMACIÓN (Sal 83, 5) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.
Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16.18-21.24 Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Se dice Credo
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos a Dios, que confió a San José la custodia de su Hijo, y pidámosle que por su intercesión escuche lo que con fe queremos pedirle. (Respondemos a cada petición: R/. Que nos ayuden, Señor, los méritos de san José).Para que el Señor, que puso en manos de san José el cuidado de su Verbo hecho hombre, asista a los pastores de la Iglesia, en manos de los cuales ha establecido los sacramentos de la gracia y los dones de la salvación, roguemos al Señor. R/.
Para que el Señor, que ha querido que san José fuera patrono de la Iglesia y padre de su familia, derrame el espíritu de oración y de generosidad en los hogares cristianos, a fin de que surjan abundantes vocaciones para el servicio de la Iglesia y para la predicación del Evangelio, roguemos al Señor. R/.
Para que el Señor, que puso la tierra al servicio del ser humano y le dio la misión de cultivarla, conceda a los trabajadores el sustento necesario y una vida digna y feliz, roguemos al Señor. R/.
Para que el Señor, que permitió que san José fuera turbado por la incertidumbre y la duda y tuviera que huir de su tierra, venga en auxilio de los emigrantes y de todos los que viven en medio de dudas y tormentos, roguemos al Señor. R/.
Para que el Señor, que quiso que san José fuese asistido por Jesús y María en el momento de su tránsito, sea benigno y misericordioso con los agonizantes y nos asista en la hora de nuestra muerte, roguemos al Señor. R/.
Que nos ayuden, Señor, los méritos de san José, esposo santísimo de la Madre de Jesús, y que, por su intercesión, consigamos los bienes que, por nuestra debilidad, no nos atrevemos a esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, celebrar esta Eucaristía con el mismo amor y pureza de corazón con que se entregó san José a servir a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE SAN JOSÉEn verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José, el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Hijo unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociamos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo…
PLEGARIA EUCARÍSTICA I O CANÓN ROMANO Padre misericordioso, te pedimos humildemente por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que aceptes y bendigas estos † dones, este sacrificio santo y puro que te ofrecemos, ante todo, por tu Iglesia santa y católica, para que le concedas la paz, la protejas, la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero, con tu servidor el Papa Francisco, con nuestro Obispo N., y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica. Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N. Y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen, este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero. Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José; la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés, [Santiago y Juan, Tomás, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo: Lino, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógono, Juan y Pablo, Cosme y Damián,] y la de todos los santos; por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén]. Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que te presentamos; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén]. Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda, haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti, de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor. Él mismo, la víspera de su pasión, tomó el pan en sus santas y venerables manos, y, elevando los ojos al cielo, hacia ti, Dios Padre suyo todopoderoso, dando gracias, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros». Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía». Cristo se entregó por nosotros. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor. Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los cielos, te ofrecemos, Dios de la gloria y majestad, de los mismos bienes que nos has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación. Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe, y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec. Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición. Acuérdate también, Señor, de tus hijos N., y N., que nos han precedido con el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz. A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo, concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz. Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia, admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé [Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro, Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia], y de todos los santos; y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad. Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)Alégrate siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra hoy al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella la vida de la gracia que le has comunicado por medio de la Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA: Del hebreo, "Dios acrecentará" (Siglo I A.C. ? -siglo I D.C.). Esposo de la Santísima Virgen Maria. El Evangelio (Mt 1, 16; 18-21. 24) aporta mínimos datos de la vida de José. Podemos reflexionar sobre la unión íntima de san José con Jesús, por destacar entre todas las gracias con que Dios le engrandeció. El celo con que en la Tierra lo atendió, con absoluta obediencia a Dios, protegiendo a María en el momento de dar a luz, así como en la huida a Egipto o bien preocupado con María cuando extraviaron al niño en el Templo de Jerusalén, nos hace comprender que san José es, después de María, el mejor intercesor ante el Salvador. A través de los siglos, doctores de la Iglesia, pontífices y santos lo han exaltado. Juan Pablo II expresa: "San José ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo, él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la Redención y es verdaderamente ministro de la salvación" (Exhortación Apostólica "Custodio del Redentor", núm. 8, 1989). Sixto IV instituyó esta solemnidad (1479); Gregorio XV extendió la celebración a la Iglesia universal (1621). Pío IX lo declaró Patrono Universal de la Iglesia (1870). Santa Teresa de Jesús nos indica: "Yo no conozco persona que le haya rezado con fe y perseverancia a san José y que no se haya vuelto más virtuosa y más progresista en santidad". Iconografia: variadas representaciones, entre otras con túnica verde, manto amarillo, de pie con rasgos de anciano, en sus brazos lleva al niño Jesús. Intercesor de los trabajadores en general, los padres de familia y los carpinteros. También se le invoca para ser digno de una buena muerte, ya que la tradición dice que al morir lo confortaron María y Jesús.