por HERIBERTO CONTRERAS » Jue Jul 14, 2016 9:05 am
Señales de la Iglesia: Una, Santa, Católica y Apostólica
1.- ¿Características de la Iglesia?
Es, Una, Santa, Católica Apostólica, estos cuatros atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la iglesia y de su misión. La iglesia no los tiene por ella misma, es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la iglesia el ser Una, Santa, Católica y Apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades
Si queremos localizar la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, tenemos que encontrar aquella que reúna las cuatro marcas o cualidades de su Iglesia. La Iglesia que debemos buscar tiene que ser Una, Santa, Católica y Apostólica.
2.- ¿Por qué es Una?
La Iglesia es Una porque tiene como origen y modelo la unidad de un solo Dios en la Trinidad de las Personas; como fundador y cabeza a Jesucristo, que restablece la unidad de todos los pueblos en un solo Cuerpo; como alma al Espíritu Santo que une a todos los fieles en la comunión en Cristo. La Iglesia tiene una sola fe, una sola vida sacramental, una única sucesión apostólica, una común esperanza y la misma caridad. (CIC-C 161)
La Iglesia no puede ser sino Una, porque así como hay un solo Cristo, no pueden haber varios cuerpos de Cristo,sino un solo Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. También la Esposa de Cristo no puede ser sino una sola: su Iglesia.
3.- ¿Por qué es Santa?
Porque todos sus miembros profesamos la misma fe, recibimos los mismos sacramentos y somos regidos por la misma autoridad que es el papa.
La iglesia no es santa porque todos sus miembros sean santos, sino porque dios es santo y actúa en ella y por ella. Todos los miembros de la iglesia están santificados por el bautismo.
Entre sus miembros a través del tiempo florecen santos a quienes dios glorifica con sus dones y milagros.
4.- ¿Por qué es Católica?
La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes
La Iglesia es Católica, porque Cristo la llamó a profesar toda la Fe, a preservar y a administrar todos los Sacramentos, a proclamar la Buena Nueva a todos y la envió a todas las naciones.
5.-¿ Por qué es Apostólica?
La iglesia es apostólica porque fue edificada por Cristo sobre el fundamento de los apóstoles, testigos escogidos y enviados en misión por el mismo señor Jesús. Este guarda y transmite con la ayuda del Espíritu Santo, las enseñanzas y las palabras escuchadas por los apóstoles de Cristo.
Jesús fundo una sola iglesia, no una colección de iglesias en competencia La Iglesia es el cuerpo de Cristo, por lo tanto participa de la santidad de la cabeza de la Iglesia, el cual es Cristo.
6.-¿ Por qué es Romana?
La Iglesia católica se conoce como Iglesia católica apostólica romana o como Iglesia católica romana; fuera del Catolicismo se hace esta distinción por aquellos que sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como parte de la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos.
Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica.
Según una larga tradición, existen otros términos para referirse a la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo místico de Cristo, Esposa de Cristo, Jerusalén de arriba, edificación de Dios, Barca de Pedro o Nave de salvación.
6.-¿Cuales son los tres vínculos de Unidad?
Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de Cristo": Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de su Iglesia: Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es "católica" en cuanto busca anunciar las Buenas Nuevas y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar, que acepten su doctrina y reciban el Bautismo; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia Católica. También es "católica" porque Cristo está presente en ella, lo que implica que recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.
Apostolicidad: la Iglesia Católica fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro y los demás apóstoles. Todo el Colegio Apostólico goza de autoridad y poder siempre que esté en comunión con Pedro y sus sucesores;[ Pedro y los demás Apóstoles tienen en el Papa y los Obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, que fueron elegidos e instituidos por Cristo. También es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles. Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia Católica Romana (Rito Latino) y las Iglesias Rituales Autónomas (Ritos Orientales); todas ellas tienen en común los mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Sumo Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.
7.- ¿Qué es la herejía arriana?
Arrio, sacerdote de Alejandría, sostuvo, hacia el año 320, que Jesús no era propiamente Dios, sino la primera criatura creada por el Padre, con la misión de colaborar con Él en la obra de la creación y al que, por sus méritos, elevó al rango de Hijo suyo; por lo mismo, si con respecto a nosotros Cristo puede ser considerado como Dios, no sucede lo mismo con respecto al Padre puesto que su naturaleza no es igual ni consustancial con la naturaleza del Padre. Esta herejía se difundió como la pólvora y ganó pronto a un prelado ambicioso de la corte de Constantino, Eusebio de Nicomedia, que llegó a convertirse en el verdadero jefe militante del partido de los arrianos; también simpatizó con Arrio el historiador eclesiástico Eusebio de Cesarea. Arrio abandonó Alejandría el año 312 y se fue a propagar su herejía al Asia Menor y a Siria. El año 325 Constantino, preocupado por la difusión de la herejía y por las luchas internas que, a causa de ella, dividían a los católicos, convocó en Nicea el I Concilio Ecuménico, el cual condenó a Arrio y a sus secuaces, afirmando en el Símbolo llamado Niceno: "Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas, visibles e invisibles. Creemos en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios, engendrado sólo por el Padre, o sea, de la misma sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho en el cielo y en la tierra, que por nuestra salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre". El anatema contra Arrio estaba redactado en los siguientes términos: "En cuanto a aquellos que dicen: hubo un tiempo en que el Hijo no existía, o bien que no existía cuando aún no había sido engendrado, o bien que fue creado de la nada, o aquellos que dicen que el Hijo de Dios es de otra hipóstasis o sustancia, o que es una criatura, o cambiante y mutable, la Iglesia católica lo anatematiza". Tras este anatema lanzado por el Concilio, Constantino añadió la prohibición de que Arrio pudiera volver a Alejandría, algunos meses más tarde envió al exilio, a la Galia, a Eusebio de Nicomedia. Pero Arrio, aun desde lejos, no cedió en sus ataques; pronto se volvió a granjear la gracia del emperador. Campeón de la fe nicena fue Osio, obispo de Córdoba, y Atanasio, obispo de Alejandría, que soportó duras luchas y hasta el destierro intentando la extinción total del arrianismo, que se camufló de diversas maneras y se difundió entre los bárbaros germanos hasta los confines más septentrionales del Imperio: ostrogodos, vándalos y longobardos, entre los que perduró durante muchos años. Los últimos, arrianos longobardos desaparecieron hacia el 670, gracias a la habilidad de san Gregorio Magno.
8.- ¿Qué es el pelagianismo?
Defendida y sostenida por el monje Bretón Pelagio, de quien recibió el nombre, difundida en Sicilia, África y Palestina por Celso, y sistematizada por el obispo de Campania, Juliano, esta herejía aparecida en los primeros años del siglo V minó al cristianismo por la base.
Sostenía la capacidad natural del hombre para conseguir la salvación; bastaba para ello el uso de la razón y de la libertad sin la intervención sobrenatural de Dios; negaba, al mismo tiempo que la sustancia y las consecuencias del pecado original, la absoluta necesidad de la gracia para realizar obras sobrenaturales. El pecado original, en el sentido en que lo entendía la Iglesia, no existía para Pelagio; el hombre, en efecto, nace sin ninguna mancha original, con la perfecta integridad de naturaleza semejante a aquella con que salió Adán de las manos del Creador; el pecado del primer hombre no acarreó ningún perjuicio o daño ni trajo consecuencia alguna para la posteridad; eso sí, fue un mal ejemplo, y en tanto puede hablarse de pecado original en cuanto los hombres pecan a semejanza de Adán. Por consiguiente: ni el bautismo es de absoluta necesidad para la vida eterna – se requiere sólo para poder formar parte de la Iglesia – ni la gracia es necesaria para las obras sobrenaturales, ni la Redención, siquiera, puede ser considerada como un rescate. La gracia es, solamente, una iluminación interior; no actúa sobre nuestra voluntad y no transforma nuestra alma; la Redención es, sin más, un reclamo, una invitación a una vida superior, pero permanece siempre exterior a nosotros, no crea nada dentro de nosotros.
Ya a los primeros asomos de esta herejía, llevada a África por Celso el año 310, el concilio cartaginés del 311 excomulgó a Celso y le obligó a recluirse en Palestina, donde se encontraba su amigo Pelagio. Si en Palestina la herejía encontró obispos complacientes, en África, la lucha conducida por San Agustín, se hizo encarnizada acabando por la condena de la herejía en el Concilio de Milevi del año 316; finalmente la Epístola tractoria del Papa Zósimo que, tomando un término medio entre las definiciones de los dos concilios africanos, condenó solemnemente la herejía: esta condena fue después confirmada por el Concilio de Éfeso del año 431.
Algunas expresiones radicales de San Agustín, en la polémica pelagiana, sobre la necesidad de la gracia hicieron pensar se trataba de quitar al libre arbitrio toda participación en la obra de la salvación; por este motivo algunos monjes del monasterio de San Víctor de Marsella se creyeron en el deber de proponer la siguiente doctrina: 1) está en poder del hombre el dirigirse a Dios a pedirle ayuda, como está en poder del enfermo el acudir al médico; 2) del mismo modo la predestinación eterna depende en último análisis de la voluntad humana, ya que a ésta corresponde perseverar hasta el fin. Un discípulo de San Agustín, San Próspero de Aquitania, denunció rápidamente semipelagianismo y fue el centro de varias polémicas teológicas durante casi un siglo hasta que, finalmente, el Concilio de Orange del año 529, aprobado solemnemente por Bonifacio II, lo condenó en 532, declarando y estableciendo que el hombre caído no puede ni obtener la fe ni desearla sin la gracia proveniente; y mucho menos perseverar en el bien sin una secuela de gracias coadyuvantes, ni perseverar hasta el fin sin un don especial ligado a su predestinación.
9.- ¿Qué quiere decir Católico?
Esta palabra nos llegó a través del latín catholicus, proveniente del término griego katholikós, que había sido usado por Aristóteles y por Zenón con el sentido de ‘lo más universal’, ‘lo más general’, por oposición a ‘lo particular y local’.
La palabra griega era una derivación del adverbio katholou ‘en general’, ‘en absoluto’, compuesto de kat- ‘de’, ‘acerca de’ más holou ‘todo’, ‘entero’.
En tiempos de los apóstoles, la palabra catholicus nunca se usó para designar la naciente religión, pero la idea de universalidad de la Iglesia estaba presente en todos los escritos de los seguidores de Cristo. Parece haber sido usada por primera vez para designar a la religión cristiana por Ignacio, obispo de Antioquía, en una de sus cartas, pero la noción de una Iglesia universal, en el sentido de que alcanzaba los confines del mundo conocido, sólo surgió en el siglo IV de nuestra era, para quedar consolidada en el Concilio de Constantinopla en 381: «Creo en la Iglesia una, santa, católica y apostólica».
10.- ¿Cristianos o Católicos?
En teoría, no debería existir diferencia alguna entre cristiano y católico ya que para ser católico es preciso ser cristiano, es decir, creer en Cristo y en el Magisterio de Jesús. Ambos creen que Jesús es el Salvador, y en la Santísima Trinidad.
Pero existen diferencias ya que los católicos creen en Cristo a través de una institución llamada Iglesia Católica, además creen en la Virgen, los Santos y veneran figuras de estos Santos. Los cristianos solamente creen y siguen a Cristo como único Dios verdadero y no sienten la necesidad de venerar figuras o imágenes.
Todos los católicos son cristianos, pero no todos los cristianos son católicos, ya que los cristianos se dividen en diferentes grupos, ya sean ortodoxos, cristianos, evangélicos, protestantes, es decir, los seguidores de Cristo.
Católico se refiere a la Iglesia de Roma como entidad universal. Cristiano es el que tiene a Cristo como centro de su creencia.
Los católicos creen en los 7 Sacramentos, los cuales son: Bautismo, Eucaristía, Confirmación, Matrimonio, Orden Sacerdotal, Confesión y Unción de los Enfermos. No todos los cristianos profesan esta creencia de los sacramentos, ya que hay que decir que entre los cristianos también hay diferencias de creencias.
Otra de las grandes diferencias es que los católicos creen que la Virgen María es la Santa más importante ya que no tuvo pecados, mientras tanto existen algunos cristianos, que a pesar de creer en María como la madre de Jesús, creen que cometió pecados como cualquier otra persona.
Los católicos a diferencia de algunos cristianos, creen en un líder espiritual: el Papa, considerado el descendiente directo de San Pedro Apóstol.
11.- ¿Desde cuándo se llama Iglesia Católica?
San Ignacio de Antioquia, quien es considerado uno de los Padres Apostólicos por su cercanía a los apóstoles, fue arrestado y sentenciado a morir en el circo romano… como él mismo describe en otra de sus cartas: “para ser trigo de Dios, molido por los dientes de las fieras y convertido en pan puro de Cristo” (Ad Rom, 4.1)…
En el transcurso de unas pocas semanas, Ignacio redactó siete cartas mientras era conducido desde Siria hasta Roma para ser devorado por las fieras… estas cartas, de un altísimo contenido eclesiológico y doctrinal, se dividen en dos grupos, cuatro redactadas en Esmirna y tres en Alejandría de Tróade: la carta a los efesios (Ad Eph), la carta a los magnesios (Ad Magn), la carta a los tralianos (Ad Tral), la carta a los romanos (Ad Rom), la carta a los filadelfianos (Ad Phil), la carta a los esmirniotas (Ad Smyrn) y, por último, una carta personal a Policarpo, obispo de Esmirna (Ad Pol)…
En sus cartas, Ignacio habla sobre el privilegio del martirio por causa de su fe en Jesucristo… es el primer escritor fuera del Nuevo Testamento en hacer referencia a la virginidad de María… defiende las dos naturalezas de Jesucristo, humana y divina (contra las herejías de los judaizantes y los docetistas)… habla del domingo como el día del Señor… y es el primero en usar la palabra “Eucaristía”, a la que llama “la carne de Cristo”, “Don de Dios” y “la medicina de inmortalidad”, además de llamar a Jesús “pan de Dios” que ha de ser comido en el altar, dentro de una única Iglesia…
Pero, sobre todo, habla sobre la Iglesia como una institución divina cuyo fin es la salvación de las almas… que debe permanecer en la unidad… que es santa… que es infalible… que tiene jerarquía… que tiene sacramentos… y que es católica!!!
“Allí donde aparezca el obispo, allí debe estar el pueblo;
así como donde está Jesucristo está la Iglesia Católica”…
Lo que dice este texto es obvio… pero veamos algunas de las cosas que no dice: Ignacio le escribe a las iglesias locales enseñando una misma y única doctrina porque la Iglesia es Católica – Universal, del griego καθολικός (katholikós)… les escribe con la autoridad que le da su posición de Obispo (jerarquía) y su misión de exhortar y educar (magisterio)… les habla de la importancia del Bautismo y la Eucaristía (sacramentos), que no son válidos sin la presencia del Obispo (imposición de manos y sucesión apostólica) o quien él haya encomendado (sacramento del orden)… les habla de unidad, de obediencia, de permanecer juntos y conservar la doctrina heredad de los Apóstoles, y que estos recibieron directamente de Jesucristo…
Ignacio de Antioquía nos está describiendo la Iglesia Primitiva… antes de que existiera formalmente la Biblia, ya había una Iglesia física, estructurada y unida… una Iglesia que creía y celebraba la Eucaristía y los sacramentos… una Iglesia que se cimentaba sobre los Apóstoles y la Tradición que estos habían heredado de Jesucristo… una Iglesia Universal: la Iglesia Católica…
12.- ¿Quién sucedió a los Apóstoles?
La Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa denominan sucesión apostólica a "la transmisión, mediante el sacramento del Orden, de la misión y la potestad de los Apóstoles a sus sucesores, los obispos. Gracias a esta transmisión, la Iglesia se mantiene en comunión de fe y de vida con su origen, mientras a lo largo de los siglos ordena todo su apostolado a la difusión del Reino de Cristo sobre la tierra".
La Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, el Nestorianismo, la Comunión Anglicana y algunas iglesias luteranas afirman que la sucesión apostólica se mantiene mediante la ordenación de obispos de forma personal e ininterrumpida desde los tiempos de los apóstoles. Esto es, los apóstoles ordenaron a obispos, los cuales de forma ininterrumpida han seguido ordenando nuevos obispos hasta hoy.
Esta doctrina de los obispos como sucesores de los apóstoles, los cuales a su vez habían sido elegidos y configurados por el mismo Cristo, es formulada por primera vez por san Clemente a finales del siglo I. Sin embargo, su formalización hubo de esperar al surgimiento de las diversas doctrinas gnósticas entre los siglos I y IV, al proclamar sus seguidores que existía una tradición oculta que se remontaba al propio Cristo y a los apóstoles. La Iglesia Católica utilizó la doctrina de la sucesión apostólica para contrarrestar las predicaciones de los gnósticos, haciendo énfasis en la figura del obispo como preservador de la verdad revelada transmitida por los apóstoles.