Moderadores: Ictus, tito, Xavier Villalta, Bedoyita, Catholic.net, mayra novelo, Moderadores Animadores
dandobandazos escribió:En ésta mi primera intervención me gustaría ser brillante y poder aportar algo. Desgraciadamente no va a ser así. Seguro que un buen comienzo sería presentarme pero me gustaría -al menos de momento- permanecer en ésta falsa percepción de anonimato que me ofrece el medio en el que nos encontramos. Si que puedo decir que soy hombre, de 49 años, que vivo en Asturias (España) y que estoy bautizado, algo que dicho sea de paso, resulta muy poco meritorio por mi parte.
No creo que Dios exista. Bien, ya está dicho. Así, sin más, a la "brava", de sopetón, después de todo, para que me voy a andar con más gaitas.......... De verdad que no lo creo, porque habría que ser muy tonto para que creyendo en Dios, tener todos los pecados que yo tengo, que si se peca tanto de obra como de pensamiento, me parece que no me falta uno.............
Me gustaría tener evidencias de ello. Pruebas, porque fe, desde luego, no tengo. Me gustaría en la situación personal por la que estoy atravesando tener algo a lo que "agarrarme" pero no lo encuentro. Me imagino que simplemente soy uno más de los que cuando vienen mal dadas, busca.
Muchas gracias por su atención.
eduarod escribió:
No tengas miedo, pues, en acercarte a Dios ahora tan solo porque ahora te conviene.
dandobandazos escribió:eduarod escribió:
No tengas miedo, pues, en acercarte a Dios ahora tan solo porque ahora te conviene.
Y cuando ya no me convenga, pienso que quizá, podría mandarlo a tomar viento fresco. Otra vez. Que la verdad, y bien pensado, resulta esta una postura por mi parte bastante fea. Muy fea ........
Porque ya lo he hecho en otra ocasión. Recuerdo que en una de éstas que me entran de cuando en cuando, me fuí con mi mujer a Covadonga a rezarle a la Santina. Así lo hice porque me "había hecho un favor". Francamente, ya no recuerdo que había sido exactamente, pero si recuerdo las palabras de mi mujer: pero bueno, pero, ¡pero si tú no crees en nada de esto!. Y la verdad es que es exactamente eso lo que más o menos proclamo a los cuatro vientos. Y sin embargo, cuando tengo miedo me arrastro nuevamente como un gusano. A éste paso Dios, se va a cansar de mí. Y con razón.
¿Podría recomendarme alguna lectura?
Gracias
dandobandazos escribió:eduarod escribió:
No tengas miedo, pues, en acercarte a Dios ahora tan solo porque ahora te conviene.
Y cuando ya no me convenga, pienso que quizá, podría mandarlo a tomar viento fresco. Otra vez. Que la verdad, y bien pensado, resulta esta una postura por mi parte bastante fea. Muy fea ........
Porque ya lo he hecho en otra ocasión. Recuerdo que en una de éstas que me entran de cuando en cuando, me fuí con mi mujer a Covadonga a rezarle a la Santina. Así lo hice porque me "había hecho un favor". Francamente, ya no recuerdo que había sido exactamente, ...
... pero si recuerdo las palabras de mi mujer: pero bueno, pero, ¡pero si tú no crees en nada de esto!. Y la verdad es que es exactamente eso lo que más o menos proclamo a los cuatro vientos. ...
Y sin embargo, cuando tengo miedo me arrastro nuevamente como un gusano.
A éste paso Dios, se va a cansar de mí. Y con razón.
3. Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»[1]. Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!
¿Podría recomendarme alguna lectura?
Gracias
jjansen escribió:dandobandazos escribió:eduarod escribió:
¿Podría recomendarme alguna lectura?
Gracias
Quizás esto te pueda ayudar. No dejes de escuchar el audio al final de la lectura.
http://forosdelavirgen.org/94693/exorcismo-anneliese/
Bendiciones
Balvaram escribió:INFIERNO, MEJOR QUE NO EXISTIR
Metafísicamente hay que decir que es mejor condenarse que no existir.(...). El mal absoluto es sólo la nada. Por eso el mismo infierno, el estado definitivo de desamor, es verdadera misericordia - y no sólo justicia- de Dios, que no aniquila a su criatura, y le deja ser lo que ella misma ha querido ser.
Sólo dando y dándose en su amor es como la persona vive como persona, y alcanza la plenitud de su ser libre, en cuanto no condicionado por ninguna «necesidad», en cuanto -porque quiere- ama absolutamente al que es en sí mismo realmente digno de ser amado como persona, en cuanto es amor y no mero deseo. Es en el amor a Dios donde yo me cumplo definitivamente como persona. En cambio, por el desamor libre a Dios yo me reduzco a mí mismo, me resto personalidad y carácter. Es Dios el que salva, pero es uno mismo el que se pierde (Os 13, 9), condenándose eternamente al vacío del desamor querido. Y ahí no hay eximente posible, porque sería como eximirnos de ser persona.
Metafísicamente hay que decir que es mejor condenarse que no existir: verlo de otra manera es un simple espejismo imaginativo. El mal absoluto es sólo la nada. Por eso el mismo infierno, el estado definitivo de desamor, es verdadera misericordia - y no sólo justicia- de Dios, que no aniquila a su criatura, y le deja ser lo que ella misma ha querido ser. Jesucristo dice del que le traiciona que mejor le sería "no haber nacido" (Mt 26, 24), es decir, no haber tenido ocasión de poner aquel acto; pero no que le sería mejor no existir.
Así, el buen temor, el temor filial —que no el servil— es temor al desamor, a la culpa, y no a la pena. El buen temor es simplemente amor. El otro temor es una forma de egoísmo, de «amor natural»: que en algún caso puede cohibir otra forma peor de egoísmo, pero no más. Por eso, en términos generales, no es buena pedagogía tratar de disuadir a alguien de hacer el mal, presentándole únicamente las malas consecuencias que se seguirán para él, haciéndole ver que «no le conviene»: más bien hay que fomentar en él su real capacidad de amar, invitarle a salir de sí mismo, procurando el bien del otro, amando. Análogamente, no deja de ser lamentable —y muy sintomático— que en no pocos casos toda la fuerza de mover de la ley civil resida en su coactividad, en su eficacia penal.
C. CARDONA, Metafísica del bien y del mal, Ed. Eunsa, Pamplona 1987, pp. 119-120.
dandobandazos escribió:jjansen escribió:dandobandazos escribió:eduarod escribió:
¿Podría recomendarme alguna lectura?
Gracias
Quizás esto te pueda ayudar. No dejes de escuchar el audio al final de la lectura.
http://forosdelavirgen.org/94693/exorcismo-anneliese/
Bendiciones
Acababa de apagar el ordenador para irme a la cama que es tarde, pero quedaba dándole vueltas a su recomendación y lo he vuelto a encenderlo otra vez para escribir estas palabras. Bien, me recomienda como lectura un texto donde se narra un exorcismo que sin ser exhaustivo si que cuenta determinados aspectos especialmente llamativos -si Vds. me permiten la expresión- y que remata con un audio que efectivamente causa zozobra y malestar. Bueno, no sé que decir..............
Para alguien que estuviera convencido de la inexistencia de Dios, perfectamente podemos entender que todo esto se la trae completamente "al pairo", salvo que se pretenda negar a aquel y simultáneamente creer en los demonios lo cual es una perfecta incongruencia. Alguien así, y sin mucha dificultad encontraría para todo ello una "fácil" explicación, que vendría a coincidir con las conclusiones a las que en su día llegó la justicia: los sacerdotes y los propios padres vienen a ser una especie de locos peligrosos merecedores del castigo impuesto, probablemente no por dolo cuanto por negligencia o imprudencia con la menor que estaba bajo su cuidado y tutela. Es más, desde éste punto de vista, hasta sorprendería por su levedad la pena impuesta en la sentencia, ya que, la conducta así entendida habría causado la muerte de la niña.
Pero yo no estoy seguro. Entonces, ¿debería de acercarme a Dios sólo por miedo?.
jjansen escribió:
Es que no crees que exista Dios (ateo) o es que crees que existe Dios y sientes que tienes muy poca fe?
dandobandazos escribió:Es perfectamente comprensible que estés muy confundido con mi situación porque el primer confundido soy yo. Me preguntasjjansen escribió:
Es que no crees que exista Dios (ateo) o es que crees que existe Dios y sientes que tienes muy poca fe?
¿Cuál es la diferencia?. ¿Hay por mi parte una negación absoluta de Dios?. No, no la hay. Lo que hay son muy serias dudas sobre su existencia.
Se me ocurre pensar: ¿qué diferencia hay entre el hombre y el mono?. ¿Entre un ser humano y un chimpancé?. Biológicamente no demasiadas, desde luego, intelectualmente si que parece ser que hay alguna más ............ y una de ellas, sin duda es que el hombre busca ésta trascendencia y el mono no. Pero ¿demuestra esto algo?. Pues quizá sólo demuestre que uno la necesita para vivir y el otro no, pero no la realidad de la trascendencia misma.
Se me argumentaba más arriba que en otras ocasiones cuando sentí la necesidad de Dios y acudí a él me sentí reconfortado. Pero es que esto tampoco demuestra nada. También podía haber acudido a hacer un muñeco de trapo y pincharle agujas o al conejito de la buena suerte con el mismo resultado. Y con ello no demostraría ni que el vudú tenga eficacia alguna más allá de la subjetividad de cada cual ni que exista el mundo de Alicia en el País de las Maravillas.
Corríjanme si me equivoco pero si Dios me ha creado con libertad e intelecto para pensar ¿no resultan lícitas estas preguntas que me hago? ¿O debería simplemente rechazarlas por peligrosas? Miren, como ya se habrán dado cuenta, yo en lo que a los temas de Dios toca me he quedado en parvulitos y sucede que las preguntas que ahora se hace un hombre adulto y las respuestas que busca no las encuentra allí.
Muchas gracias.
dandobandazos escribió:...
Se me argumentaba más arriba que en otras ocasiones cuando sentí la necesidad de Dios y acudí a él me sentí reconfortado. Pero es que esto tampoco demuestra nada. También podía haber acudido a hacer un muñeco de trapo y pincharle agujas o al conejito de la buena suerte con el mismo resultado. Y con ello no demostraría ni que el vudú tenga eficacia alguna más allá de la subjetividad de cada cual ni que exista el mundo de Alicia en el País de las Maravillas.
Corríjanme si me equivoco pero si Dios me ha creado con libertad e intelecto para pensar ¿no resultan lícitas estas preguntas que me hago? ¿O debería simplemente rechazarlas por peligrosas? Miren, como ya se habrán dado cuenta, yo en lo que a los temas de Dios toca me he quedado en parvulitos y sucede que las preguntas que ahora se hace un hombre adulto y las respuestas que busca no las encuentra allí.
Volver a Apologética - San Ireneo de Lyon
Usuarios registrados: Google [Bot], Google Adsense [Bot]