por henryjpmatos » Lun Feb 01, 2016 7:54 pm
1. ¿Qué relación hay, entre la eucaristía y María Santísima?
María fue el primer Sagrario en el que Cristo puso su morada, recibiendo de su madre la primera adoración como Hijo de Dios que asume la naturaleza humana para redimir al hombre.
En un hermoso pasaje cargado de sentido teológico y poetico el Papa Juan Pablo II en el Rezo del Ángelus del domingo 5 de junio de 1983 nos enseña: «Ese Cuerpo y esa Sangre divinos, que después de la consagración están presentes en el altar, y son ofrecidos al Padre, y se convierten en comunión de amor para todos, fortaleciéndonos en la unidad del Espíritu para fundar la Iglesia, conservan su matriz originaria de María. Ella ha preparado esa Carne y esa Sangre, antes de ofrecérselos al Verbo como don de toda la familia humana, para que Él se revistiese de ellos convirtiéndose en nuestro Redentor, Sumo Sacerdote y Víctima.
En la raíz de la Eucaristía está, pues, la vida virginal y materna de María, su desbordante experiencia de Dios, su camino de fe y de amor, que hizo, por obra del Espíritu Santo, de su carne un templo, de su corazón un altar: puesto que concibió no según la naturaleza, sino mediante la fe, con acto libre y consciente: un acto de obediencia. Y si el Cuerpo que nosotros comemos y la Sangre que bebemos son el don inestimable del Señor Resucitado para nosotros viadores, lleva también consigo, como Pan fragante, el sabor y el perfume de la Virgen Madre».
De esta forma cuando «…Cristo realizó sobre el altar de la cruz el sacrificio único y perfecto, que cada Misa renueva y hace actual de manera incruenta. En ese único sacrificio tomó parte activa María, la primera redimida, la Madre de la Iglesia. Estuvo al lado del Crucificado, sufriendo profundamente con su Unigénito: se asoció con espíritu materno a su sacrificio; consintió con amor a su inmolación (cf. Lumen gentium, 58; Marialis cultus, 20): lo ofreció y se ofreció al Padre. Cada Eucaristía es memorial de ese Sacrificio y de la Pascua que volvió a dar la vida al mundo; cada Misa nos pone en comunión íntima con Ella, la Madre, cuyo sacrificio "se vuelve a hacer presente", como "se vuelve a hacer presente" el sacrificio del Hijo en las palabras de la consagración del pan y del vino pronunciadas por el sacerdote».
2. ¿Por qué se dice que María llevó una vida eucaristizada?
María llevó toda su vida una vida eucaristizada, pues vivía en continua acción de gracias a Dios por haber sido elegida para ser la Madre de Dios, vivía intercediendo por nosotros, los hijos de Eva, que vivíamos en el exilio, esperando la venida del Mesías y la liberación verdadera. Y como dijo el papa en su encíclica sobre la eucaristía, María es mujer eucaristizada porque vivió la actitud de toda eucaristía: es mujer de fe, es mujer sacrificada y su presencia reconforta. ¿No es la eucaristía misterio de fe, sacrificio y presencia?
Vivía en continuo sufrimiento, Getsemaní y Calvario. También Ella, como Jesús, fue triturada, como el grano de trigo y como la uva pisoteada, de donde brotará ese pan que se hará Cuerpo de Jesús que nos alimentará y ese mosto que será bebida de salvación.
Si el término eucaristizado está referido a la persona que ha recibido la eucaristía; entonces para María haber recibido la eucaristía de manos de los apóstoles presentes en la Última Cena, debió ser una experiencia singularmente paradójica, ha debido ser como si de nuevo acogiera a su Hijo en su corazón y en su vientre, participara de nuevo en su crucifixión y muerte, y lo reconociera realmente resucitado, realmente presente según su promesa. “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
3. ¿Es igual de fuerte la presencia de María que la de Cristo en la Eucaristía? Da una breve explicación.
No es igual, porque la presencia de María en la eucaristía, es una presencia espiritual, que se siente en el alma de quien la recibe. Es María quien nos ofrece el cuerpo de su Hijo Jesucristo, pues en cada Misa Jesús nace, muere y resucita para la salvación de los hombres y gloria del Padre. La presencia de María es como un reflejo de la presencia del Señor: una presencia alegre, alentadora, iluminante, salvadora, efectiva y generosa.
4. ¿Qué es lo que experimenta Maria durante la Eucaristía?
María en cada eucaristía experimenta:
El sacrificio de su Hijo una vez más, pues cada misa es vivir el Calvario, y María estuvo al pie del Calvario.
Nos vuelve a entregar a su Hijo – en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad – para alimentarnos.
Nos presenta su Corazón, que palpita junto al Corazón de su Hijo.